Justified: La justicia soy yo (y lo demás son tonterías)

  Raylan Givens no es un mal tipo, pero es mejor no tocarle la entrepierna (metafóricamente hablando). Tampoco es un policía al uso, ya que la justicia que le importa está más cerca de sus tripas que de la estrella que lleva colgada en el pecho. Raylan es un poco como el Joe Pesci de Uno de los nuestros, no tanto en chifladura como en determinación: si le das una bofetada el te dará un bofetón: si le das con un cenicero el vendrá con una silla; si le sacas un cuchillo él sacará una espada. Y así hasta el infinito.

Para Raylan todo es personal, aunque hable con esa voz de tono exquisito hasta cuando tiene un pistolón en los morros. No le van los gritos ni la mala educación pero lleva su arma siempre cargada y si le tiene que pegar un tiro a alguien pues se lo pega y listos. Las balas están para algo.

Raylan es el protagonista de Justified (en España en Calle 13, dial 20 de Digital +), una de esas series que dan reparo hasta que uno se sienta a mirarlas y se le acaban colando en la agenda. Justified es la historia de un tipo exquisito, más duro que una piedra y con un código de valores que incluye la aplicación de aquello conocido como "justicia instantánea", algo apreciado por la población pero denostado por los de arriba, que tienen que guardar las apariencias. Ya se sabe, no queda bien salir en televisión con manchas de sangre en la corbata.

La historia arranca cuando el señor Raylan vuelve a casa, al Kentucky profundo, después de que su mano larga y huracanada le haya causado problemas en Miami.

La legendaria caballerosidad del sur se ha convertido ahora en un batiburrillo de nazis, forajidos de medio pelo o de melena completa, traficantes y toda clase de personajes que pocas veces responden al mano de manual y que se enredan (más bien) en ese ejercito formado por los amantes de la ambigüedad. Lo malo (para ellos) es que para Raylan la ley traza una raya electrificada entre él y los tipejos a los que persigue. 

¿Malo oficial? Walton Goggins. El Shane Vendrell de The Shield, aquella serie que (re)definió el termino "brutal" con saña y alevosia y que sigue siendo de lo mejor que ha dado la tele en la última década. El personaje de Goggins, Boyd Crowder, es uno de esos villanos que vendería a su madre por un plato de berberechos para a continuación tirar los berberechos al darse cuenta de lo que en realidad le apetecía era vender a su madre.

Sin embargo en la segunda temporada (que le da mil vueltas a la primera) ha surgido uno de los personajes más repugnantemente memorables de los últimos tiempos: Mags Bennet.

Esta gentil dama (interpretada con perfecto desparpajo por Margo Martindale) es de esas personas que ayudaría a una viejecita a cruzar un paso de cebra y luego la arrojaría contra un autobús porque en aquel momento le parecía una buena idea. La pérfida Mags es la jefa de una red de distribución de marihuana pero también un gozoso referente para la comunidad local y en esa dicotomía salvaje Margo Martindale logra el milagro de la credibilidad: la escena de la ejecución de uno de sus compadres en el comedor de su casa o el castigo a su hijo (en el video que sigue) son de una parsimonia terrible, acentuada por las palabras de esta Cruella de Vil con acento tejano.

No nos dejemos a Raylan, interpretado en cuerpo y alma por Timothy Olyphant en un papel que tiene trazos de su magnífico Seth Bullock (Deadwood) y que sirve para recupera a un actor que se empeña en ser irregular cuando lo tiene todo para ser un grande.

Mención aparte para los magníficos guiones, el perfil de los personajes y la perfecta dirección. No por nada están involucrados nombres como John Dahl, Jon Avnet o Tony Goldwyn sin olvidarnos del auténtico culpable: Elmore Leonard.

El novelista, en tareas de productor ejecutivo, ha decidido enfangarse hasta el cuello, tomar las riendas de la serie y demostrar que Justified está hoy por hoy a años luz de cualquier otra propuesta de tintes policiales.

Si esto sigue mejorando (y tiene toda la pinta) no tardaremos mucho en hablar de un clásico. Lo decidiremos a principios de 2012 cuando arranque la tercera temporada.