Diez canciones de Eurovisión que han hecho historia
Del festival europeo convertido en icono pop han salido himnos y joyas musicales Una lista de temas que merece la pena recordar, incluido uno que se interpretará este año
El Festival de Eurovisión sigue reuniendo sus abundantes dosis de kitsch, de votaciones geopolíticas y otros delirios musicales y escénicos. Buscamos algunas de las canciones que han hecho historia aunque no siempre hayan sido ganadoras.
Poupée de cire, poupée de son. France Gall. 1965
Solo el ingenio de un compositor camaleónico como Serge Gainsbourg podía acabar con la racha de baladas sentimentales e interpretaciones enfáticas que caracterizaban el Festival de Eurovisión. France Gall se coronaba como nueva princesa del pop ye-yé y sucedía en el pódium a una mojigata Gigliola Cinquetti que el año anterior había ganado el certamen defendiendo su edad de la inocencia- véase también virginidad- a la hora de ejercer el verbo amar.
L’amore é un attimo. Massimo Ranieri. 1971
La canción italiana con toda su jerarquía melódica y un Massimo Ranieri pletórico que probaba fortuna por primera vez en el festival. Como en anteriores –y futuras ediciones- la representación italiana pasó con más pena que gloria y tendría que venir Toto Cotugno veinte años después para reconquistar el orgullo herido de la canción tricolor. Por supuesto que a Massimo Ranieri la derrota no le privó de transformarse en uno de los grandes divos del espectáculo.
Eres tú. Mocedades. 1973
La formación vocal vasca siempre tuvo el aire de coro de colegio mayor aunque sus miembros hubieran hecho el servicio militar hacía tiempo. La voz cantante de Amaya le imprimió una mezcla de dulzura y fuerza a la balada que había compuesto Juan Carlos Calderón en estado de gracia. La canción aunque quedó en segundo lugar tuvo como premio consolación una larga vida comercial. Y autor e intérpretes confirmación profesional para los años venideros.
Waterloo. Abba. 1974
Cuarenta años despues de su triunfo en el Festival de Eurovisión el Waterloo del cuarteto sueco sigue destilando ese excelente pop para todos los gustos y públicos que les sirvió de carta de presentación. Todavía con la herencia del glam-rock y las lentejuelas brillando en su vestuario, la irrupción de Abba abría una nueva época en el Festival de Eurovisión. Nada volvería a ser como antes, empezando por el grupo que inauguraba la nueva era del pop global.
Diva. Dana Internacional. 1998
A punto de bajar el telón del primer milenio el festival coronaba a una cantante transexual y confirmaba su carta de naturaleza como plataforma para todo tipo de prodigios escénicos. La canción reunía todos los requisitos de composición con rumbo hacia la victoria final. Añadía como valor añadido el componente gay que a partir de ahora será una de las piezas imprescindibles en la imaginería del festival. El Festival de Eurovisión se convertía en una de las fechas emblemáticas del santoral arcoíris junto con el Día del Orgullo del Gay.
Hard Rock Hallelujah. Lordi. 2006.
Algunos de los supervivientes de las primeras ediciones del festival a punto estuvieron de sufrir un paro cardiaco cuando vieron aparecer sobre el escenario a los nuevos bárbaros del norte en forma de banda de hard rock y aspecto satánico (o celebración Halloween). Ante la oleada de kitsch y mal gusto a cargo de intérpretes y músicos de los antiguos países del bloque comunista, las sacudidas rockeras del grupo finlandés fueron recibidas como agua de mayo.
Divine. Sébastien Tellier. 2008.
Con su aspecto de barbudo hipster Sébastien Tellier puso toda la carne en el asador eurovisivo en su paso, debut y despedida por el festival: humor, transformismo, provocación y ese pop made in France y una de las marcas distintivas del French Touch. Despues del festival Tellier ha continuado dando muestras creativas como uno de los músicos más heterodoxos del panorama musical francés.
Madness of Love. Raphael Gualazzi. 2011
Un intérprete y músico como el italiano Raphael Gualazzi se parecía bastante a un objeto no identificado sobre el festival celebrado en la ciudad de Dusseldorf. Gualazzi dejó pruebas de sobra de su talento y energía escénica para combinar y reunir la tradición de la canción italiana de un Renato Carotone y el swing más poderoso del otro lado del Atlántico.
Euphoria. Loreen. 2012
Con su triunfo el festival recuperaba su proyección como fabricante internacional de canciones. Una mezcla de estilos y una interpretación de gran carga expresiva y escénica hicieron que la representante sueca se llevara el gato al agua y el festival reconquistara algo de sus brillos pasados más allá de esa tierra de la fantasía o sucursal de Las Vegas en que se ha convertido en las últimas décadas.
Calm after the storm. The Common Linnets. 2014.
No sabemos cuál será el resultado final de esta pareja con aspecto de cantautores folk de los años sesenta. Sea cual sea el balance eurovisivo, una pequeña joya musical en ese océano de extravagancias que siempre acaba siendo el festival. Un ritmo persistente que nos recuerda aquel Every breath you take de Police para acabar envolviéndonos en una bella y melancólica melodía.
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