Kiko Llaneras: “Me gusta escribir algo que se comparta con otro mientras tomas un café”

La semana pasada una veintena de suscriptores de EL PAÍS se reunieron con el periodista de datos Kiko Llaneras. Se encontraron en la redacción de Madrid, como parte de las actividades exclusivas del programa de EL PAÍS+. La relevancia del azar en las predicciones, las herramientas con la que trabaja el diario, el contexto que acompaña a todo dato o la llamada cocina electoral fueron algunos de los temas sobre los que conversó el grupo durante algo más de una hora.

En la misma sala en la que se decide cada tarde la portada de la edición impresa de EL PAÍS, los suscriptores se encontraron con el ingeniero y periodista. Al inicio de la reunión Llaneras les adelantó el lanzamiento de un modelo de predicción del Mundial de fútbol de Qatar, que arranca este domingo. Junto a su compañero Borja Andrino, y con la colaboración de otros equipos, cada día simularán el Mundial e irán contando las posibilidades que tiene cada equipo para ganar.

Los suscriptores debatieron sobre las maneras de tratar los datos y presentarlos, “la cocina”. Llaneras explicó que siempre es preciso tener en cuenta el contexto de las bases de información para así solventar deficiencias de las muestras. Por requerimiento de un suscriptor, se detuvo a analizar la cocina más popular: la de las encuestas electorales. “Es una cuestión muy acotada porque siempre tiene los mismos problemas, como los indecisos”, explicó. Llaneras ahondó en las taras habituales de las muestras y sus resoluciones.

También describió cómo el equipo de Narrativas Visuales, en el que él se integra, trabaja de manera transversal con la redacción del diario. Los temas de actualidad que contienen una mirada de datos pasan por su mesa, pero hay otros que se generan dentro de la propia sección. “Personalmente los que más disfruto son los que tocan a la gente; a todos nos agrada que hablen de nuestro barrio, nuestra vida, nuestro coche o nuestro móvil; me gusta escribir algo que se lea y que después se comparta con otro mientras tomas un café, que uno le diga a otro: mira, has visto esto”. De ahí han nacido trabajos como los mapas de rentas por barrios o la distribución de los colegios públicos y privados.

El debate también transitó por la influencia de los datos en la vida de las personas y la facilidad para manipularlos, especialmente cuando se obvia el contexto. Una de las suscriptoras, profesora, puso de ejemplo las notas de la EBAU, que pueden determinar la popularidad de un instituto de secundaria sin tener en cuenta otras cuestiones de la enseñanza, como el bienestar de los alumnos. Las herramientas específicas de programación y visualización que emplea EL PAÍS o las fuentes públicas y privadas a las que accede en busca de información fueron otras aristas de la conversación.

Antes de reunirse con Llaneras, los suscriptores visitaron la redacción de EL PAÍS. Pudieron conocer los procesos de trabajo dentro del diario y las secciones de Vídeo o Audio. También conversaron con la jefa de Última Hora, Pilar Álvarez, y comprobaron en directo el efecto de enviar una alerta a través de la app de EL PAÍS: un pico de lectores que se conectaban para leer quién había ganado el Premio Cervantes.