100 propuestas para otro acuerdo PP-Cs-Vox ¿con el mismo final?
El bloque de derechas negocia para la Comunidad rebajas fiscales, suprimir los aforamientos y proteger a los denunciantes de corrupción
Rebajas fiscales. Supresión de los aforamientos. Medidas para luchar contra la corrupción. Ayudas a la emancipación de los jóvenes. El PP y Ciudadanos pondrán el foco en esos temas durante las negociaciones para formar gobierno en la Comunidad de Madrid, que acelerarán a partir de este lunes. Las dos formaciones, que necesitan el apoyo de Vox, han intercambiado documentos programáticos, observando grandes coincidencias desde el inicio. Sin embargo, quedan importantes escollos por salvar. Aunque Cs ha valorado tomar como base el documento programático que ha unido a ambos partidos en Andalucía, prepara otro alternativo; Vox reclama representación en entes gubernamentales, e Ignacio Aguado no ha renunciado a la presidencia.
Un calendario tasado al milímetro
El tiempo del que disponen el PP, Cs y Vox para negociar su acuerdo de investidura está claramente tasado en el reglamento de la Asamblea de Madrid. Tras la constitución de la Cámara, el pasado martes 11, hay 15 días como máximo para que Juan Trinidad, el nuevo presidente del órgano, proponga un candidato a la presidencia del a Comunidad.
“Formalizada la propuesta, la Presidencia de la Cámara fijará la fecha de celebración de la sesión de investidura, que tendrá lugar entre el tercer y el séptimo día siguiente, y convocará el pleno a tal fin”, especifica la norma. “En el supuesto de que, tras la consulta con los representantes designados por los grupos políticos con representación en la Cámara, la Presidencia de la Asamblea no pudiera proponer al pleno un diputado como candidato a la Presidencia de la Comunidad, aquella fijará la fecha para la celebración de la sesión de investidura”, sigue. “Constatado en dicha sesión de investidura que ningún candidato habría obtenido la confianza de la asamblea, comenzará a computarse el plazo de dos meses (tras el que es obligatorio convocar elecciones)”.
Los partidos calculan que hay que convocar un pleno de investidura el 11 de julio como tarde, y que tienen como máximo hasta el 11 de septiembre para cuadrar un acuerdo. Si para entonces no han conseguido los votos suficientes para investir a un candidato, Madrid repetirá elecciones por segunda vez (la anterior fue en 2003, tras el tamayazo).
La mayoría de las cartas están sobre la mesa. El PP ya le ha entregado a Cs y Vox un documento con 100 propuestas programáticas para buscar en sendas negociaciones paralelas el apoyo de sus votos a la investidura de Isabel Díaz Ayuso como presidenta de la Comunidad de Madrid. Entre las propuestas, según fuentes populares, hay una histórica rebaja del IRPF, la promesa de facilitar viviendas a menores de 35 años, y el transporte gratuito a mayores de 65. A su vez, Cs llevó a la mesa de negociación un decálogo de exigencias como suprimir los aforamientos de los diputados autonómicos, impulsar una ley de protección de los denunciantes de corrupción, y otra de despolitización de la Administración para evitar los nombramientos a dedo. Y Vox, por su parte, firmó un preacuerdo con el PP que ahora debe desarrollar programáticamente. Isabel Díaz Ayuso e Ignacio Aguado, junto a los equipos negociadores, se reúnen este lunes en la Asamblea de Madrid.
“No llegaremos a septiembre. Esto debe resolverse en julio. Ignacio Aguado será vicepresidente, ya lo ha dicho él mismo”, aseguró una fuente de la dirección nacional del PP que cuenta con la confianza de Pablo Casado, el presidente nacional. Al tiempo, este interlocutor admitió la necesidad de convivir con la incertidumbre implícita en una negociación a tres bandas, en la que todas las partes apurarán los plazos. “Es el principio de la partícula de Heisenberg”, añadió. “Todo está en movimiento”.
“Está todo abierto y nosotros no renunciamos a nada. Podemos apurar hasta septiembre”, discrepó un consejero de Aguado, el líder regional de Ciudadanos, que se niega a negociar directamente con Vox y a renunciar de partida a la presidencia.
El puesto, sin embargo, parece destinado a Díaz Ayuso si hay acuerdo, porque obtuvo más votos, lidera el bloque de las tres derechas, ya tiene un preacuerdo para aportar los decisivos votos de Rocío Monasterio, y además ha tomado la iniciativa en las conversaciones paralelas que mantiene el PP con sus dos potenciales socios.
“A lo que voy a estar desde el lunes es a defender programas y principios”, explicó la candidata el sábado, cuando asistió a la proclamación de su compañero José Luis Martínez-Almeida como alcalde de Madrid. “Voy a negociar con los partidos con los que estoy más cerca [en referencia a Cs y Vox] sin líneas rojas”, siguió. “Voy a pedir cosas muy básicas desde el principio, políticas que se puedan cuantificar económicamente. No quiero que ningún tema que no sea de estricto ámbito territorial se convierta en folclore ni en broncas”, añadió, pidiendo que no se lleven a la mesa de negociación cuestiones que no se puedan resolver desde las competencias autonómicas. “Y pido transparencia, tranquilidad, y entendernos”.
La entrada de Vox en el gobierno
El PP y Cs afrontan la negociación del gobierno de la Comunidad de Madrid teniendo muy presente el precedente de su acuerdo en Andalucía, cuyo documento programático servirá como base para elaborar la propuesta que lleve Cs a las conversaciones, según fuentes de la negociación. En ese pacto se detallan la limitación de mandatos a ocho años como máximo; una reforma de la ley electoral para mejorar la proporcionalidad y obligar a los candidatos a acudir a los debates electorales; ayudas a autónomos, y la separación inmediata de sus puestos de los imputados por corrupción, entre otros.
En Andalucía, como ahora en Madrid, el problema para el PP será encajar a Ciudadanos y Vox en el mismo acuerdo, cuando la formación de Rivera no quiere aceptar negociaciones ni pactos compartidos con la de Santiago Abascal.
“Pero hay fórmulas”, aseguró una fuente de la dirección nacional de la formación conservadora, que apuntó a la posibilidad de reproducir a nivel regional el acuerdo capitalino alcanzado por las tres formaciones. ¿Y qué pasó en la capital? Que el PP firmó un pacto con Cs y luego otro paralelo con Vox, dejando para más adelante la cuestión de las cuotas de poder, pero abriendo la puerta a que los representantes de Abascal tengan cargos en aquellas áreas dependientes de Martínez-Almeida. Es lo mismo que se negociará ahora en Madrid: que el equipo de Monasterio tenga poder en aquellas carteras gubernamentales que estén en manos del de Díaz Ayuso.
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