¿Aventura o ‘reality’?
Artífices de los programas de expediciones hablan de la evolución de este tipo de formato
Entre los tres han subido las montañas más altas del mundo, viajado a los lugares más recónditos, nadado junto a tiburones, atravesado desiertos de arena y de hielo… Miguel de la Quadra Salcedo, Sebastián Álvaro y Jesús Calleja son tres aventureros que han recorrido el planeta y lo han contado en televisión, en tres épocas muy distintas, con medios diversos y formatos diferentes. Calleja (Fresno de la Vega, León, 1965) ha tomado el relevo en este tipo de espacios con Desafío extremo, que se emite en Cuatro los domingos a las 22.30. Este leonés se define como un "antihéroe" que cuenta “lo mal” que lo pasa en sus peripecias. En uno de sus últimos programas se pudo ver cómo el globo en el que viajaba en Laponia parte del equipo se machacaba contra las copas de un bosque. "Corremos riesgos pero lo gestionamos muy bien. Aunque hay cosas que no se pueden prever".
En conversación telefónica desde Bután, adonde se ha desplazado para visitar "un parque nacional que acaban de abrir con el objetivo de no molestar a los yetis, una idea romántica en un país conocido por buscar al máximo la felicidad", Calleja destaca "el tono divertido" que busca en la narración de Desafío extremo. Otra característica que, dice, distingue a su programa es la variedad de disciplinas en las que se embarca: "Alpinismo, travesías, submarinismo, espeleología, pilotaje de helicópteros…".
Este alpinista cuenta que el programa del que bebió y el espejo en el que se miró fue Al filo de lo imposible, célebre título de TVE que empezó en 1982 y dirigió 27 años Sebastián Álvaro (Madrid, 1950), hasta que un expediente de regulación de empleo (ERE) lo mandó a casa a finales de 2008. "Al filo de lo imposible simbolizaba el documental bien hecho, como también lo era El hombre y la tierra, de Félix Rodríguez de la Fuente", lo define su autor. Álvaro recuerda Al filo…, que ya no se emite, como "el documental de aventura naturaleza que, además, tenía un fondo ético, la ética romántica de los aventureros del siglo XIX". Algunas producciones de Al filo… "podían llevar hasta dos años de preparación, luego era un mes rodando y otro de montaje". Para Álvaro, "lo importante era mostrar la relación del hombre con la grandiosidad de los últimos paisajes vírgenes de la tierra, eso es la aventura".
Sobre el programa de Calleja, Sebastián Álvaro no lo califica como documental. "Es más bien un reality porque no tiene intento de hondura, no me interesa, está muy alejado de lo que hacíamos nosotros". Unas palabras con las que Calleja está "completamente en desacuerdo". “Yo solo intento acercarme al espectador y aunque mi presupuesto sea muy pequeño me atrevo con cualquier cosa. Así que, lo que nosotros hacemos es más auténtico". Y añade: "Desafío... es un pelín de documental y mucho de aventura, si me aprietas, más que Al filo… porque ellos tenían una gran producción y yo estoy solo con un cámara, tengo que buscarme la vida constantemente, conectar el satélite, enviar fotos, atender a Twitter, prepararme la cena, planificar el día siguiente…"
El pionero
Si hay un pionero en buscarse la vida y protagonizar programas de aventuras en televisión es Miguel de la Quadra-Salcedo (Madrid, 1932). "De origen vasco-navarro", fue atleta, vivió en el Amazonas y se enroló en un ballenero antes de ser contratado como reportero en TVE para el programa A toda plana en 1965. Luego llegaron El mundo en acción, Los reporteros, Españoles en el Pacífico… "Entonces no había Internet y la planificación para los viajes la hacía en la Biblioteca Nacional, consultando legajos y libros de exploradores".
Para Sebastián Álvaro, la aventura es "mostrar la relación del hombre con la grandiosidad de los últimos paisajes vírgenes"
De todos los lugares que han pisado estos aventureros, Calleja recuerda especialmente cuando escaló la cuarta montaña más alta del mundo, el Lhotse, muy cerca del Everest, en la cordillera del Himalaya, a 8.516 metros de altitud. "La parte final la tuve que hacer solo porque el sherpa ya no podía, fue terrible". En el caso de Álvaro, lo peor fueron los viajes en los que perdieron la vida dos compañeros suyos ("son fracasos personales porque yo era el jefe de la expedición") y la expedición al Polo Norte.
Después de tanto vivido, Calleja y Álvaro coinciden en que la gran enseñanza de sus periplos es la grandeza, la inmensidad del planeta y lo pequeño que es el hombre en comparación. "Sin embargo, nuestra cabeza nos permite alcanzar lo imposible", apostilla el segundo.
¿Qué aconsejan para los valientes que quieran seguir su estela? De la Quadra-Salcedo, artífice de la Ruta Quetzal-BBVA, esa singladura que desde 1979 ha llevado a 10.000 jóvenes por el Amazonas, selvas, volcanes y montañas de Iberoamérica, solo hay un ingrediente, "ilusión". "Que nunca tengan miedo y siempre muestren decisión", apunta Calleja, mientras que Álvaro recomienda "viajar sin anteojeras y llevar mucho cuidado". "El riesgo cero no existe nunca en la naturaleza".
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