La atención a jóvenes sin hogar en Barcelona se dispara
En 2015 fueron 158 los jóvenes atendidos por los servicios sociales en centros de primera acogida; el pasado 2018 fueron 303
Las atenciones a jóvenes de 18 a 25 años sin hogar en la ciudad de Barcelona se han multiplicado en los últimos años. Si en 2015 eran 158 los jóvenes que fueron atendidos por los servicios sociales municipales en un centro de primera acogida, el pasado 2018 fueron 303. La atención en los llamados centros de día de este colectivo juvenil se disparó todavía más: de 248 en 2015 a 869 en 2018.
Estos datos los hizo públicos ayer la segunda teniente de alcalde, Laia Ortiz, durante el balance del primer año de existencia del centro Maria Feixa, el primero de titularidad municipal que aloja a jóvenes de entre 18 y 25 años. Este año han sido 37 personas las que han sido acogidas, de las cuales el 60% habían sido tuteladas —cuando eran menores de edad— por otras administraciones: el 38% estuvo tuteladas por la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia de la Generalitat y el 22% lo estuvo por la administración de otra comunidad autónoma. Ortiz calificó la situación como “alarmante” y exigió a la administración autonómica y a la estatal que se involucren en resolver la situación de los jóvenes. “Las herramientas que existen no son suficientes. Lamentamos que la estrategia de la Generalitat para abordar la problemática de las personas sin hogar no ha destinado ni un euro mientras el problema sigue creciendo”, resaltó Ortiz.
De las 37 personas atendidas en el centro Maria Feixa, el 89% tienen nacionalidad extranjera —el 73% son procedentes de Marruecos— además, el 81% son hombres que se han alojado entre seis meses y un año. El responsable del centro Maria Feixa, Antonio Elizalde, destacó ayer que todos los jóvenes del equipamiento realizan mientras permanecen en el centro cursos formativos en función de sus intereses, potencialidades y situación administrativa.
El equipo profesional del Maria Feixa, que gestiona la Fundación Apip—Acam, destacó que una de las principales dificultades con las que se enfrentan los jóvenes es el acceso al permiso de trabajo, un requisito imprescindible para acceder al mercado laboral y que se alarga un mínimo de tres años hasta que los jóvenes pueden acreditar arraigo. Durante la presentación se encontraba ayer Moha, un joven que desde 2014 está en Barcelona y espera pronto tener el permiso para trabajar de ayudante de cocina.
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