El director del diario francés ‘Libération’ dimite en plena crisis

El director del diario francés Libération, Nicolas Demorand, ha dimitido esta mañana de su cargo y ha enviado un correo electrónico a los redactores en el que afirma que confía en que su marcha facilitará “el diálogo necesario para sacar al periódico de la crisis”. El 89% de la plantilla había reclamado en una votación en noviembre pasado la dimisión de Demorand. Los redactores, que llevan una semana movilizados contra el plan de los accionistas de convertir al diario en “una red social”, han señalado que la salida del director “es la consecuencia de su falta de implicación en el día a día y en la elaboración de un proyecto editorial”.

Demorand, que llevaba tres años como director y presidente del directorio, el órgano que lleva las riendas económicas de la empresa, ha reconocido en una entrevista a Le Monde que las ausencias que le reprocha la plantilla son ciertas, y se deben a que ha dedicado su tiempo a “buscar financiación entre anunciantes, mecenas y poderes públicos para evitar que el periódico eche el cierre”.

Fundado en 1973 bajo el influjo de Jean-Paul Sartre, Libération arrastra desde hace cinco años una crisis similar a la que sufren muchos otros periódicos: descenso de la publicidad y de las ventas reales en la edición de papel; pérdida de calidad y de independencia; recortes financieros y de personal, primando el perfil digital sobre el periodístico, y confusión entre cantidad y calidad, y entre comunicación e información en la web. La tirada bajó un 20% entre 2011 y 2013, y está hoy en 130.000 ejemplares.

La peculiaridad de Libè es su estructura accionarial, reunida en el holding Refondation, que comanda desde 2006 el banquero y caballista Édouard de Rotschild, dueño del 26% del capital, amigo y vecino de Nicolas Sarkozy y en teoría nada afín a una línea editorial que sigue siendo próxima al Partido Socialista.

La tirada bajó un 20% entre 2011 y 2013, y está hoy en 130.000 ejemplares

El otro accionista de referencia desde 2012, también con el 26% de las acciones, es otro inversor opaco y ajeno del todo al mundo editorial: Bruno Ledoux, un millonario viajero y coleccionista de objetos de la Revolución francesa y de la epopeya imperial.

El viernes, Ledoux comunicó a la plantilla que la intención de los dueños es reformar de arriba abajo Libè para convertirlo “en un periódico, una red social con contenidos de pago y un espacio cultural”. Su idea, dijo, es montar en la sede del diario, situada en la calle Béranger (tercer arrondissement de París), en “un lugar de encuentro para jóvenes” con un restaurante y un bar diseñados por el ‘arquitecto estrella’ Philippe Starck, y trasladar a los periodistas a otro edificio.

El plan ha suscitado las dudas, la cólera y la oposición frontal de la redacción, que tras hacer huelga el viernes pasado publicó el lunes una portada con el título “Somos un periódico”. El malestar ha crecido con la filtración de un correo electrónico de Ledoux en el que califica a los periodistas del diario como “espíritus estrechos” y añade que los va a convertir en “ringards” (horteras).

En una nota hecha pública hoy jueves, la redacción ha pedido a los dueños que preserven la identidad de Libèration y que presenten “un plan de ahorro y recapitalización para desarrollar un nuevo modelo económico y un proyecto editorial ambicioso”.

Pero las malas noticias se acumulan. La última es que, según publica hoy el diario digital Mediapart, la sede de la calle Béranger, que en teoría pertenece a Bruno Ledoux, tiene desde 2001 varios dueños ocultos tras una cascada de empresas situadas en paraísos fiscales como Luxemburgo, Panamá y las Islas Vírgenes británicas. Mediapart revela que Hacienda ha descubierto ese montaje off-shore y reclama más de 40 millones de euros a Ledoux, accionista minoritario del inmueble, y sus socios en un procedimiento judicial en curso.