¿Basura?
No demonicen a 'Sálvame'. Tampoco los medios serios vamos sobrados de credibilidad
Nunca veo Sálvame, pero no me creo mejor que la gente que lo ve. No arruguen la nariz porque Pedro Sánchez llamara a un programa de entretenimiento frívolo e intrascendente para pescar votos, el primero el de su conductor, Jorge Javier Vázquez. La demonización de la que dicen telebasura termina en la soberanía del espectador, al que nadie obliga a pulsar un botón de los muchos que le ofrece su mando.
La televisión está ahí para ocupar nuestras horas y llenar nuestras conversaciones. Cada uno elige con qué. Unos dedican sus encuentros con sus iguales a comentar el estado de forma de Casillas y Messi; otros charlarán sobre cómo Rajoy ha abandonado a Gallardón o el callejón sin salida de Mas; algunos se referirán al concierto de Extremoduro o, los menos, a la última novela de Kundera. Y hay quien habla con igual propiedad de Casillas o de Kundera, de Mas como de Kiko Rivera. Es su vida. Sus temas. Que no le juzguen.
Donde no cabe un gramo de telebasura es en la televisión pública. TVE nos libra de las sobremesas sensibleras de Entre todos, pero insiste en las mañanas de esoterismo. Mal.
Tampoco es que los medios serios estemos sobrados de credibilidad ante los ciudadanos. Hasta a la modélica BBC le montaron una manifestación, ante sus estudios en Glasgow, los independentistas escoceses que denunciaban su sesgo unionista. Los periodistas lo consideraron una intimidación. A nosotros nos parecería ingenuo esperar exquisita neutralidad. No pueden ni imaginar allí un maratón patriótico como el que programó TV3 en la Diada, ni otros excesos de esas teles autonómicas sumisas a sus jefes políticos. A TVE le queda mucho para ser la BBC, pero al menos ha eludido el riesgo de parecerse a Telemadrid, lo que es un alivio.
Entre la información y el cotilleo puede haber una línea fina. La noria se convirtió en El gran debate pero no cuajó. Hay tertulias sobre actualidad que dan el mismo espectáculo que los programas rosas. Fue sonada este verano otra llamada, la de Esperanza Aguirre a La Sexta noche para encararse con Pablo Iglesias. Cada uno retando al otro: “Repita conmigo...”.
No idealicemos ni demonicemos nada: en el Reino Unido hay menos telebasura y más prensa basura; está la BBC y el grupo The Sun, capaz de pinchar el móvil de chicas desaparecidas. Sálvame no es lo peor.
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