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La oposición critica el nuevo cargo de Lluís Puig dentro de Cultura

Borràs defiende el nombramiento del exconsejero y lee su currículo

José Ángel Montañés
La consejera Laura Borràs, durante la comparecencia en la comisión de Cultura.
La consejera Laura Borràs, durante la comparecencia en la comisión de Cultura.Gencat

Con fiebre, resfriada y contracturada. Así vivió ayer la consejera Laura Borràs, su segunda comparecencia ante la comisión de Cultura del Parlament. Pese a estar “encarcarada” no le faltaron reflejos y agilidad para defender lo que para la mayoría de los portavoces de los grupos parlamentarios es indefendible. El primer partido de la oposición cargó contra la consejera y su gobierno por el nombramiento del ex consejero Lluís Puig como director del Programa para el desarrollo de proyectos culturales de ámbito internacional del Departamento de Cultura, un cargo de confianza por el que Puig cobrará 85.000 euros al año al estar asociado a secretario general.

Borràs explicó cuál era el objetivo del nuevo puesto del exconsejero: “Un mejor aprovechamiento de los recursos y coordinación de las políticas exteriores”, además de “dirigir y supervisar al departamento de Cultura en políticas culturales internacionales” y “relacionarse con otras entidades de ámbito cultural”. Destacó también el hecho de que el programa no comportaba la creación de ningún puesto de trabajo: Puig trabaja en Bruselas en la sede de la delegación de la Generalitat con ayuda de un técnico y un becario; y leyó el currículo “impecable” de Puig para defender la idoneidad de su nombramiento y su capacidad, destacando, tras asegurar que “capitalizamos el talento” el hecho de que Puig había sido consejero de Cultura, cargo que ocupó tan solo tres meses y medio. Para Borràs, el hecho de que Puig resida en Bruselas es, además, una ventaja, porque es allí “donde se ubican las unidades de representación ante la Unión Europea”.

Sin don de la ubicuidad

Rafel Bruguera preguntó a Borràs por qué no había asistido el 15 de octubre a la entrega de los premio Planeta, siendo la primera vez que en 67 años no hubo representante de la Generalitat. La consejera dijo tenía que tuvo que ir a un acto de visibilidad de mujeres escritoras. “No me ha convencido. He sido alcalde y se que no existe el don de la ubicuidad, pero podía haber delegado en su secretaria general y no lo hizo. Las causas son otras”, le dijo Bruguera.

Pero sus planteamientos no convencieron a los partidos de la oposición. Sobre todo a los representantes de Ciudadanos que en dos ocasiones, Héctor Amelló, al comienzo de las preguntas y Susana Beltrán, al final, tras recordarle la firma del manifiesto Koiné y sus tuits en las redes antiespañoles, la acusaron de “mentir y crear chiringuitos”, además de considerar el nombramiento como “ilegítimo e inmoral, ya que quien tiene que proyectar la cultura catalana internacionalmente no puede ser un huido de la justicia”. En el turno de respuesta de la consejera esta dijo que Puig, en realidad, “huyo de la represión y buscó justicia y la encontró en Bruselas; el primer día se puso a disposición y a trabajar en la delegación del Govern que tiene su sede en la calle de La ley, algo que es de ‘justicia poética”.

Beltrán acusó a Borràs de no tener competencias para hacer “diplomacia cultural” e insistió en el hecho de que Puig “no está capacitado para el cargo; es un huido de la justicia europea. Recapaciten”.

Rafel Bruguera, del PSC, no cuestionó los “méritos ni la idoneidad” de Puig pero si acusó a Borràs de “haber vestido un santo a partir de encontrar un encaje para una persona que estaba fuera”, dijo más moderado, y aseguró que el nombramiento no era “una buena decisión” ya que comportaría “problemas prácticos de gestión”, como la imposibilidad de comparecer en el Parlament para explicar lo desarrollado en su programa.

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Por su parte, Elisenda Alemany, de Catalunya en Comú Podem, coincidiendo con el portavoz del grupo socialista destacó el hecho de que “es tan verdad que Puig tiene muchos méritos como el hecho de que estar en Bruselas se ha tenido como un mérito para ocupar el cargo”.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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