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La comisaría del vestíbulo de plaza Catalunya cerrada en plena crisis del top manta

Los manteros colocan su zoco en el intercambiador junto a la oficina policial que echó la persiana por obras en 2017 y no tiene fecha de reapertura

Alfonso L. Congostrina

La comisaría de los Mossos d’Esquadra situada en el intercambiador de Metro y Renfe de la plaza Catalunya de Barcelona, a escasos metros de donde se instalan a diario decenas de vendedores ambulante ilegales, lleva cerrada por obras desde noviembre de 2017. Pese a que la zona se ha convertido en un verdadero zoco que generaría verdaderos problemas de seguridad en caso de una evacuación, no hay fecha de reapertura de la oficina de la policía de la Generalitat que, según aseguran fuentes del cuerpo, previsiblemente se abrirá "durante este 2019".

La comisaría más cercana se encuentra en pleno Raval, en la calle Nou de la Rambla. El cierre de la oficina policial coincide con una de las mayores crisis entre la Guardia Urbana y Mossos d’Esquadra, en la que uno y otro aseguran que la venta ambulante dentro del intercambiador es competencia del otro.

En 2005 los agentes de la policía autonómica abrieron la comisaría de plaza Cataluña donde, entonces, casi un centenar de agentes trabajaban, sobre todo en la seguridad de las líneas de transportes públicos. En 2010 aquella oficina de policía tramitó 20.000 denuncias por robos y hurtos en los medios de transporte. En 2017 la oficina echó el cierre alegando problemas “estructurales”. Desde entonces, hay colgado un cartel que reza: “Comisaría cerrada por obras”. Unos trabajos que se han alargado en el tiempo y que, según el propio cuerpo, finalizarán este año.

Un anuncio que se hace a menos de cuatro meses de las elecciones municipales con los partidos de la oposición en el Ayuntamiento de Barcelona y las asociaciones de vecinos echando en cara a la alcaldesa Ada Colau los problemas de inseguridad de la ciudad. Un problema que se ha convertido en el asunto más grave para los barceloneses, según el barómetro semestral municipal. La percepción de inseguridad no sólo son los robos o los narcopisos, sino también los vendedores ambulantes ilegales.

Además el problema de los manteros de plaza Catalunya se enquista. Las sábanas con decenas de productos falsificados se vuelven a extender en el vestíbulo de Renfe pocas horas después de que la policía los desaloje. Esto sucede coincidiendo con el cierre de la comisaría desde hace más de un año, sino también con uno de los mayores enfrentamiento policiales. La Guardia Urbana lleva desde octubre alegando que la situación de venta ilegal del intercambiador es competencia de los Mossos al tratarse de una infraestructura ferroviaria. Mientras la policía autonómica asegura que la venta ilegal en la ciudad es competencia de la policía municipal. La Urbana asegura que no actuará sola para acabar con la venta ambulante en el intercambiador y que solo lo hará junto a Mossos y a los vigilantes privados. En la última reunión entre cuerpos discutían cuántos agentes aportará cada cuerpo.

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