Inmensa interrogación
El autor enlace en una sola pregunta todas las que los ciudadanos hacen sobre la actualidad política
¿Quién escribió el enrevesado guion donde el mero día en que cobra efecto una moción de censura que fuerza la salida del presidente del gobierno de España, renuncia el director técnico del Real Madrid Club de Fútbol, dividiendo la atención del público espectador y ciudadano hasta que pasan las horas para asimilar que es nombrado un nuevo presidente del Gobierno sin que se sepa quién ha de dirigir al equipo merengue hasta que llega la víspera de la inauguración de la Copa Mundial de la FIFA en Rusia y se revela que el sustituto de Zinedine Zidane en el equipo blanco será el entrenador de la Selección Nacional de España, el mismo día en que se descubre que el recién nombrado ministro de Cultura cometió un fraude fiscal por evasión de impuestos a través de una empresa fantasma y la Federación Española de Futbol decide destituir al entrenador Lopetegui argumentando que las formas y tiempos en que se anunció su compromiso laboral con el Real Madrid empañaban su papel como director técnico del equipo de España, al tiempo que al anunciar su renuncia, el efímero ministro de cultura incurre en una serie de mentiras o verdades a medias para justificar su errático papel en la trama de los impuestos y su evasión, mientras se anuncia que Fernando Hierro ha de sustituir al ya despedido Lopetegui y se anuncia al nuevo ministro de Cultura que se propone reducir el porcentaje del IVA que ha venido afectando negativamente al sector que ahora encabeza y en el fondo del telón, el mundo entero observa un lacrimógeno y engañosamente maquillado vídeo donde el nefando presidente de los Estados Unidos de Norteamérica intenta cortejar al inefable dictador de Corea del Norte al filo de un encuentro pactado en Singapur para espanto del mundo y oprobio de todo sentido común, pues impera el criterio de una falsa o futura desnuclearización del reino norcoreano a la sombra de silenciar que se trata de un oprobioso régimen autoritario que ha pisoteado durante décadas eso que llamábamos Derechos Humanos, entre los cuales deberíamos incluir el Derecho a la Duda en este mundo de enredados guiones y parlamentos donde de pronto parece que no sabemos exactamente cuáles son los variados senderos bifurcados que enredan las diferentes verdades y posibles respuestas a cada nebuloso escenario que se presenta casi todos los días, en ciclos variables que se redefinen cada tres horas, ocho veces al día?
En cuyo caso, una posible respuesta –tentativa—es que las inexplicables preguntas que surgen a partir de las muchas caras coincidentes de las verdades y mentiras que nos rodean a diario han de ser encaradas con paciencia y por partes, en conversada reflexión no exenta de asombro e incredulidad, confirmando que la vida misma no es más que una impredecible sucesión de sorpresas.
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