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entrevista

Ferran Barenblit: “Que el Raval no tenga un buen CAP no es culpa de un museo”

El director del Macba analiza el conflicto por la capilla de la Misericordia, después de que la Diputación abra un nuevo capítulo ofreciendo un solar para el centro de atención primaria

José Ángel Montañés
Ferran Barenblit, director del Macba.
Ferran Barenblit, director del Macba.JOAN SÁNCHEZ

El Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, (Macba), está envuelto en un conflicto después de que la Capella de la Misericordia, donde tiene previsto ampliarse, fuera escogida por el CATSalut cómo única opción para construir el nuevo y necesario CAP del Raval Nord. Después de un mes de tiras y aflojas, entre los que defendían la prioridad de la salud sobre la cultura, y viceversa, el pasado jueves, in extremis, un día antes del pleno municipal que tenía que revertir la cesión del edificio desacralizado al Macba, la Diputación de Barcelona ofreció un terreno situado junto al museo para construir el CAP. Una opción que Ayuntamiento y CatSalut están valorando.

Pregunta. ¿Qué ha pasado?

Respuesta. Fundamentalmente una diferencia de posiciones entre los miembros del consorcio —Ayuntamiento, Generalitat, Ministerio y Fundación Macba— sobre donde tenía que ampliarse el Macba. En octubre de 2017 el consorcio aprobaron por unanimidad un plan estratégico que contemplaba ampliar en la Capilla de la Misericordia. Tras ofrecer la capilla al CAP el tema se ha discutido en el consejo general, pero nadie ha llevado al orden del día rescindir el convenio para ampliar en la Capilla. Yo tengo la obligación de ejecutar lo que el consejo general aprobó. Por otra parte, el Raval no tiene el centro de atención que necesita. Unos usuarios y un personal sanitario que llevan 13 años esperando por unos recortes que tienen que ver con un derecho básico como es la salud. Ahí está la clave: los años de desatención a la asistencia primaria y a la salud en general. Es inaceptable e inaudito que los vecinos tengan que reclamar algo tan básico como un CAP en el siglo XXI y que las administraciones no sean capaces de solucionarlo. El momento político es bronco y eso lo contamina todo. Nos ha rebotado un problema que no era del museo.

P. ¿Por qué necesita el Macba ampliarse?

R. La capilla se entregó en 2013 después de décadas de abandono. Cuando me incorporé en 2015, después de restablecer el equipo empezamos a trabajar en una estrategia pactada con los miembros del consorcio. Se han dicho barbaridades. En ese plan se optó por ser más museo y generar relatos. Y eso tiene que ver con el despliegue de la colección.

P. Pero ya muestran la colección

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R. La exposición Un siglo Breve apunta a lo que queremos hacer, pero de forma esquemática. Solo tenemos una sala por década, insuficiente si queremos evitar un relato hegemónico del arte y mostrar la capacidad de mirar el mundo con ojos de Barcelona; una ciudad, octava metrópoli europea, que no puede renunciar a tener un museo de arte en el que se explique un relato de la contemporaneidad con todas sus complejidades. No es un derecho para la colección, sino para los ciudadanos.

P. ¿No es suficiente la ampliación que hizo el Macba recientemente en el Convent dels Àngels?

R. Se dedican a actividades. En 2018, durante 195 días, 144 relacionados con exposiciones, 37 con actividades propias y de acogida, gratis, por las que pasaron 60.000 personas. Se alquilaron 46 días. Sería como decir que el MNAC no debería ampliarse porque tiene la sala Oval. El alquiler nos ayuda a conseguir el 25% de recursos propios del presupuesto. Estamos obligados a dar la mejor gestión posible, pero reclamo nuestra consideración de servicio público, con lo que la presencia del dinero público es fundamental.

P. ¿No tienen espacios alquilados siempre?

“Es inaceptable e inaudito que los vecinos tengan que reclamar algo tan básico como un ambulatorio en el siglo XXI”

R. No. Puede verse en nuestra memoria. Somos una institución transparente.

P. ¿El Macba es un museo elitista?

R. No. Existe la imagen colectiva de que el arte contemporáneo está reservado a unos pocos. Luchamos contra eso. Si se suma que la colección, en gran parte, se adquiere gracias al esfuerzo de personas privadas de la Fundación, surge el mal entendido. Pero hay que recordar que el Macba es un museo público presidido por la alcaldesa de Barcelona, sometido a todos los procedimientos de la administración pública.

P. Pero la mayoría de obras son de la Fundación.

R. Casi todas las piezas son de las administraciones del consorcio. Pero para el museo, esto es una colección al servicio público. Y eso es lo importante. Pensar que aquí hay algo que tiene que ver con especulación está lejos de la realidad.

