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El misterio Vivian Maier, en movimiento

El Círculo de Bellas Artes exhibe por primera vez en España las películas experimentales de la fotógrafa de culto

Una de las pocas fotografías de Vivian Maier que se conservan.Vídeo: Estate of Vivian Maier/Maloof Collection. Cortesía de la galería Howard Greenberg Gallery de Nueva York

Desde que, en 2007, se descubriera el amplio archivo fotográfico de Vivian Maier (1926 – 2009) en una subasta en Chicago y después de que, en 2009, uno de los compradores de sus lotes, John Maloof, subiera una selección de sus instantáneas a la web, esta neoyorquina –que se ganó la vida trabajando como niñera durante cuarenta años y jamás mostró a nadie las imágenes que capturaba con su cámara– ha pasado de ser una mujer completamente desconocida a ser citada entre grandes nombres de la fotografía del siglo XX como Diane Arbus o Robert Frank.

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Por lo insólito de su historia, a Maier se la acabó conociendo como “la niñera fotógrafa”, un dato que, lejos de ser anecdótico –aunque a veces se haya enfatizado de forma excesiva–, ha dotado a todas sus escenas de una cotidianeidad y una cercanía que no resultan fáciles de capturar. Su trabajo como niñera le permitía moverse con normalidad por diferentes barrios de la ciudad, inmortalizando a sus habitantes, de diferentes estratos sociales. Sus imágenes reflejan el día a día de una persona común, eso sí, de una con un enorme talento para retratar lo que veía, con una agudeza muy particular para fijarse en los pequeños detalles que, sin duda, le fascinaban. Vivian Maier nunca vivió de la fotografía y, a duras penas, lo hizo de su trabajo como niñera. De hecho, a partir de los años 80, las estrecheces económicas y la falta de estabilidad hicieron que los rollos fotográficos sin revelar se empezaran a acumular hasta que, a finales de los 90, Maier se vio obligada a dejar su cámara y almacenar todas sus pertenencias, mientras trataba de salir adelante como podía. Así fue como su archivo, compuesto por miles de rollos y fotografías, quedó olvidado en un almacén hasta que por fin vio la luz, ya en el nuevo milenio.

Fotograma de una de las películas experimentales que el Círculo exhibe este jueves por primera vez en España.
Fotograma de una de las películas experimentales que el Círculo exhibe este jueves por primera vez en España.

Desde 2009, las exposiciones de la obra de Maier se han sucedido en todo el mundo. En 2013, incluso se rodó un documental sobre su misteriosa figura, Finding Vivian Maier, pero raras veces se ha mostrado su experimentación con el cine. Este jueves 25 de enero, el Cine Estudio del Círculo de Bellas Artes, dentro del ciclo Cineinfinito, brinda al público madrileño la oportunidad de ver, por primera vez en España, las poco divulgadas películas en 8mm de Vivian Maier, un total de nueve rollos transferidos a digital. Las películas, originalmente mudas, se proyectarán con acompañamiento musical, y los títulos, rotulados por la propia Maier, no dejan lugar a dudas sobre su contenido: escenas de calle, desfiles, la demolición de un edificio, una feria, un día en el campo, una tarde cualquiera después del colegio o una inquietante visita al escenario de un crimen.

En total, unos 35 minutos de película con imágenes de gente que va y viene del trabajo, señores que leen el periódico, que bostezan sentados en un banco o que se adentran disimuladamente en una sala X, de señoras que miran escaparates o que charlan animadamente en la calle, niños que se aburren, parejas que van al cine, limpiabotas, quiosqueros, policías, cocineros, taxistas, barrenderos… Todos ellos pasan ante el objetivo de Maier, algunos sin percatarse de que les está grabando, otros saludando y sonriendo a cámara, conformando una visión casi enciclopédica de la vida urbana de Estados Unidos entre los sesenta y los setenta. Un retrato observacional, detallista y delicado de la gente corriente de Chicago, de la vida cotidiana que pasaba cada día frente a los ojos de una desconocida en sus paseos por la ciudad.

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