_
_
_
_
_

La incineradora de Cercs suma opositores

Los ecologistas del Berguedà logran sumar a la Diputación de Barcelona en el rechazo a la infraestructura

A principios de octubre se dio a conocer el plan para convertir la antigua central térmica de Cercs en una incineradora industrial. Desde entonces, la oposición al proyecto entre los vecinos de la comarca del Berguedà no ha dejado de crecer. “Todas las directivas europeas apuntan a la prevención de los residuos; crear una nueva incineradora es todo lo contrario”, defiende el ambientólogo Antoni Ferran, miembro de la Plataforma Anti-incineradora de Cercs. La entidad lucha para que, desde las calles y las instituciones, se logre frenar el proyecto.

Más información
Una empresa quiere transformar la térmica de Cercs en incineradora

Las reivindicaciones ecologistas han dado un paso más y ahora las respalda también la Diputación de Barcelona. El pasado jueves, la institución aprobó una moción para pedir a la Generalitat que prohíba la autorización de nuevas incineradoras, un plan de cierre de las plantas actuales y la aprobación de una ley de residuo cero. La propuesta, presentada por Esquerra, contó con los votos a favor de los comunes, Tot per Terrassa y Ciudadanos, y se acordó que la Diputación se uniría a las demandas de la plataforma.

El colectivo contrario al proyecto EcoCercs Energy, que cuenta con más de 300 personas adheridas, presentó una moratoria al Parlament con unas pretensiones similares. La plataforma reclama que, hasta que no se reduzcan el 40% los gases de efecto invernadero en Cataluña, no se tramiten nuevas incineradoras ni se amplíe la capacidad de las plantas existentes. De momento, el texto cuenta con el apoyo de ERC, la CUP y En Comú Podem, mientras que Junts per Catalunya todavía lo está debatiendo.

El alcalde de Cercs, Jesús Calderer (Junts pel Berguedà), no se ha manifestado en contra del proyecto ni acudió al último consejo de alcaldes, que aprobó por unanimidad una moción contra la incineradora. El plan, que requiere una inversión de 130 millones, ha despertado recelos tanto por la contaminación que supone como porque se haya conocido la propuesta cuando las negociaciones entre la empresa y el Ayuntamiento están muy avanzadas. La empresa EM Spain Waste & Treatment, impulsora del proyecto, es propietaria de las instalaciones térmicas desde hace un año.

En Cataluña hay cinco centrales incineradoras de residuos. De estas, cuatro producen energía con residuos municipales no reciclables; solo la de Constantí gestiona residuos industriales peligrosos. EcoCercs Energy sería la primera planta española en producir energía a partir de 330 de toneladas anuales de residuos industriales no peligrosos, maderas y coches desechados. Por ahora no hay un informe ambiental de la Generalitat que avale el proyecto.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_