Los abusos sexuales a alumnos de los Maristas llegan a juicio
El profesor Joaquín Benítez afronta 22 años de cárcel por tocamientos a cuatro niños
El caso del profesor de gimnasia Joaquín Benítez, que destapó una oleada de denuncias por abusos sexuales en la escuela Maristas, llega a juicio. La Audiencia de Barcelona sienta desde este lunes en el banquillo a Benítez, pederasta confeso que afronta una petición de 22 años de cárcel por abusar de cuatro niños en los Maristas de Sants. La Fiscalía y la defensa están tratando de cerrar un acuerdo que evite el juicio: a cambio de reconocer los hechos, Benítez obtendría una rebaja de la pena de prisión.
La vista arranca con el testimonio —a puerta cerrada— de las cuatro víctimas que han conseguido llegar hasta el final. La Audiencia de Barcelona ha acordado las declaraciones a puerta cerrada porque los abusos tienen una “connotación social” que puede ser “estigmatizadora”. Los hechos son “gravemente atentatorios para la intimidad y dignidad de las personas” y supuestamente ocurrieron, razona el tribunal, “siendo las víctimas todavía menores de edad”.
Benítez acumula otras 13 denuncias, pero todas ellas fueron archivadas porque los hechos ocurrieron hace muchos años y los delitos están prescritos. Ese mismo motivo ha llevado al archivo de otras denuncias contra una docena de profesores de los Maristas de la Inmaculada (Barcelona) o de los Maristas Champagnat (Badalona). El caso de Benítez salió a la luz en 2016 tras la denuncia interpuesta por Manuel Barbero, padre de uno de los alumnos víctimas del profesor.
Como profesor de educación física, Benítez abusó presuntamente de decenas de alumnos. Una de las claves del caso es saber hasta qué punto los Hermanos Maristas Sants-Les Corts —y, en general, la institución— conocieron esas prácticas y evitaron castigar a sus autores. Además de la pena de prisión, la Fiscalía pide 14 años de inhabilitación y 70.000 euros de indemnización.
La Fiscalía acusa a Benítez de realizar tocamientos y otros abusos a sus estudiantes “con ánimo de saciar sus instintos libinidosos”. Algunos de los alumnos no se opusieron a esas conductas por desconocimiento o “temor”. Si no hay pacto, está previsto que Benítez dé su versión de los hechos el martes. Está por ver si incrimina a los Maristas y si tuvieron alguna responsabilidad en encubrir los hechos.
Colectivos de apoyo a las víctimas de abusos se concentrarán, desde media hora antes del juicio, a las puertas del Palacio de Justicia para pedir, entre otras cosas, que la Generalitat retire el concierto educativo con los Maristas y otras escuelas religiosas en las que se hayan producido abusos.
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