Don Mancini: “Para asustar al espectador, ahora hay que esforzarse más”
El director y guionista de cine ha sido nombrado Maestro de lo Fantástico del Festival Nocturna
George Donald Mancini (Virginia, 1963), conocido como Don Mancini, se siente responsable de haber dado origen a las pesadillas de toda una generación: “Me encanta”. El guionista estadounidense, creador de Chucky, el muñeco diabólico, se encuentra en la capital porque Nocturna, el festival internacional de cine fantástico de Madrid, la ha nombrado Maestro de lo Fantástico. “Nunca me habían hecho maestro de nada”, bromea.
Mancini está contento: Chucky se ha hecho mayor —ya han pasado tres décadas del estreno de Muñeco diabólico (Child´s Play), en 1988—, pero parece que no deja de estar vigente. En total se han rodado siete entregas de la saga y ahora, su creador está escribiendo el guion de una serie de diez capítulos que verá la luz a finales de 2019. “No puedo contar mucho”, avisa, “pero sí que participarán los actores y actrices principales de las películas. Las series, a diferencia del cine, tienen otra textura: te permite contar más historias y crear más personajes”.
Reconoce que nunca se imaginó tal éxito para su criatura. “Cuando escribí la historia era un crío: estaba en el instituto y barajé la idea de buscar un agente, pues por aquel entonces necesitabas uno si querías convertirte en escritor”, cuenta. Finalmente, fue Hollywood quien compró ese primer guion. La presentación de Chucky fue un éxito rotundo y, casi inmediatamente, llegaron dos secuelas: “La tercera no funcionó, pero eso me ayudó a poner los pies en la tierra”.
Al recoger el premio, el pasado martes, Mancini agradeció a los seguidores del género fantástico (que engloba terror y ciencia ficción) su lealtad: “Te acogen de corazón, y muestran verdadero interés por lo que haces”. También hizo una mención a su pareja: “Tengo muchas ganas de que mi novio vea este premio para que vea quien manda en casa”, bromeó. Considera que el cine de terror guarda una relación particular con el colectivo y la realidad LGTBI. “Hay mucho de metafórico en el cine de terror. Además del miedo que pueden sentir los espectadores, en el género, los protagonistas son personajes diferentes, con historias problemáticas”, opina. “Por otro lado, en el terror también abundan los personajes inocentes, que debido al rechazo de la sociedad se vuelven violentos. Eso hace que, a veces, la audiencia LGBTI nos veamos reflejados en ellos”.
Han pasado treinta años desde que aquel muñeco pelirrojo aterrorizase al público por primera vez, pero lejos de perderse en el olvido, Chucky ha sabido actualizarse y encandilar a nuevas audiencias. “En los últimos cinco años su popularidad ha crecido más que nunca. No sé muy bien por qué, pero quiero pensar que ha sido gracias a las dos últimas entregas que, con un contenido y un tono diferentes, obtuvieron muy buena crítica”, dice su creador.
Mancini considera que ahora somos más difíciles de asustar: “Antes éramos una sociedad más inocente. Siempre han existido personajes como Frankenstein o Drácula. Pero más tarde, con la aparición del género slasher [el asesino imbatible que mata con saña], empezamos a insensibilizarnos”. Y continúa: “Ahora no nos sorprenden especialmente imágenes de terror sangrientas o el susto fácil. Eso es un reto para los creadores: tenemos que esforzarnos más para asustar”.
El guionista confiesa escuchar mucho la opinión del público: “Me interesan no solo los comentarios sino también lo que opinan sobre el tono de una película”. Pone como ejemplo las de Chucky: “Algunas han sido más cómicas, como La novia de Chucky, y el público reaccionó muy bien. En la siguiente, La semilla de Chucky, profundizamos en ese tipo de humor, pero no gustó demasiado. Vale, mensaje captado”, se ríe.
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