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Cultura desahucia al exdueño de la Fábrica de Tapices

Livinio Stuyck se rehúsa a abandonar el duplex de 700 metros cuadrados

Antonia Laborde

Livinio Stuyck pertenece a la familia que fue dueña y gestora de la Real Fábrica de Tapices durante casi tres siglos. En 1996, a causa de una deuda con la Seguridad Social y la Agencia Tributaria, vendió la fábrica a una fundación creada por el Ministerio de Educación y Cultura. Desde entonces, vive gratis con su esposa en un dúplex de casi 700 metros cuadrados, que forma parte del conjunto histórico. El ministerio ha pedido su desalojo, que se llevará a cabo la semana próxima.

Fachada de la Real Fábrica de Tapices, en la calle de Fuenterrabía.
Fachada de la Real Fábrica de Tapices, en la calle de Fuenterrabía.Claudio Álvarez

El próximo martes, al mediodía, representantes del Ministerio de Educación y Cultura, la Abogacía del Estado, la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid, le entregarán a Livinio Stuyck una orden de desalojo para que abandone el dúplex, como adelantó Eldiario.es. Stuyck no quiere abandonar la casa en la que vive desde que nació, hace 71 años, según diversos medios. “Mi familia lleva aquí 300 años. Yo nací aquí. No llevo aquí 20 años sino 71. Es mi casa”, sostiene.

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El edificio de la Real Fábrica de Tapices, construido en 1889, está ubicado en la calle Fuenterrabía, 2, a pasos del Retiro. Al ser un edificio público, propiedad del Estado, no puede alojar una vivienda.

Hasta 1996 la fábrica le perteneció a la familia Stuyck, dueña y gestora durante casi tres siglos. Debido a una deuda de 227 millones de pesetas (1.36 millones de euros) con la Seguridad Social y la Agencia Tributaria estuvo a punto de declararse en quiebra y cerrar la única fábrica de sus características en el mundo. La entonces ministra de Educación y Cultura, Esperanza Aguirre, decidió su rescate con dinero público, creando la fundación que hoy administra el inmueble.

La dotación que figura en la inscripción de la Fundación Real Fábrica de Tapices en el BOE es de 2.40 millones de euros, aportados por el Ministerio de Educación y Cultura, la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento de Madrid y la Fundación de la Caja de Ahorros de Madrid. Stuyck, a pesar de la venta, continuó como director general hasta 2002. Ninguno de estos cambios impidió que siguiera utilizando las dos últimas plantas del edificio sin pagar un alquiler, ni la luz o el agua.

Desde el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte defienden que hace dos años que están intentando llegar a un acuerdo con Stuyck y desde hace seis de manera más insistente, pero ha sido “imposible”. “Hasta ahora no se necesitaba ese sitio, por lo que no se consideraba oportuno que se fuera, pero ahora el espacio se necesita y es tiempo de que se vaya. Este es un edificio del Estado y lo quiere recuperar”, afirman desde la portavocía.

Alejandro Klecker, administrador de la Fundación Real Fábrica de Tapices, asegura que la fundación, como Stuyck, son “inquilinos dentro de un edificio del ministerio” y son ellos los que tienen que decidir. Explica que como no se ha conseguido que Stuyck abandone el recinto, el ministerio hizo un rastreo de los títulos de propiedad para constatar que él pudiera utilizarla. “Hasta el momento no se ha encontrado ningún documento que lo garantice, por lo que el Ministerio ha procedido a realizar un desalojo administrativo", sostiene.

El Ayuntamiento anunció este viernes que, a partir del próximo martes, impondrá “multas coercitivas reiteradas por periodos de ochos días” a Stuyck, de hasta el 5% del valor del inmueble, hasta que se produzca desalojo.

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Sobre la firma

Antonia Laborde
Periodista en Chile desde 2022, antes estuvo cuatro años como corresponsal en la oficina de Washington. Ha trabajado en Telemundo (España), en el periódico económico Pulso (Chile) y en el medio online El Definido (Chile). Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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