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El sí de ERC al tranvía allana el camino a un futuro pacto con Colau

Liderados por Ernest Maragall los republicanos han pasado de una oposición tosca a un tono conciliador

Clara Blanchar
La concejal de Urbanismo Janet Sanz y el republicano Jordi Coronas, ayer en el pleno.
La concejal de Urbanismo Janet Sanz y el republicano Jordi Coronas, ayer en el pleno.Massimiliano Minocri (EL PAÍS)

El sí de ERC para desencallar la unión de los tranvías de Barcelona por la Diagonal marcó ayer un punto de inflexión en el Ayuntamiento de Barcelona. El mismo partido que en marzo pasado había enterrado una de las principales promesas electorales de la alcaldesa Ada Colau, permitió ayer que resucitara. De la oposición tosca, los republicanos han pasado a un tono más conciliador. Aunque, como siempre se ha hecho en política, ERC puso condiciones, exigiendo concreción a cambio del sí al tranvía. Mirando a corto plazo, el acuerdo de ayer allana el camino a un futuro pacto estable entre republicanos y comunes.

Hasta Colau reconoció al concejal de ERC Jordi Coronas su tono “crítico pero constructivo” al hablar de seguridad. El cambio de actitud de los republicanos es tan visible que hasta los otros partidos lo ven clarísimo. “[El alcaldable] Ernest Maragall ha venido a dar aire y a preparar un pacto con los comunes el mandato que viene”, dijo la concejal del PDeCAT Francina Vila tras la votación del tranvía. “Está cantado”, remachaba otro concejal del partido. “Se tiran flores”, señalaba un socialista.

Quinta reprobación a la alcaldesa por su gestión

Colau sumó ayer la quinta reprobación a su gestión por parte de la oposición. Tras haber sido cuestionada por la gestión de la crisis de los narcopisos, la política económica y de ajustes (dos veces) y la llevada a cabo con el top manta, ayer fueron PDeCAT y ERC quienes forzaron un pleno extraordinario sobre la seguridad. Les apoyaron Ciutadans, el PP y el PSC, 25 de 41 votos. BComú y CUP votaron en contra y los dos concejales no adscritos se abstuvieron. Mientras la oposición basó sus argumentos en que el 21% de los vecinos cree que la inseguridad es el primer problema de la ciudad, Colau les emplazó a "preguntarse por las causas" y aludió a la falta de Mossos y la situación de excepcionalidad del último año.

Fuentes del gobierno de Colau admiten que ERC es el partido preferido cuando se valora el escenario poselectoral. Desde la posición que otorga encabezar las encuestas, el candidato de los republicanos ha señalado que en vistas a acuerdos que su prioridad son las fuerzas independentistas y progresistas: PDeCAT y BComú. Del PSC Maragall no quiere ni oír hablar: les reprocha su actitud durante el procés. En el PSC tampoco contemplan a los republicanos como socios: “A los indepes, ni agua”, avisan.

Maragall quiso ayer marcar perfil ante Colau y además de presumir de haber permitido dar luz verde al tranvía, avisó de que su intervención había permitido “rectificar el rumbo”. “Se ha pasado de un planteamiento escaso y electoralista a otro ambicioso, global y de corresponsabilidad metropolitana con debate real de aspectos económicos e interés general”, dijo.

El de ayer fue un pleno con claro tono preelectoral. Antes del pleno ordinario donde se aprobó iniciar los trámites del tranvía, se celebró el debate anual sobre el estado de la ciudad. Fue el mismo pim pam pum de cada año. Colau repasó su mandato con decenas de datos y presumiendo de haber aprobado medidas “estructurales y no asistenciales” y haber alcanzado “acuerdos históricos” como el plan del Barça o la licencia de la Sagrada Familia.

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La oposición, a su turno, acusó a la alcaldesa de hacer un balance triunfalista y de “centrifugar” culpas en las cuestiones que argumenta que no ha conseguido porque no son de su competencia. Fue especialmente agrio el debate entre el número dos de Colau, Gerardo Pisarello, y el líder del PSC en el Ayuntamiento, Jaume Collboni.

Muy molesto por el veto de los comunes en el Congreso a alargar el plazo de los alquileres, Collboni fue muy crítico con la gestión de la alcaldesa y le reprochó una vez más que el año pasado rompiera el pacto de gobierno —tras el apoyo del PSOE al 155— para “pactar con los independentistas”. Colau defendió que “si alguien ha defendido el derecho a la vivienda han sido las entidades y no un decreto que es una estafa y que no cede a las presiones de las empresas inmobiliarias”.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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