Puig presenta una candidatura renovada en Alicante para olvidar “los errores del pasado”

La ciudad de Alicante es esa asignatura que curso tras curso siempre deja pendiente el PSPV. Primero, porque el partido tiene una estructura sólidamente dividida en la ciudad. Segundo, porque han permanecido más de veinte años en la oposición, con la Alcaldía en manos del PP. Y tercero, porque en las últimas elecciones municipales, tras acceder al Gobierno municipal en una convergencia de izquierdas, apenas pudieron mantener el cetro un par de años. Tocaba pasar los apuntes a limpio, olvidar “los errores del pasado” y afrontar “una nueva etapa”, según el secretario general del partido en la Comunidad, Ximo Puig, que hoy martes ha presentado la candidatura socialista alicantina que encabeza Francesc Sanguino.

De puertas afuera, todos confían en la pujanza del partido tras las últimas elecciones generales para que no haya “dos sin tres” y, tras conseguir la presidencia de España y de la Comunidad, se recupere la Alcaldía de Alicante. De puertas adentro, en la cocina del PSPV nadie está demasiado seguro de lo que pueda conseguir un candidato sin experiencia en política, procedente del mundo de las letras y con un equipo en el que se han borrado todas las referencias de la última lista municipal. De ahí que Puig sea consciente de que su principal labor en esta campaña es “apoyar al candidato” de una ciudad “que ha sufrido mucho”. Tanto por la “corrupción” de la etapa del PP como por los errores de “gente que no estaba por lo fundamental” y que formaba parte de sus propias filas.

La presentación del equipo de Sanguino ha tenido lugar en el Centro Cultural Las Cigarreras. El alcaldable socialista, “hombre de letras”, en sus propias palabras, profesor, gestor cultural y dramaturgo, ha dejado a un lado el discurso mitinero y se ha presentado formalmente ante los suyos con un estilo literario y narrativo. Historias con nombres y sin apellidos que pretenden traslucir que su plan es “crear proyectos de vida para cada ciudadano”. Para ello, es consciente de que con toda probabilidad tendrá que echar mano de apoyos. “Nos vamos a asociar con quien nos quiere, no con quien no nos quiere”, asegura.

También lo había advertido Puig a la entrada al acto. En su cuaderno de bitácora, tiene apuntado que confía en que “puedan converger gobiernos progresistas tanto en Alicante como en la Comunidad Valenciana”. Para calibrar el volumen de la negociación municipal, habrá que esperar a los resultados del 26M. Para la que genere el nuevo Consell autonómico, el Botànic II, espera poder comenzar las negociaciones “la semana que viene”. “Aún no ha habido más que contactos personales”, señala Puig.

Ya en la presentación en sí, en la que Puig ha cerrado un acto en el que también ha intervenido la consejera de Sanidad, Ana Barceló, el presidente de la Generalitat ha apelado a los activos de la ciudad, como la oficina europea de marcas, la EUIPO, o Casa Mediterráneo, ambos impulsados por gobiernos socialistas. Ha avanzado los proyectos que tienen preparados, como el Distrito Digital, un Centro de Envejecimiento y “que la Ciudad de la Luz renazca de sus cenizas”. Y ha subrayado el “sufrimiento” de una ciudad en la que “la losa de la corrupción sigue vigente” y, “sobre todo, el descrédito” en el que han colaborado tanto los alcaldes del PP como el tripartito que perdió el mando por un voto tránsfuga procedente de Guanyar, la unión de Podemos e IU en la ciudad, después de que el alcalde socialista, Gabriel Echávarri, se mostrara incapaz de mantener la confianza de sus socios.

La candidatura de Sanguino es un borrón y cuenta nueva. Un gesto de “generosidad” y “apertura” del partido, según el número uno de la lista municipal. Otras caras, otros nombres, otras formas. Una incógnita con la que el PSPV pretende aprobar en la nueva convocatoria de examen. Con la renovación, se inicia “una operación de apertura, una operación de ciudad, más allá de siglas”, afirma, con la que espera que se repitan los resultados de las generales. “Todos los partidos tenemos una lectura clara de lo que ha pasado”, tanto en el pasado como en los últimos comicios, dice Puig, donde la movilización de izquierdas ha frenado los posibles pactos de la derecha.