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El Ayuntamiento cambia los horarios de la consulta popular por falta de voluntarios

El Consistorio ha reducido el número de puntos de votación de 66 a 51

Antonia Laborde

La falta de voluntarios para cubrir los 66 puntos de votación de la consulta organizada por el Ayuntamiento para decidir varias reformas urbanas le ha obligado a cerrar algunas mesas y a reducir el horario de atención. Este periódico comprobó que, al menos, un cuarto de las mesas presentaron algún tipo de incidencia: o no había voluntarios o se incumplía el horario anunciado. Ayer, por ejemplo, los 66 puntos de iniciales de votación previstos se redujeron a 51. De ellos, algunos solo atendieron una hora y media, en vez de las 10 anunciadas. El edil de Participación, Pablo Soto, reconoce “incidencias”.

Mesa instalada en el Centro de Mayores San Vicente de Paúl, Carabanchel.
Mesa instalada en el Centro de Mayores San Vicente de Paúl, Carabanchel.Kike Para

Parte de los 900 voluntarios de la consulta ciudadana están desertando. El Ayuntamiento no les sufraga ni el abono de transporte ni la manutención. Los que han cumplido con su intención de apoyar el proceso lo han hecho “a gusto”, según declaran. Pero los que se inscribieron y luego no acudieron han causado problemas imprevistos. En teoría, de lunes a viernes iba a haber 66 puntos (130 mesas) para votar de 9.30 a 19.00 horas. El caso de la Instalación Deportiva de Arganzuela —que el lunes por la mañana no pudo conformar su mesa porque no llegó un voluntario (se requerieren dos para poder atender al público)— se repitió en varios lugares durante la semana. Como pudo comprobar este periódico, puntos de votación en Chamberí, San Blas-Canillejas, Retiro, Chamartín, Hortaleza, Tetuán y Centro vivieron la misma situación.

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Por eso, el jueves, la web Decide Madrid modificó horarios y puntos de votación. En muchos casos se cambió a horario partido (de mañana o de tarde) y en otros, como el IES Gómez Moreno (San Blas), se acotó el horario de atención a una hora y media.

También el jueves los 66 lugres de votación iniciales se redujeron a 51. Pero siguió habiendo puntos donde no se pudo formar la mesa. El Centro Deportivo Vallehermoso (Chamberí) y el Centro Cultural Luis Peidró (Retiro) son ejemplos de este problema.

El delegado de Participación Ciudadana, Transparencia y Gobierno Abierto del Ayuntamiento de Madrid, Pablo Soto, reconoció ayer que ha habido “incidencias” en algunas mesas. “Calculamos las mismas que en unas elecciones generales”, detalló. “Es normal que en un sistema de voluntariado haya personas que no puedan acudir por un problema familiar. La otra alternativa sería poner muchísimas menos urnas para asegurar que siempre haya personas o hacer un contrato con una empresa, pero eso multiplicaría el coste del proceso”, aclara.

Los inscritos se dividen en dos grupos: los voluntarios por Madrid (cerca de 300) y los colaboradores (unos 600). Los primeros son habituales de las iniciativas municipales (cabalgatas, ayuda a colectivos desfavorecidos...); los segundos se han apuntado solo para el proceso consultivo.

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Desde el Área de Voluntarios por Madrid replican que ha habido pocas incidencias en su equipo habitual. “Cuando alguien colabora de forma voluntaria pueden surgir problemas. No es igual que si alguien está en un empleo. Hay gente con más y menos compromiso”, afirma una portavoz del área. Los voluntarios y colaboradores están asegurados por una póliza de responsabilidad civil frente a terceros.

Raúl Alcolea, voluntario por Madrid, cuenta su experiencia: “No pedimos nada. Esto es clave para nosotros”. De hecho, Alcolea ha colaborado en tres mesas esta semana. Sin embargo, una voluntaria del centro de mayores Pablo Neruda (Vallecas) se queja: “Una botellita de agua estaría bien”.

El jueves, en la urna de la Junta Municipal de Moncloa había menos de 10 sobres al mediodía. Andrés del Valle, voluntario, cree que el sistema de votación es redundante. “Muchos nos dicen que han votado por Internet y otros por correo. Yo creo que al ser la primera consulta ciudadana están probando y se darán cuenta de cuál es la plataforma más utilizada”, prevé. Javier del Cañizo, de 32 años, que espera en la junta para un trámite personal, no estaba dispuesto a votar. “No lo he hecho porque tenía dudas de que se quedarán con mis datos y supieran lo que he votado”.

“Sobra dinero”

A la hora de comer, el Centro Municipal de Mayores Ascao (San Blas) estaba repleto. El menú de 5,15 euros atrae a tantos mayores que muchos deben esperar para comer. Mientras esperan un sitio, frente a la mesa de la consulta no hay nadie, aunque la urna contiene 20 sobres. Uno de los ancianos que espera turno para almorzar no quiere votar. “Ya nos han engañado mucho a nuestra edad. El dinero que se destina a esto debería ir a las pensiones”, afirma.

Otra mujer cuestiona la incitativa: “Resulta que ahora le sobra el dinero al Ayuntamiento. Hay personas que no tienen qué comer”. Pero no todos los que asisten a los centros de mayores opinan así. En el de Pegaso (San Blas) votaron más de 60 en un día y en el San Vicente de Paúl (Carabanchel) cerca de 150 el viernes.

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Sobre la firma

Antonia Laborde
Periodista en Chile desde 2022, antes estuvo cuatro años como corresponsal en la oficina de Washington. Ha trabajado en Telemundo (España), en el periódico económico Pulso (Chile) y en el medio online El Definido (Chile). Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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