P. ¿Puede la Fundación llevarse las obras?

R. Eso es pura especulación. La Fundación nació para proveer los fondos de la colección del Macba. Y así ha sido durante más de 20 años. Falta mucha didáctica, explicar mejor el modelo. El Macba es un modelo de referencia que ha permitido comprar de forma inteligente en momentos de crisis, cuando la administración no tenía recursos.

P. ¿Hay presupuesto para reformar la Capella?

R. La ampliación es la precisa y pequeña con un coste de ocho millones. Se cuenta ya con 5,3 millones: 2,3 de un Fondo Feder de la Generalitat y otros 3 del 1,5% cultural del Ministerio de Cultura.

P. ¿Por qué no se ha actuado en cinco años?

R. En 2103 no había dinero. Se ha aprobado por unanimidad un calendario detallado con el plan, además de una financiación para poder proceder. En octubre de 2017 no era el momento de anunciar un proyecto a largo plazo. Por responsabilidad y prudencia esperamos a que se clarificara todo.

P. ¿La Capella es la mejor solución para crecer?

R. Es el camino que tenemos establecido.

P. ¿Se podría crecer en el parking de la plaza?

R. La comisión técnica sigue estudiándolo. Este jueves [hoy] tenemos la próxima reunión. Hay que ver la viabilidad y los costes de todas las propuestas. Pero hay muchas incógnitas.

P. Gala Pin dice que indemnizar a la concesionaria del parking costaría solo 3,5 millones.

R. No he visto ese informe, pero la clave es que si se amplía en el parking, los 5,3 millones desaparecen porque son finalistas. Empezaríamos de cero y entre los 5,3 y menos 3,5 hay casi nueve millones.

P. ¿El museo ha sido víctima de la situación?

R. La situación es tremendamente desafortunada. Estamos de acuerdo en que la salud es prioritaria. El problema es que también faltan políticas culturales claras en las que se inscriba el crecimiento del Macba. Ha habido mucha improvisación pero no es sanidad, sino en cultura. Mi sorpresa es que se hayan cruzado los dos temas. ¿Qué hubiera pasado si los trabajos en la capilla hubieran empezado. El barrio se habría quedado sin asistencia sanitaria? No creo.

P. ¿Le preocupa la relación con el barrio?

R. Si alguien cree que no hay un CAP por culpa de un museo, sí, pero si no tienen el CAP que se merece no es por culpa del Macba, sino por falta de años de inversión en la sanidad pública. Me genera tristeza que se vea el museo como algo negativo. Es algo incómodo para todo el equipo.

P. ¿Cómo se soluciona?

R. Con trabajo constante, como el que hacemos. Lo que pasa es que son proyectos que no están hechos para presumir, sino para ser eficaces. En eso no ha cambiado la relación con el barrio donde el Macba hace una función muy importante.

P. ¿El CAP cabe junto al Macba?

R. Al parecer, la solución estaba delante de nuestras narices. Si es la solución, bienvenida sea. De hecho, la obra de Keith Haring, la que más tiene que ver con la salud pública, nos lo señalaba.

P. ¿Pondrá problemas llegado el caso?

R. Si se llega a la conclusión de que esa es la mejor opción me gustaría participar de alguna manera y trabajar juntos, pero es pronto.

P. ¿Es esa la mejor opción para el CAP?

R. No entiendo por qué la propuesta que se hizo hace un año de ampliar el CAP en el actual edificio no se llevó a cabo. Si la subestación es el problema, por qué no lo es para los usuarios de una biblioteca y los vecinos. La ciudad está repleta de subestaciones. La normativa las permite. Y si es peligroso, ¿por qué se nos ofreció trasladáramos allí?

P. ¿El Macba está gafado?

R. En 23 años de su historia siempre ha tratado el conflicto a través de su programación. Se ha dialogado sin temor como se ve visitando la colección. Gran parte de los debates del Raval y de la ciudad han atravesado la programación. No nos interesa mostrar una historia placida.

P. ¿Sería posible exponer el conflicto de la Capella?

R. Absolutamente sí, sería estupendo.

P. ¿Cómo ve el futuro?

R. Espero que todo esto se aclare y que la solución sea la buena sin haber renunciado a nada, ni a la ampliación que se necesita para las próximas décadas, ni al centro de salud que es básico. Elegir me parece una crueldad. Me produce tristeza que no sea noticias otra cosas del museo, cómo el que las audiencias han aumentado mucho: los sábados por la tarde vienen al museo 2.000 personas desde que es gratis, la mayoría públicos nuevos. 2018 lo cerramos con 331.000 visitantes. Las cifras no son fundamentales, pero muestran que se hace un buen trabajo.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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