Funcionarios de prisiones gallegas denuncian más de 30 agresiones graves en 2018

El coordinador de la Plataforma Tu Abandono Me Puede Matar, Marcial González, ha asegurado hoy, durante una concentración ante la Subdelegación del Gobierno en Lugo, que en lo que va de año se han producido “más de 30 agresiones graves” a funcionarios de las prisiones gallegas. El dato lo ofrecía durante una concentración de medio centenar de trabajadores de las prisiones de Bonxe y Monterroso en Lugo y de Teixeiro en A Coruña: “A lo largo de este año pasan de 30 agresiones graves”, puntualiza este trabajador de Teixeiro. Él mismo, dice, este 2018 sufrió dos ataques.

Según relata, en noviembre se producía “un intento de homicidio de un compañero". Le dieron un puñetazo en la cara, intentamos agarrar al interno que se revolvió, agarró por el cuello al compañero y yo no fui capaz de vencer esa resistencia. Doblamos unas esposas de la presión que hacía el interno. Dos compañeros logramos reducirlo, sacarlo de encima; pero caí lesionado”, relata.

Además, en el mes de julio, González narra que le pasó algo parecido, “con compañeros que se enfrentaron en la puerta de internamiento con un recluso que empezó a cabezazos con uno en las costillas y patadas a otro. Yo volví a recibir un golpe”, recuerda.

Este es el dibujo que hace de las prisiones en Galicia, que no difiere mucho de lo que acontece en España, donde “se produce una agresión grave diaria”, por lo que reclaman, además de mejoras salariales, que se incremente el número de funcionarios en las cárceles españolas. Lo hacen desde esta plataforma nacida en Malaga.

También reprochan al Secretario de Estado de Instituciones Penitenciarias que considere que “hay una agresión al día, y sí, hablamos de un colectivo de 24.000 trabajadores penitenciarios. Pero 300 agresiones al año no le parecen suficientes, y hablamos solo de las graves, porque sabemos que tienen maquilladas las cifras”, reconviene. Sobre mil funcionarios son los que trabajan en estas tres prisiones que han protagonizado la protesta, para una población reclusa de casi 1700 personas: 1200 en Teixeiro, 250 en Bonxe y 210 en Monterroso.