Articular la mayoría social para un proyecto de Estado desde la izquierda
El autor cree que la "aparente equidistancia" de Podemos en la crisis catalana entre constitucionalistas y la ruptura de la legalidad ha hecho que pierda apoyos
Tras la inexorable deriva de IU hacia su desaparición, se ha constatado un continuo y evidente proceso de alejamiento de buena parte de sus bases sociales y electorales. El resultado ha sido que la derecha, representada por el PP, ha mantenido una notable consolidación, a pesar de la corrupción estructural que le caracteriza, así como las agresivas políticas de recortes laborales, sociales y de libertades desarrolladas desde el Gobierno.
No fue fácil entender que Podemos facilitase que siguiese gobernando el mismo PP de la corrupción, al que dice en todo momento querer desalojar de cualquier Gobierno.
Instalarse en un supuesto espacio ajeno a lo que han sido los valores, posiciones, referencias, y señas de identidad políticas históricas tanto de IU como del PCE, ha seguido teniendo las consecuencias lógicas de esa pérdida de identidad, con el conflicto surgido en torno a la independencia de Cataluña.
Esa aparente "nueva izquierda" se situó de hecho en el campo del independentismo, al reclamar para España un "tergiversado" derecho de autodeterminación, disfrazado tras el llamado "derecho a decidir", reivindicando para Cataluña un inconstitucional "referéndum pactado".
Ocupar ante este conflicto una posición de aparente equidistancia entre la evidente ruptura inconstitucional y la defensa de la legalidad vigente, también ha contribuido a seguir perdiendo apoyos, tanto para la "marca" a nivel nacional, (Unidos Podemos), como la catalana de En Comú Podem, como así reflejan las encuestas y las manifestaciones públicas de relevantes dirigentes vinculados históricamente al PSUC, CC.OO, e ICV.
Pero no fue sólo equidistancia y ambigüedad calculada, sino que colaboraron frívolamente en la indignante construcción de un discurso que pintaba una España con presos políticos, lo que generó una contundente respuesta pública de significados dirigentes históricos de la izquierda en general, y del PCE en particular (Paco Frutos, Justiniano Martínez), así como el más frontal rechazo a esa banalización de las luchas, de miles de hombres y mujeres de este país, que dejaron lo mejor de sus vidas, cuando no la vida misma, para que en este país hubiera democracia, libertades y derechos sociales.
Se hace necesario que salgan de esa "orfandad política", cientos de miles de personas, que pueden seguir aportando todos sus conocimientos y experiencias en un proyecto de cambio desde la izquierda.
Articular la participación de ese espacio político, impulsarlo y liderarlo, debe ser un reto del PSOE para sumar personas, colectivos y/u organizaciones, que estén dispuestas a construir programas desde la izquierda, que sean concretos, constatables y evaluables, para generar el necesario cambio democrático, de y para la mayoría social.
Se trata de que la "agenda social" acabe con los debates que imponen las agendas de la derecha política, económica y mediática, creadas para oscurecer la realidad social.
Gregorio Gordo Pradel es exportavoz del Grupo Parlamentario de IU-CM
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