Lluvia de multas a las floristerías de Barcelona
Los comerciantes denuncian un aumento de sanciones por exhibir flores en la calle y reclaman al Ayuntamiento que reduzca la tasa para ocupar la vía pública
Mar Ramón regenta una floristería en el barrio de Gràcia de Barcelona. En los últimos dos años ha recibido dos sanciones del Ayuntamiento por exponer sin permiso flores en la calle, delante de su tienda. En la primera ocasión desembolsó 600 euros de una multa inicial de 1.200. El pasado mayo pagó otra sanción de 300. La de Ramón es una de las 80 floristerías barcelonesas que, según el Gremio de Floristas de Cataluña, han sido sancionadas en los últimos meses. Los comerciantes reclaman pagar menos por el permiso necesario para exponer su género en la vía pública.
Desde su local, cerca de la Vía Augusta, Ramón lamenta que “comparen” su tienda con la terraza de un bar. “No vendo bebidas. Vendo plantas que tienen mermas”, se queja este comerciante, que insiste en que las plantas de exterior deben estar fuera del local. Así lo corrobora el presidente del Gremio de Floristas de Cataluña, Joan Guillén, que pide incluso que la tasa para exponer flores en la vía pública sea a “coste cero”. “Pedimos que se adecue la licencia a la realidad, porque ahora mismo no es equiparable al volumen de negocio que generamos”, mantiene.
Guillén explica que el aluvión de multas ocurrió entre abril y mayo. En el primer mes, el gremio trasladó una queja al gobierno de Ada Colau contra los bazares y tiendas multiprecio por exhibir flores en el exterior sin permiso en un ejercicio de “intromisión laboral”, dice Guillén. Fuentes del Ayuntamiento afirman que el Consistorio hizo inspecciones por toda la ciudad, sancionando a aquellos comercios que carecieran de licencia por exponer en la calle, incluyendo las floristerías. “No podemos separar unos establecimientos de otros”, argumentan estas fuentes.
El coste del permiso varía en función del espacio ocupado, el tipo de calle y el tiempo que ésta se ocupa. Guillén critica una “actitud dura” por parte del equipo municipal y señala que en ningún caso pidieron sanciones. No pone en duda que las sanciones sean “correctas”, pero añade: “Podrían haber hecho una advertencia, en lugar de multarnos”.
Las sanciones han salpicado al histórico local Floristerías Navarro por ocupar más metros cuadrados de los permitidos, según el Consistorio. Miquel Minguell, un trabajador de la tienda, rechaza valorar las multas, pero reconoce que en alguna ocasión puntual, como Sant Jordi o el Día de la Madre, la tienda se excede de los metros cuadrados que le permite su licencia.
El 17 de julio, el Gremio de Floristas se reunió con el Departamento de Inspección y Licencias de Barcelona, que se mostró “favorable” a reducir dicha tasa, apunta Guillén. Según el gremio, que acoge a 100 floristerías en la ciudad, el Ayuntamiento les reclama ahora 1.000 euros a aquellos comercios sin el permiso en regla. Floristerías como la de Ramón prefieren pagar la sanción al permiso anual que les exige el Ayuntamiento. Esta comerciante denuncia que mientras se les multa, no se persiga a las personas que venden flores con mesas en la calle, sin ningún tipo de permiso y sin pagar impuestos.
Las sanciones por la ocupación indebida han llegado a la mítica horchatería Tio Che del Poblenou. El pasado 3 de agosto, el local retiró el popular ninot horchatero que preside, desde hace 20 años, ese tramo de la Rambla. Tras la presión vecinal y de algunos partidos, el consistorio reconoció que se trata de un “elemento emblemático” y la figura vuelve a lucir en la puerta del local.
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