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Por Equipo de Comunicación

Rafa de Miguel: “Hay una especie de pacto de silencio para dejar atrás la pesadilla del Bréxit”

El corresponsal de EL PAÍS en Londres analiza junto a los suscriptores del diario los frentes abiertos del Gobierno de Boris Johnson

El corresponsal en Londres de EL PAÍS, Rafa de Miguel, conversa con los suscriptores del diario.
El País

El pasado jueves el corresponsal de EL PAÍS en Londres, Rafa de Miguel, se reunió con un grupo de suscriptores del diario para analizar los frentes abiertos del Gobierno de Boris Johnson. El encaje de Irlanda del Norte en el Bréxit, la cuestión independentista en Escocia o la recta final del reinado de Isabel II fueron algunos de los asuntos tratados. El encuentro, realizado de manera virtual, forma parte del programa de actividades exclusivas de EL PAÍS+ y estuvo moderado por la periodista Andrea Nogueira.

El primer ministro ha sobrevivido a una moción de censura que le da un año de margen para recuperar apoyos. “El ambiente no es bueno, pero creo que, aunque desde la distancia nos pueda parecer que está contra las cuerdas, todavía le queda un poco de recorrido”, valoró De Miguel. En su opinión, los diputados que votaron en contra de Johnson, los llamados backbencher porque se sientan en las bancadas finales del Parlamento, no tienen un plan concreto de destitución.

El corresponsal explicó que muchos de ellos, sin cargo en el Gobierno, “estaban profundamente irritados” con el asunto de las fiestas de Downing Street, el llamado Partygate, porque estos diputados visitan cada semana a sus votantes y reciben de primera mano sus quejas. “Pero no tienen una coordinación como la que pudo tener el grupo que acabó con Theresa May”, señaló De Miguel, que también introdujo la falta de un líder claro que reemplace al actual.

Su estabilidad depende ahora de varias cuestiones, como los resultados de las votaciones locales que se celebran este jueves o la publicación, a final de año, del informe de la Comisión de Privilegios del Parlamento que dirá si el primer ministro cometió desacato al mentir sobre las fiestas.

Pero el partido conservador está también muy pendiente de que el mandatario lleve a cabo su desafío a la Unión Europea con el protocolo del Bréxit para Irlanda del Norte. De Miguel recordó que este apartado es clave en el acuerdo de separación entre ambas instituciones. Los euroescépticos aceptaron que Irlanda del Norte siguiera formando parte del espacio aduanero de la UE, pero “nunca, nunca” les convenció esta opción. El país se enfrenta a sanciones millonarias si cambia de manera unilateral este tratado, pero De Miguel no duda en que Johnson seguirá hasta el final con este órdago porque es la manera de garantizar su supervivencia política. El corresponsal vaticinó dos futuros: “Esto puede convertirse en una guerra comercial con la Unión Europea, que podría ser desastroso para un país que está ya a un pie de la recesión, o puede ser también, como ha ocurrido en muchas otras ocasiones, que al final la Unión Europea acaba mostrando una pequeña dosis de flexibilidad, se sientan a negociar y, como decía Lampedusa en su novela, todo cambia para que todo sea igual”.

El calado del Bréxit en la calle, dos años después de su incoación, levantó mucha curiosidad entre los suscriptores. De Miguel compartió el hartazgo de la sociedad por un tema que los ha acompañado durante años y que, al menos por ahora, quieren dar por cerrado. Señaló que incluso en la vida política es una bandera que tan solo interesa ondear a los conservadores en ciertas ocasiones, como ahora con la problemática de Irlanda del Norte. Lo que son indudables, apuntó el corresponsal, son las consecuencias económicas, tal y como ya predijo el propio Banco de Inglaterra en su momento. El periodista puso de ejemplo las compañías aéreas, que tienen graves problemas para la contratación de personal extranjero, a lo que ahora deben sumar la inflación. “La realidad es que el Bréxit ha afectado mucho a la economía de este país, pero hay una especie de pacto de silencio para dejar atrás esta pesadilla”.

Los suscriptores se interesaron también por el jubileo de la reina Isabel II, sobre los festejos y sus ausencias, pues la monarca no ha podido participar en los grandes actos debido a sus problemas de movilidad. “A nadie le amarga una fiesta y sobre todo después de dos años de pandemia”, valoró de De Miguel sobre la participación ciudadana. Sobre la propia reina certificó el gran apoyo que todavía mantiene entre los británicos, para quienes ha sido un referente de estabilidad durante 70 años. “Mucha gente no ha conocido a otra persona al frente de la monarquía”, evidenció. También calificó el proceso de transición que vive la monarquía como “muy humana”: “No esperan que abdique como tal, pero cada vez va dando más protagonismo a su hijo Carlos”.

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