Solsticio cultural en Madrid

Citas al aire libre, de noche, con apertura de algunas instituciones culturales… El evento recuerda a la Noche en Blanco, fiesta cultural creada en París y que en los años 2000 se extendió por multitud de ciudades europeas. En Madrid se celebró entre 2006 y 2010 cuando el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón (PP) convirtió la cita en bianual. En 2011 no tocaba pero al año siguiente, Ana Botella (PP), que relevó a Gallardón en el cargo, decidió suprimirla por motivos económicos. “El origen de Luna de Octubre está relacionado con la Noche en Blanco”, reconocen desde el Área de Cultura de Madrid, “de hecho se ha creado a partir de una propuesta del PSOE”. El regreso de este evento cultural fue una de las 144 enmiendas que los socialistas presentaron para aprobar los presupuestos municipales de 2017 defendidos por la alcaldesa Manuela Carmena (Ahora Madrid).

“Estudiamos esa propuesta y, observando lo que se está haciendo en Europa, lanzamos este programa”, explican desde el Consistorio. Dirigido por Delia Piccirilli, Luna de Octubre cuenta con un presupuesto de un millón de euros (el mismo que tenía la Noche en Blanco). “Mantenemos ese espíritu, pero actualmente la oferta cultural es diferente: ya no son tan novedosas las aperturas nocturnas, queríamos encontrar un encaje con los lenguajes contemporáneos y nos parecía muy interesante vincular arte y patrimonio”, resumen desde Cultura, que ha vinculado la fiesta cultural con la candidatura de la zona Prado-Retiro a ser reconocida como Paisaje Cultural por la Unesco.

"Esta zona, antes de que llegaran los coches, fue proyectada como un paseo recreativo que seguía los valores de la Ilustración. Luna de Octubre pretende retomar esa inquietud divulgadora en Prado-Retiro", dicen desde el Consistorio. Todos los eventos de Luna de Octubre son gratuitos y la cita arranca en el estanque del Retiro con un concierto de “instrumentos insólitos” ideado por el músico experimental Llorenç Barber. A partir de ese momento toman la zona proyecciones, como las de la Puerta de Alcalá, que se convertirá en un lienzo gracias a unas pantallas LED que mostrarán las propuesta audiovisuales de Alba Corral, Pablo Pro y AETU; instalaciones de luz, como Islas Plásticas que llenará el Prado con 60.000 botellas de plástico recicladas e iluminadas; o performances como Narcissus, una combinación de arte y tecnología que intenta hacer reflexionar sobre los problemas de una sociedad completamente centrada en sí misma.