El PP negocia por separado con Cs y Vox para unirles con un programa de gobierno de mínimos
El equipo de Díaz Ayuso se citó el viernes con el de Aguado y el sábado con el de Monasterio
El PP está negociando por separado un acuerdo programático con Ciudadanos y Vox para que la derecha logre la presidencia de la Asamblea y de la Comunidad. La formación conservadora intenta superar con esas dos negociaciones en paralelo el desencuentro que separa a sus socios: Vox exige una reunión de las tres formaciones, a lo que se niega Cs. El equipo de Isabel Díaz Ayuso ya empezó a estudiar el viernes con el de Ignacio Aguado los contenidos programáticos que podrían articular un acuerdo de gobierno, y ayer hizo lo mismo con el de Rocío Monasterio.
David Pérez, Ana Camins y Pedro Muñoz Abrines, del PP, empeñaron la mañana del sábado en citarse durante más de una hora en la Asamblea de Madrid con Rocío Monasterio, Ana Cuartero y Pablo Gutiérrez Caviedes, de Vox. Juntos analizaron “los contenidos programáticos de ambos partidos para llegar a puntos de acuerdo”, según un comunicado conjunto. Tras dar un paso parecido el viernes con Cs —con el que incluso llegó a haber un primer intercambio de documentos—, la reunión de ayer con Vox resumió los esfuerzos que está haciendo el PP para lograr la cuadratura del círculo: firmar un acuerdo programático entre tres partidos cuando uno de ellos (Cs) veta una negociación directa con otro (Vox). En Madrid, por ahora, hay dos negociaciones en paralelo.
Los primeros contactos del PP con Cs y Vox han desvelado importantes coincidencias de fondo entre las tres formaciones. Todas están de acuerdo en bajar impuestos. Todas quieren impulsar nuevas ayudas para las familias. Y todas apuestan por eliminar trabas administrativas que faciliten la actividad económica en la región. Hay también posibilidades de entendimiento en educación, sanidad y políticas sociales. Y solo los posicionamientos estratégicos de cada uno están complicando que las coincidencias programáticas se traduzcan rápidamente en una mayoría de gobierno.
Así, Ciudadanos mantiene su veto a negociar directamente con Vox, y deja abierta la posibilidad de que el acuerdo sirva al final para investir como presidente a su candidato, Aguado, y no a la del PP, Díaz Ayuso. Vox, por su parte, reclama que el diálogo sea a tres bandas. Y el PP, en consecuencia, tiene que hacer de puente entre ambas formaciones, igual que sucedió en Andalucía, donde en enero logró desplazar al PSOE del poder tras mantener dos negociaciones en paralelo para conseguir un gobierno de coalición con Cs que fue apoyado por los imprescindibles votos de Vox.
La aritmética parlamentaria de Madrid es similar a la andaluza. El PP logró 30 diputados en las elecciones del 26 de mayo, Ciudadanos 26 y Vox 12. Solo la suma de los representantes de las tres formaciones (68) permite superar la mayoría absoluta (67) para elegir al próximo presidente.
Cita entre Cs y Vox
“Estoy abierto a hablar con todas las formaciones políticas que han tenido representación, no tengo ningún inconveniente en sentarme con la señora Monasterio”, dijo el viernes Ignacio Aguado, el líder regional de Cs. “La idea es sentarnos a hablar, no solamente en esta negociación del gobierno, si no de cara a la legislatura, que habrá que entenderse”, añadió.
Esa afirmación abrió la puerta a una cita entre Cs y Vox que desbloquee la situación sin cesiones por ninguna de las partes. Si no hay negociación directa, y es solo una reunión de presentación, Aguado podrá decir que no ha roto el veto impuesto a Vox. Y si esa foto se produce, Monasterio podrá defender que se ha satisfecho su reclamación de que Vox sea tratado como un igual.
“Ya hemos conocido a uno de los posibles socios, el PP, y espero que los próximos días conozcamos al otro posible socio en este acuerdo”, reclamó Monasterio.
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