Aquelarre en 'American horror story: Coven'
"De la única de la que debéis tener miedo es de mí". Los que ya conozcáis American Horror Story ya habréis detectado que una frase así solo puede venir de un personaje interpretado (magníficamente) por Jessica Lange. Si esta serie (o miniserie anual, y van tres años) que mezcla el horror con el terror y la casquería con el misterio ha triunfado, ha sido entre otras cosas por la actriz. Y en la tercera entrega no va a ser menos. E incluso puede ir a más con otras dos intérpretes que le pueden estar a la altura, Kathy Bates (desde ya decimos que lo está) y Angela Bassett. American Horror Story volvió esta pasada madrugada en España con el subtítulo de Coven (aquelarre, en castellano) en el canal Fox en versión original subtitulada, y la podréis ver en prime time a partir de noviembre. Pero la serie ha vuelto con un primer capítulo que deja algunas dudas respecto a las dos entregas anteriores, que en el segundo capítulo empieza a despejar...
Ojo, a partir de aquí hay algún que otro spoiler.
El inicio de la tercera temporada cuenta cómo tras las persecuciones, juicios y ejecuciones a brujas de Salem en el siglo XVII, éstas deciden mudarse al sur de lo que ahora es Estados Unidos, y allí pasar lo más desapercibidas posible. 300 años después quedan pocas y son una especie en extinción. En Nueva Orleans una de las hechiceras que quedan, Cordelia Foxx (Sarah Paulson), descendiente de aquellas perseguidas en Salem, abre una escuela para brujas, a la que asisten tres cuatro alumnas (Taissa Farmiga, Emma Roberts y Gabourey Sidibe y Jamie Brewer -a la que se me había olvidado añadir a primera hora en este post, algo imperdonable porque en ambos capítulos iniciales tiene grandes momentos-). Y es aquí donde tras una larga ausencia reaparece la líder suprema de las brujas, sí Jessica Lange, que además es madre de Cordelia.En los minutos iniciales del primer capítulo también se presenta el personaje interpretado por Kathy Bates, Delphine LaLaurie, una figura histórica real de principios del siglo XIX famosa por haber torturado y matado a decenas de esclavos en su mansión de Nueva Orleans (que hoy sigue en pie y se puede visitar). Y a la reina del vudú sureño, Marie Laveau (Angela Basset), también personaje histórico, que en la serie se enfrenta a LaLaurie y al personaje de Lange (Fiona Goode, haciendo el juego de palabras con good=bueno).
American Horror Story, en su primer capítulo, es menos impactante que las dos entregas anteriores, especialmente que la segunda, Asylum. Parece que Ryan Murphy nos va ofrecer una serie más convencional y menos gamberra que deja el primer episodio para presentar a los personajes y la situación. El capítulo está bien, es más que correcto, con alguna gran imagen, como ese aquelarre todo vestido de negro paseando por el casco antiguo de Nueva Orleans, pero respecto a lo visto anteriormente resulta un poco desconcertante. Hay menos oscuridad, menos brutalidad, menos gamberrismo. Algo que a partir del segundo episodio cambia y la esencia de la serie parece que vuelve a aparecer.
Pero la impresión inicial es extraña. Esa escuela para jóvenes señoritas que en verdad son brujas parece la escuela de los X-men, con adolescentes, cada una con un poder diferente, que tienen que aprender a vivir con el rechazo de una sociedad que no las aceptaría de mostrarse públicamente y a dominar su energía mágica (de hecho el personaje de Farmiga es similar al de Pícara, con su incapacidad para tocar a alguien, en este caso a través del sexo, sin hacerle daño). El primer capítulo parece (insistimos en el parece porque luego todo vuelve a su ser) que va a ser una serie de adolescentes, un Embrujadas más oscuro... Todo parece demasiado comedido, pero a la vez se intuye que todo se va a embrutecer.
Las señas de identidad de la serie van apareciendo poco a poco.
- Tenemos una mansión o casa misteriosa con mucha personalidad: en la primera temporada era el hogar lleno de fantasmas de la familia Harmon; en la segunda el psiquiátrico de los horrores; en esta tercera la escuela de brujas y la casa de los horrores de Madame LaLaurie.
- Las mujeres son las grandes protagonistas. Es quizá una de las mejores cosas de las tres temporadas y en especial de Coven
es: estamos ante una serie en el que los personajes femeninos cargan con la
historia y con las interpretaciones. Es un serie sobre todo tipo de
mujeres: fuertes, débiles, buenas, malas, horribles, encantadoras,
ambiciosas, terroríficas, poderosas, ingenuas... Con actrices como
Jessica Lange o Kathy Bates es imposible no caer rendidos a sus pies.
- La banda sonora está muy cuidada, desde el tema principal de la intro a las canciones escogidas para cada momento (la segunda temporada no hubiese sido lo mismo sin ese perforador Dominique). En el inicio de Coven tenemos la mítica House of the rising sun y a Fleetwood Mac (¿Stevie Nicks es una bruja?).
- La aparición del mismo reparto para historias diferentes. Repiten por tercera vez Jessica Lange, Evan Peters (de nuevo metido de lleno en una historia de amor macabra), Lily Rabe (cuya primera aparición en la tercera temporada está conectada en cierta forma con su final en la segunda...), Frances Conroy (aunque en Coven de momento solo ha sido casi de refilón) y Sarah Paulson. Vuelven Taissa Farmiga (de nuevo adolescente atormentada) y Denis O'hare (el hombre quemado de la primera temporada ahora es un mayordomo inquietante mudo). Y esperamos alguna aparición, aunque sea algún cameo de Zachary Quinto (en más de una ocasión ha dicho que le gustaría volver) y de Dylan McDermott. Lástima que Connie Britton no haya vuelto a asomar...
- La utilización de un personaje misterioso, aterrador, un monstruo: el hombre de latex de la primera temporada, Bloody face en la segunda y un minotauro en esta última...
- Las referencias a clásicos televisimos y del cine del terror y lo fantástico. En esta tercera entrega hay homenajes directos y sin complejos a Embrujadas, Sabrina, Las brujas de Eastwick, Eyes wide shut, X-men, Harry Potter o Frankenstein. Ojalá que también se acuerden de Las brujas de Roald Dahl, probablemente una de las mejores historias de brujas de la historia.
En la primera temporada los temas fueron la infedilidad, la familia y la maternidad, mezclados con fantasmas. En la segunda, la locura (y de nuevo referencias a la maternidad y la concepción) con historias de asesinos en serie, alienígenas (sí, esta parte no nos convenció del todo), criminales de guerra y exorcismos. En esta tercera temporada parece que el tema va dirigido a la lucha entre razas y a la persecución de minorías y, puede, que de nuevo a la maternidad, a través de la brujería, el vudú y los espíritus malignos. Respecto a lo de la maternidad, de hecho una de las escenas más potentes de esta nueva temporada es el conjuro que hace el personaje de Sarah Paulson con su marido para quedarse embarazada...
Así que sí, pese a un inicio un poco decepcionante, no dudamos de que American Horror Story nos va volver a ofrecer esos planos y movimientos de cámara inquietantes, esos momentos desagradables (el momento Frankenstein del segundo capítulo lo vaticina), más sangre, más horror y sin duda, enfrentamientos dialécticos geniales entre Jessica Lange y Kathy Bates. Y con esto último de verdad que ya es más que suficiente.
Y así comentamos el principio de la segunda, por Á. P. R.
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