Dos jóvenes fascinantes en Barcelona

Dos jóvenes con historias fascinantes coinciden estas semanas en los escenarios de Barcelona. Ambos, diagnosticados de autismo y síndrome de Asperger, son los protagonistas de dos obras con mucho en común: Pretenden derribar tópicos y aproximarse sin complejos a la realidad de las personas que sufren estos transtornos. Y lo hacen desde la comedia o el thriller. Los montajes se representan en la Sala FlyHard y en el Teatre Poliorama.

En la primera recala L'home sense veu, escrita y dirigida por Clàudia Cedó. La obra aborda la incomunicación a través de la vida de Tom, un astronauta aislado en la luna que intenta sin éxito contactar con su base de operaciones en la tierra. El montaje, a la vez, también se centra en Cecília, una mujer de mediana edad con dos hijos adolescentes y un marido aposentado en el sofá. Cecília, interpretada por Cristina Cervià, se siente atrapada en su realidad, vive desmotivada y se pregunta si hay alguien que oiga sus mensajes de socorro en un mundo que para ella es hostil. Hasta que una amiga le pide un favor. Le ofrece suplirla en su trabajo. Debe trasladarse a un piso y cuidar de un joven silencioso, Tomàs, ya que sus padres se van de viaje. Tiene unos treinta años y, aunque no habla, se siente fascinado por los astronautas. Es sabio en este tema hasta límites insospechados. Intercalando tanto escenas cotidianas como de ciencia ficción, el público irá descubriendo la relación que guardan los tres personajes. También, si pueden derribar los muros de sus respectivos universos, entre el espacio y la tierra, para conectar entre ellos sin que falte el humor.

En L'home sense veu no se cita explícitamente, pero Tomàs es autista. “Aunque no habla, Tomàs se comunica con los demás. Preparé el personaje con pequeños gestos, muy mínimos, sin exagerar, y eso es muy perceptible en una sala tan reducida como la FlyHard”, explica Jordi Subirà, que interpreta al joven y, a la vez, al astronauta. Cedó tejió el montaje desde su propia experiencia. Es psicóloga y una década atrás fundó Escenaris Especials, talleres de teatro para personas en riesgo de exclusión social. “Tomàs está inspirado en algunos alumnos, a los que Jordi Subirà conoció. La libertad con la que se expresan y el descontrol que tienen en el escenario es admirable”, concreta la directora.

Enfrentarse a los miedos

El protagonista de El curiós incident del gos a mitjanit, que se representa en el Teatre Poliorama es un poco más joven. La obra recrea a partir de la novela homónima de Mark Haddon las pericias de Christopher Boone, un adolescente extraordinario de 15 años, tres meses y dos días. A Christopher le encanta Sherlock Holmes. Tampoco se cita explícitamente, pero el chico tiene síndrome de Asperger. El montaje, dirigido por Julio Manrique, se ubica en Inglaterra y detalla la investigación de Christopher sobre la muerte del perro de sus vecinos. Pesquisa a pesquisa, el adolescente se enfrentará a sus miedos. “El espectador conecta muchísimo con una persona a quien le cuesta entender la empatía, la ironía y las mentiras. Simplemente, Christopher tiene otros canales de información. Le cuesta atarse los zapatos pero en cambio sabe muchísimo de constelaciones”, abunda Pol López, que interpreta al protagonista de El curiós incident del gos a mitjanit. El actor ganó por este papel el Premi Ciutat de Barcelona de Teatre. De hecho, la obra sube a los escenarios por tercera vez tras estrenarse en el Teatre Lliure.

En el Poliorama, cuyo escenario se transforma en un polideportivo, se representa hasta el 29 enero. Christopher cogerá por primera vez un tren solo hasta Londres en la obra. “Es un viaje transformador para él. También con muchas dificultades”, afirma López, que preparó el papel documentándose a través del proyecto Autisme La Garriga y con una pedagoga y dos de sus pacientes.

A caballo entre el thriller policial y la poesía matemática, sorprende la importancia que para el adolescente tiene la oratoria o la dicción. Completan el elenco actores como Mireia Aixalà, Ivan Benet o Carme Fortuny. “Los adolescentes empatizan con él, y los padres con sus padres. La obra pone de relieve que todos somos complejos y tenemos nuestras particularidades”, concluye el actor.