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De Walter White a Walter Blanco

'Metástasis’ es la versión hispanohablante de ‘Breaking Bad’ La adaptación mantiene muchos elementos de la ficción original

El Walter White que descendió a los infiernos con Breaking Bad ahora se llama Walter Blanco, habla español y ha cambiado el paisaje árido de Alburquerque por las montañas que rodean el bullicio urbano de Bogotá. El resto sigue igual en Metástasis, la serie que comenzó la semana pasada en los canales Univisión, Unimás y Galavisión y que no es otra cosa que la versión “latinizada” de este ya clásico de la televisión. Metástasis se mantiene fiel en sus personajes, en su trama y en sus diálogos al mundo que creó Vince Gilligan para Breaking Bad. De nuevo, arranca con alguien con pinta anodina que pronto sabremos que es un profesor al que han diagnosticado un cáncer con mal pronóstico, conduciendo a toda velocidad un vehículo destartalado en calzoncillos. Dentro tiene todo un laboratorio de metanfetaminas. Fuera, una persecución policial en toda regla. Un déjà vude lo que millones de personas vieron en todo el mundo hace más de seis años, pero ahora en español. Como dice la serie, “yo no estoy en peligro. El peligro soy yo”.

Andrés Baiz, uno de los directores de Metástasis, acuñó el término de “latinización” para explicar el porqué de esta nueva vieja serie. Como explica, la historia de Breaking Bad es demasiado “arriesgada y original” para no intentar acercarla al público latinoamericano. De ahí su deseo de contextualizarla correctamente. El resto, insisten en Sony Pictures Television, es “muy, muy similar”. Walter White es Walter Blanco; Jesse Pinkman, José Miguel Rosas, y Skyler, Cielo. Y la droga que se cuece sigue siendo la metanfetamina, incluso en el país de la coca.

Diego Trujillo en el papel de Walter Blanco.
Diego Trujillo en el papel de Walter Blanco.

Hay elementos de Breaking Bad que se han perdido en la traducción. Por ejemplo Blanco es un profesor de la escuela privada y no de la pública, como lo era White, un trabajo tan mal pagado en Colombia que nunca sustentaría el nivel de vida de Walter en Bogotá. En su casa no hay piscina porque esta parte de Colombia es más fresca que Alburquerque. Y en lugar de la caravana donde White y Pinkman cocinaron la mejor metanfetamina del mercado, Blanco y Rosa lo hacen en un autobús escolar. Cambios refrendados por Gilligan, quien colaboró con los productores de Metástasis.

Lo que no ha cambiado es el tono de la serie, que lejos de convertirse en una más sobre el narcotráfico, sigue siendo un dilema moral. Como recuerdan sus productores, tanto Breaking Bad como Metástasis son dramas donde el mundo de las drogas es el telón de fondo. “Una historia que puede ocurrir en cualquier parte del mundo. Especialmente en Latinoamérica”, subrayó la productora Andrea Marulanda. La fidelidad se extiende a detalles como los calzoncillos nada atractivos de White/Blanco hasta el sombrero de su otra personalidad, Heisenberg -nombre en español escrito con J-, pasando por los mismos ángulos de cámara.

El mayor cambio, sin embargo, responde a los hábitos de visionado, ya que en lugar de extenderse a lo largo de seis años, como Breaking Bad, Metástasis concentra sus 62 episodios en tres meses. Un estilo más afín al espectador de telenovelas, género al que también recuerdan algunas de las tomas de Metástasis por el tono interpretativo y la falta de un presupuesto de Hollywood. De ahí que, sopesando los parecidos y las diferencias, la pregunta siga siendo por qué hacer una versión en español de la serie mejor escrita de los últimos años. A los productores no les faltan razones, como las similitudes entre Alburquerque y zonas fronterizas de Latinoamérica o lo mucho que facilita partir de un concepto ya conocido. Además está el factor “morbo”: ¿qué habrán hecho con mi serie preferida? De momento, 3,4 millones de espectadores vieron en directo el arranque de esta serie en EE UU haciendo de Metástasis la emisión con más audiencia de esa jornada en una cadena generalista en Los Ángeles.

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