“¿Volar invertido a tres metros de altura? Se puede”
El piloto de vuelo acrobático Cástor Fantoba se prepara para el campeonato de España y del Mundo, ambos en los próximos meses
Cástor Fantoba vive del aire. Come como cualquier ser humano y trabaja como el que más, pero su pasión está en los cielos, donde pasa más tiempo que en la tierra. Tiene 53 años, es ingeniero técnico aeronáutico y uno de los mejores pilotos acrobáticos del mundo. Campeón de España en ocho ocasiones, se prepara ahora para el campeonato nacional que se celebra en junio en Requena, y el del mundo, en agosto. Acostumbrado a ver girar la tierra a toda velocidad o planear en picado contra el suelo, este navarro afincado en Madrid desde que llegó a estudiar en su época universitaria, ya no conoce el miedo a volar ni la adrenalina. “Estoy seguro haciendo esto porque es lo que mejor sé hacer en mi vida. Para mí esto es trabajo”.
¿Cómo puede un ingeniero acabar haciendo figuras en el aire?
Yo era piloto privado. Vine a Madrid a estudiar ingeniería aeronáutica y después de entrar a estudiar me di cuenta de que no era lo mío. No era lo que pensaba que era. Era algo completamente distinto. La carrera no era nada práctica, era totalmente teórica. Había un filtrado muy potente en función de los requerimientos teóricos. Y mucha gente se iba.
¿Y usted decidió irse del todo para dedicarse a otra cosa?
Cuando acabé la carrera hice el curso de piloto comercial, que te habilita para vivir profesionalmente de la aviación como piloto, y entré en la fumigación, en extinción de incendios, hasta que tuve la oportunidad de trabajar en una línea aérea. Luego estuve un par de años como piloto acrobático profesional, y entre todo este tiempo, cuando me iba de una compañía a otra, una o dos temporadas en extinción contra incendios, y de esa forma siempre iba invirtiendo en un crédito para comprar el avión de competición, hasta que lo pagamos.
¿Se ha pasado la vida volando para hipotecarse comprando aviones?
Alejandra [su mujer] y yo no hemos tenido casa hasta hace tres años. Nos hipotecamos para los aviones. Y tuve suerte de que ella vio que aquí había salida, vio que no solo era la tontería de que yo quería volar y ya está, sino que había madera, apostó por mí en todos los sentidos, y parece que no fue mal la cosa…
Pero ¿hay que tener muy claro que uno vale para esto?
La acrobacia no da dinero. Yo me he hipotecado como todo el mundo. La acrobacia es un pozo. Yo gano dinero de mis otros trabajos y lo invierto en esto. Nosotros tenemos perros, no hijos, que no tienen que ir al cole ni a la Universidad… como mucho se comen un par de sofás…
¿Y cómo llega a intuir que se le puede dar bien este deporte?
Primero requiere que te guste, después que se te dé bien. Los filtros te los va poniendo la vida. Si te gusta el fútbol, te pones a jugar y luego tienes dos pies izquierdos, vamos mal. Si se te da bien cuando empiezas, más motivación que tienes. Luego tienes unos requisitos, evidentemente, tienes que tener autofinanciación y ver si es llevadero con la vida que tienes. Tú puedes querer ser piloto de Fórmula 1, y puede que se te dé bien, pero si no hay manera de conseguir un sponsor… pues nunca serás piloto de Fórmula 1. Necesitas tener de alguna manera un éxito deportivo para que en un momento dado los patrocinadores se fijen en ti. Luego tampoco existe patrocinio para este deporte en particular, no tiene mucha presencia en medios que lo haga atractivo y acaben llamando a tu puerta.
¿Y además se necesita tener mucha sangre fría?
Todos tenemos limitaciones psicológicas, pero esto es de lo poco que yo sé hacer bien en la vida. Yo con este avión sé hacer cosas que no sé hacer con otras máquinas. ¿Volar invertido a tres metros del suelo? Se puede. ¿Hay que ir pegados al suelo desde aquí a Galapagar?, se puede, estudiamos el terreno, chequeamos los cables…, pero se puede. Eso no tiene nada que ver con acrobacia, pero lo que quiero decir es que volar es de lo poco que sé hacer bien en esta vida, y la acrobacia es lo que mejor sé hacer. Estoy seguro. ¿Puede fallar la máquina, puede haber un fallo de motor? Pues sí, pero… yo estoy seguro.
¿Y cómo piensa reinventarse cuando deje la competición?
No me planteo mi vida sin volar. Seguiré con la escuela, y formando a gente para que siga con este negocio. No tiene sentido que nosotros tengamos ya un nivel internacional si luego muere, sería egoísta. La idea es formar a gente, que aprendan, y que este deporte vaya adelante. Incluso evolucionar el deporte. También formo parte de la Comisión Internacional de Vuelo Acrobático, soy uno de los cinco vicepresidentes, y dentro de la comisión también intentamos evolucionar esta actividad para llegar a un nivel de deporte de motor, y no quedarnos en un reducto.
Una larga carrera por los aires
Cástor Fantoba es ingeniero técnico aeronáutico y, tras trabajar varios años en mantenimiento de aeronaves, su vocación le llevó a formarse como piloto de línea aérea y de extinción de incendios. Además, es instructor de vuelo e integrante del equipo español de vuelo acrobático desde 1999. "Lo más cansado siempre es lo de los alumnos. Arriba te maltratan. Como están aprendiendo te hacen unos giros que te dejan hecho polvo", se ríe. Ganó su primer campeonato Nacional en 2002. Después, embajador de la Marca España desde 2014. Campeón de Europa 2014, tres medallas de bronce en el Mundial 2017; doble medalla de bronce en el Mundial 2015, medalla de bronce en Clásico y en Freestyle en el campeonato de Europa 2016 y ocho veces Campeón de España y reconocido oficialmente Deportista de Alto Nivel (DAN) por el Consejo Superior de Deportes desde 2005, ha logrado 45 medallas en su trayectoria deportiva.
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