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El año que voté por primera vez

De la emoción de las primeras elecciones de la democracia, en 1977, a las que acabaron con el Tripartito de la Generalitat en 2010. Los alcaldables de Barcelona recuerdan su primera vez ante las urnas

Antes que políticos o candidatos, los alcaldables por Barcelona fueron ciudadanos anónimos que un día votaron por primera vez. Las imágenes que acompañan estas líneas les muestran en aquella época. El abanico de edades, desde los 76 años de Ernest Maragall hasta los 27 de Anna Saliente, permiten hacer un recorrido político y personal que comprende cuatro décadas.

ADA COLAU

Autonómicas 1992

La alcaldesa y candidata de Barcelona en comú votó por primera vez con los 18 recién cumplidos, la primavera anterior a los Juegos Olímpicos que pusieron Barcelona en el mapa del mundo. Recuerda que acudió a votar con su madre, “votante socialista de toda la vida”. Votó al candidato del PSC, Raimon Obiols. Ese año Colau cursaba COU y se estaba preparando para la selectividad que le dio acceso a la carrera de Filosofía, que eligió por su interés en “las humanidades y el pensamiento”. Vivía con su madre, su pareja y sus hermanas en el Guinardó. Cuenta que leía mucho, estudiaba teatro y le encantaba el cine italiano. Ya entonces estaba politizada y participaba en el grupo de reflexión y acción política Moviment de Crítica Radical. El alcalde de entonces, añade, era Pasqual Maragall, de quien, asegura, aplaudía su gestión.

JOAQUIM FORN

Generales 1982

De joven, el candidato de Junts per Catalunya era una persona muy activa y politizada, le venía de familia. Quien más tarde tendría un papel clave en el procés participaba en la Crida, militaba en la Joventut Nacionalista de Catalunya y cuando le quedaba tiempo hacía de monitor en el Esplai Turons. A los 18 años le tocó votar por primera vez, en las elecciones que dieron mayoría absoluta a Felipe González. Vivía con sus padres en el barrio de Fort Pienc y después de votar a CiU, se fue a hacer de interventor en un colegio electoral de L’Hospitalet de Llobregat. Forn recuerda que sintió ese día una gran ilusión por votar, aunque en su colegio arrasó el PSOE. Lo recuerda por correo desde Soto del Real, la cárcel donde se encuentra en prisión preventiva por el juicio del procés. Cuando votó por primera vez, Forn estudiaba Derecho y dejó por el camino la vocación de ser médico. Su atracción por la política municipal empezó cuando, dos años más tarde, fue nombrado consejero municipal del Eixample.

MANUEL VALLS

Municipales 1993 (París)

El candidato apoyado por Ciutadans votó por primera vez con 21 años en las elecciones municipales de París. Nacido en Barcelona, hacía solo un año que había obtenido la nacionalidad francesa. Cuando votó por primera vez, Valls combinaba su militancia en el Partido Socialista Francés con los estudios de la licenciatura de Historia. Recuerda que votó por la lista socialista en unos comicios en los que arrasó Jacques Chirac. “Mis referencias eran Michel Rocard, Willy Brandt, Olof Palme, Felipe González; la socialdemocracia abierta y moderna”, explica Valls, que subraya que ha sido un socialdemócrata desde los 18 años: “Jamás fui comunista, trotskista, que es lo que generalmente eres cuando empiezas, una forma de radicalidad. Yo siempre fui socialdemócrata”. Tres años después, en 1986, Valls ganó un escaño en el consejo regional de París, su primer cargo público.

ERNEST MARAGALL

Generales 1977

El cabeza de lista de Esquerra Republicana en la capital catalana y más veterano de todos los candidatos en campaña tuvo que esperar hasta los 34 años para votar por primera vez. Fue en las elecciones generales de 1977. Pero mucho antes de eso su compromiso con la política transcurría en la clandestinidad. Con tan solo 18 años, en 1961, se acercó a la lucha antifranquista a través del Front Obrer de Catalunya (FOC) junto a su hermano, el expresident Pasqual Maragall. Entonces vivía en Barcelona y era analista informático en el Ayuntamiento de Barcelona. Las primeras elecciones de la democracia, de hecho, fueron un año después de que participara en la fundación del Partit dels Socialistes de Catalunya-Congrés.

JAUME COLLBONI

Autonómicas 1988

Con 18 años, el candiato del PSC estudiaba Derecho y trabajaba haciendo encuestas telefónicas. Desde chaval tenía tendencia a tomar parte activa de todo aquello en lo que participaba: la escuela, asociaciones de estudiantes y agrupaciones juveniles. Era una época de intensidad política y social tanto en Cataluña como en el resto de España y el alcaldable socialista estaba al tanto de la información general y la política, aunque nunca se le pasó por la cabeza que se dedicaría a ella. Votó por primera vez en las autonómicas de 1988 y lo hizo por Iniciativa per Catalunya. En las municipales y generales siempre votó socialista. Por su afán de estar en todas las salsas, quiso participar en las decisiones de su distrito, Horta-Guinardó, y fue consejero socialista. Esa experiencia y su trabajo como funcionario en la Diputación de Barcelona sí que determinó que sus pasos se encaminaran definitivamente a la política.

ANNA SALIENTE

Autonómicas 2010

La candidata a la alcaldía de Barcelona por la CUP tenía 19 cuando pudo estrenarse en las urnas. El resultado supuso el fin del Tripartito y la vuelta a la Generalitat de la Convergència de Artur Mas. Votó a la Iniciativa de Joan Herrera. En aquel momento estudiaba sociología en la UAB y alemán en una academia de su barrio, el Baix Guinardó, donde vive con sus padres. Saliente vivió la crisis como un momento con mucha dificultad para encontrar trabajo, aunque ella consiguió hacer clases particulares. De aquellos años también recuerda el día en el que aprobó el carné de conducir, el día de la mujer de 2009 y cuando hubo una nevada histórica en la ciudad.

JOSEP BOU

Generales de 1977

Al candidato del PP le pillaron las primeras elecciones democráticas, las de 1977, con 22 años y volviendo como licenciado de la Brigada Paracaidista en la que se alistó como voluntario. “No me gustaría mentir pero creo que voté a Alianza Popular. Mi padre era de Fraga”, afirma. Votó en un colegio de Roquetes o Verdún, donde su familia tenía la panadería sobre la que él construyó la cadena. “No había experiencia y fue un desastre, hubo quien metió el DNI en la urna. Había confusión, incertidumbre y miedo, pero ganas de entendernos. La izquierda se portó muy bien y eso que perdió la guerra”. Bou tenía inquietudes pero nunca llegó a militar. Se dedicó a trabajar “muchísimo” como panadero y a sufrir las consecuencias de las huelgas políticas que el PSOE, dice, impulsó contra Suárez. “Mi panadería fue la única de Barcelona que abrió en una huelga”. Su tiempo libre lo invertía en leer y hacer deporte.

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