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Héroes

David Trueba

En Los Vengadores se insiste en la identificación de los atentados contra las Torres Gemelas con el mal causado por fuerzas exteriores. Así, los superhéroes se entregan, sin límite presupuestario ni derecho a una defensa justa, a la destrucción de los villanos. La ficción ideológica es siempre un preparativo para la realidad, impone unas reglas de juego que luego aceptaremos de manera automática porque hemos sido convenientemente deformados para ello. Después de los malos están los tontos, que en la película son quienes, salvada la humanidad tras grandes fatigas, aún ponen en duda la existencia de superhéroes o se hacen preguntas incómodas en la tele. Varios de ellos responden al arquetipo del intelectual.

No hay nada nuevo en la película, ni su éxito ni el ajustado traje de cuero de la chica ni el personaje descreído que finalmente se convierte a la fe. Pero en el momento más delicioso alguien le pregunta a un renacido Capitán América si cree que aún funcionará lo del traje con los colores de la bandera de barras y estrellas. "Quizá en estos momentos se necesite más que nunca recuperar esos valores antiguos", es la respuesta que casi está pidiendo vítores enlatados. Pero volvamos a la realidad. Lo maravilloso de Europa es que no tiene iconografía de superhéroes y la idea del personaje salvador es ajena a nuestra tradición ilustrada. Por eso las crisis nos consumen y desalientan, porque no esperamos recetas mágicas y aunque el miedo traiga caudillos siempre se ven obligados a militarizar su popularidad. Aquí recibimos a Hollande, con la fe en un aseado profesor de secundaria, con la confianza en el sentido común que ojalá nunca perdamos del todo.

El País Desaparecido al que canta Jeff Tweedy de Wilco es lo opuesto al taquillero sueño de aplastar al extranjero para sanar los complejos propios. Nos urge a despertar de esa siesta donde somos consolados por los noticiarios que retratan la tragedia ajena. No sé si Grecia se convertirá en la víctima de nuestra guerra económica, pero a falta de superhéroes renacidos, Europa tiene que sacudir el polvo a los valores antiguos que mejor nos representan, los que seguimos necesitando más que nunca para no convertirnos en un continente desaparecido.

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