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Puig y Oltra eluden criticarse y Cantó pasa al ataque con Bonig en un nuevo debate con las mismas ideas

La segunda disputa entre candidatos a la presidencia de la Generalitat afianza los bloques de izquierda y derecha pese a las críticas internas de Unides Podem y CIudadanos

Manuel V. Gómez
Desde la izquierda: los candidatos a la presidencia de la Generalitat Valenciana, Rubén Moreno (Podemos), XimoPuig (PSOE-PSPV), Isabel Bonig (PP), Mónica Oltra (Compromís) y Toni Cantó (Ciudadanos)
Desde la izquierda: los candidatos a la presidencia de la Generalitat Valenciana, Rubén Moreno (Podemos), XimoPuig (PSOE-PSPV), Isabel Bonig (PP), Mónica Oltra (Compromís) y Toni Cantó (Ciudadanos) Juan Carlos Cárdenas (EFE)

El segundo debate público entre candidatos a la presidencia de la Generalitat ha vuelto a mostrar que hay dos bloques claros en la política valenciana: izquierda y derecha. Y, también, que la competición no solo se da entre bloques, sino también dentro de ellos, como ha mostrado el candidato de Ciudadanos, Toni Cantó. que ha disparado contra el PP en su primera y en su última intervención en el debate organizado por RTVE recordándole a la candidata Isabel Bonig la corrupción de los gobiernos populares.

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Al otro lado del espectro político, en cambio, los reproches han bajado entre los dos socios del Govern del Botànic, PSPV-PSOE y Compromís. La candidata de esta coalición, la vicepresidenta Mónica Oltra, ha reducido las críticas al presidente y candidato socialista, Ximo Puig, con quien pretende reeditar la coalición para regir la Generalitat a partir del 29 de abril. Sí que ha sido duro, tanto con sus potenciales socios como con los partidos de la derecha, el número uno de Unides Podem, Rubén Martínez Dalmau. Este ha reprochado, por ejemplo, que se haya esperado hasta esta campaña electoral para iniciar la reversión a la sanidad pública de la gestión del hospital de Denia.

La segunda cita pública y abierta de los cinco candidatos -hubo otra en la redacción del diario Levante el martes- ha mostrado que los partidos van con un argumentario corto, sin ningún golpe de efecto ni sorpresa reseñables, reiterando ideas y actitudes que ya se vieron el pasado viernes en la Cadena SER.  A saber: Toni Cantó hace valer su experiencia actoral, se desenvuelve con soltura en este formato y combina con agilidad sus críticas a los rivales políticos con las propuestas y el argumentario de su partido. "Es fundamental que los valencianos recuperen la libertad de elegir la lengua en la que se educan los hijos", ha comenzado a exponer en el bloque dedicado a la Educación y la Sanidad".

No ha dejado pasar la ocasión de recordarle al PP su gestión pasada cuando ha recordado a Bonig que de los 9.500 euros de deuda que le correspondería a cada valenciano si se individualizara la deuda autonómica, 8.500 se generaron con los populares, y los otros 1.000 euros con el Gobierno del Botànic.

Por su parte, Bonig ha vuelto a mostrar que conoce muy bien su programa y sus propuestas. En un formato de debate pactado en que cada candidato disponía de tres minutos por bloque que distribuía según su voluntad, la candidata popular, como ya hiciera el pasado viernes, llevaba preparadas sus intervenciones casi al segundo dejándose poco margen para responder a las críticas e interpelaciones recibidas: "Si hay un partido que genera empleo, es el PP. El PP propone con su experiencia una revolución fiscal, que acabamos de hacerla en Andalucía. Los que ganen 35.000 euros o menos, pagarán un 7% menos [de IRPF]. Eso es ayudar a la clase media. Extenderemos la tarifa plana durante dos años. Los menores de 30 años, no pagarán".

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Sus críticas se focalizan en el PSOE o en la "coalición sanchista de izquierdas", sin apenas referencias a Compromís, Podemos o Ciudadanos. Sí que ha habido, en cambio, críticas a la gestión del Botànic cuando ha recordado que hay "13.823" niños estudiando en barracones y ha reprochado que "toda la política educativa ha sido declarada nula por los tribunales".

La defensa más cerrada de este punto le ha correspondido a Oltra. "Ustedes falsearon las listas de espera [de Sanidad]. Lo primero que se hizo fue aflorar 10.000 pacientes que no aparecían", ha echado en cara la candidata de la coalición valencianista.  Su posición más exigente con sus socios socialistas la ha exhibido en la financiación autonómica: "Este es uno de los temas troncales que tienen que ocupar la legislatura que viene. Que tengan claro que quien quiere ser presidente del Gobierno de España con el apoyo de Compromís debe comprometerse con un calendario claro y si no con una regularización de la deuda".

En sus intervenciones finales, tanto ella como el socialista Puig, han aclarado que su opción preferencial es seguir con el pacto de Botànic. "Estos años se ha producido un cambio positivo", ha destacado el presidente actual, que en este debate se ha fajado más contra las críticas y ha tratado de sacar en dos ocasiones la amenaza de la ultraderecha de Vox sin mencionarla directamente: "Me gustaría salir de alguna duda con la coalición antiprogreso. Falta un representante", ha apuntado cuando se abordaba el bloque de violencia de género e igualdad.

Quien ha ido ganando aplomo conforme pasaban los minutos ha sido el líder de Unides Podem, Rubén Martínez Dalmau. Con la libertad que le da no haber estado en el Gobierno del Botànic y ser antagonista de los dos partidos presentes del bloque de derechas, Dalmau no ha dudado en reprochar al PSPV-PSOE y a Compromís que "el Consell no ha tenido fuerza suficiente para regenerar. Todavía está el señor Camps en el Consell Juridic Consultiu". Tampoco se ha olvidado de recordarles el caso de los supuestos enchufes en la Diputación de Valencia.

Aunque las principales andanadas del candidato de la formación morada han sido para el PP, especialmente cuando le ha recordado el presunto uso de recursos de Interior para espiar a su partido y fabricar pruebas sobre financiación irregular de Podemos mientras Jorge Fernández Díaz era ministro de Interior: "Esto en cualquier otra democracia habría hecho caer gobiernos. En otra democracia el PP habría sido ilegalizado".

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

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