El retrato “imposible” de Rita Barberá ya cuelga de la galería de alcaldes de Valencia
El pintor valenciano Luis Massoni elabora el cuadro a partir de fotos y objetos personales y retrata a la Rita más "esplendente, extrovertida y poderosa"
El retrato de Rita Barberá, la alcaldesa que más años ostentó la vara de mando de la capital valenciana, colgará a partir de hoy, sin más ceremonias, de la galería de notables del Ayuntamiento, tres años después de su súbita muerte en un hotel de Madrid. El pintor valenciano Luis Massoni, que recibió el encargo de la familia Barberá en 2017, ha retratado a partir de fotografías y objetos personales a la Rita más "esplendente, impulsiva y gloriosa".
En el ambiente íntimo de su estudio, rodeado de libros, esculturas y cuadros, sin la presencia de fotógrafos, con una luz de penumbra, Massoni ha desgranado detalle a detalle las claves de el retrato "imposible" -pues carecía de la modelo viva- de una de las políticas más reconocidas e influyentes de las últimas cuatro décadas en España.
"El artista no viene a juzgar sino a levantar acta", ha dicho Massoni, para quien el episodio del caloret fue un punto de inflexión en la trayectoria de Barberá porque fue a partir de ahí cuando comenzaron a crecerle los enanos, como se inició su calvario judicial y su declive político.
Fue la familia de Barberá la que en 2017 le encargó el cuadro y le entregó una serie de objetos personales de la exalcaldesa: uno de sus característicos vestidos rojos, sus perlas, fotografías de diferentes épocas y la vara de mando municipal, que la regidora recubrió cada mandato en el que fue reelegida con un anillo de oro grabado "hasta casi convertirlo en un cetro".
"Es un retrato insólito, sorprendente, hasta cierto punto raro", ha dicho su autor, quien a pesar de su aversión por las fotografías, ha tenido que recurrir a ellas ante la falta de una modelo viva. "Al estar ausente he tenido que recurrir a las fotos" de la que fuera alcaldesa, diputada y senadora por el Partido Popular.
Massoni, que no conocía personalmente a la que fue alcaldesa de Valencia durante 24 años, ha mostrado su rechazo a los retratos pictóricos realizados a partir de instantáneas "pero las ha utilizado aunque no de forma servil", ha defendido. "La pintura es una experiencia directa como la poesía. ¿Imaginan a Antonio Machado escribiendo el poema A un olmo seco, mirando una fotografía del árbol?", ha aseverado el artista.
Massoni no ha revelado ni la opinión que tenía de ella ni tampoco lo que ha cobrado por pintar el cuadro. "La hora me ha debido de salir a dos euros", ha bromeado para evidenciar que no son los honorarios los que le movieron a aceptar el encargo. Lo cierto es que en 2017 se reservó una partida presupuestaria de 15.700 euros para sufragarlo y aunque debía estar listo en diciembre de 2018, el autor pidió una prórroga que le fue concedida.
Desde el consistorio han explicado que a lo largo del día se colgaría el cuadro. No se ha convocado ningún acto público y según han indicado los funcionarios presentes en la presentación, dado que el último cuadro, el de Clementina Ródenas, se colgó hace más de 20 años, quienes están hoy no sabían cómo se había procedido.
En un poco habitual retrato aparece una Rita Barberá ataviada con un traje de color marfil -otro de sus colores habituales-, dos guías urbanas Bayarri de la capital, de 1991, año en el que Barberá se convirtió en alcaldesa de la ciudad. Un compás, como el utilizado por los arquitectos, como metáfora de los cambios urbanísticos que vivió la capital durante su mandato y su vara de mando.
En uno de los lados de este retrato collage, compuesto de varios elementos, aparece una imagen de ella, pequeña, con la patilla de sus gafas en los labios, pensativa, y que bien podría ilustrar los tiempos en que todo empezó a torcerse en la vida de esta política acostumbrada a las mayorías absolutas y a los constantes reconocimientos públicos.
Será el cuadro más grande de la galería de retratos de alcaldes y alcaldesas de Valencia, con 1,4 metros de alto por 1,10 de ancho, al lado del de los todavía vivos Ricard Pérez Casado o Clementina Ródenas, colgados hace muchos años.
Los primeros en ver hace unos meses el lienzo fue la familia de la fallecida. "Pensé que les iba a desconcertar pero les gustó. Se emocionaron y me aseguraron que a ella le hubiera gustado", ha concluido el pintor.
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