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Una exposición feminista

‘El Contrato’, en Alhóndiga Bilbao, es un gran taller de escritura y escenificación colectiva

Vista de 'El Contrato'.
Vista de 'El Contrato'.Alhóndiga Bilbao

Es importante que los centros de arte activen sus recursos institucionales para mostrar las prácticas de colectivos activistas y así poder transformarlas en realidad operativa. Es el caso de la Alhóndiga Bilbao, que a lo largo de tres meses acoge a la Oficina de Arte y Conocimiento Bulegoa z/b, bajo las directrices de Beatriz Cavia, Isabel de Naverá, Miren Jaio y Leire Vergara. Su último proyecto, titulado El Contrato, es un ensayo visual en torno a las ficciones necesarias entre individuos que les permiten interpretar las formas de hacer y relacionarse. Tras una primera etapa de investigación iniciada hace un año, las comisarias han seleccionado los trabajos de una treintena de artistas quienes, hasta el final de la muestra, podrán tomar parte en las decisiones que tengan que ver con sus obras e incluso ampliarlas.

El Contrato es una vuelta de tuerca más a un tipo de exposiciones que durante los setenta dieron origen a lo que hoy se conoce como crítica institucional y que sirvieron para dar voz a los centros de producción en sus encuentros con el radicalismo del arte conceptual. En realidad, se trata de un gran taller de escritura y escenificación colectiva que desde cuatro áreas -crítica, danza, sociología y comisariado- contesta las posiciones dominantes del arte y las estructuras de poder sociales y políticas que gobiernan la producción y recepción de la cultura actual.

Las obras, agrupadas en doce ámbitos, sitúan la idea de “contrato” en una dialéctica y en un orden iterativo -las sesiones llevan títulos como “Contrato entre los cuerpos”, “Contrato escrito y Contrato hablado”, “La performatividad del Contrato”, “El contrato con el Pensar”-, sometiendo al visitante a una compleja forma de participación. El dispositivo, ideado por Luca Frei, funciona con espacios interseccionados como un artefacto de ordenamiento de realidad que a la vez produce nuevas realidades. Vídeos, películas, esculturas, pinturas, danza, teatro, radio de guerrillas y lecturas componen un archivo móvil y en progreso pensado como una práctica corporal fragmentada. Pero antes que todo esto, El Contrato es una exposición feminista.

El Contrato. Bulegoa z/b. Alhóndiga Bilbao. Plaza Ariquíbar, 6. Hasta el 11 de enero.

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