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Objetivo: revalorizar a Tàpies

La fundación del artista quiere que su presencia en exposiciones y congresos aumente, coincidiendo con su centenario, en 2023

José Ángel Montañés
Fragmento de 'L’Esperit català', de 1971, donde puede leerse ‘Democracia’ y ‘Dret al tiranicidi’.
Fragmento de 'L’Esperit català', de 1971, donde puede leerse ‘Democracia’ y ‘Dret al tiranicidi’.J. Á. M.

Antoni Tàpies nació el 13 de diciembre de 1923, por lo que ayer habría cumplido 93 años y dentro de siete, en 2023, se celebrará su centenario. Una efeméride que su fundación barcelonesa quiere aprovechar para recuperar al artista. Es una de las tareas que se ha autoimpuesto el equipo directivo de la entidad encabezada por Carles Guerra, que ahora justo cumple un año al frente de la misma. “Hay que reposicionar y revalorizar a Tàpies, como autor en exposiciones de todo el mundo porque no tiene la presencia que se merece. Hay mucho Tàpies por entender, debatir e iluminar; hay que devolverlo al mundo de la investigación de primer orden; volver a hacer que sea un caso de estudio, ya que su figura y su obra han caído por un relevo general”, explicó Guerra durante la presentación de la próxima temporada de la fundación.

Como ejemplo puso que la gran obra L'Esperit català, pintado en 1971 y que ha viajado desde la Universidad de Navarra hasta Barcelona para formar parte de la exposición Colección. 1966-1976, está siendo leído, literalmente. “La obra está llena de inscripciones que lo convierten en un tratado jurídico y político de primer orden, que adelanta una futura democracia y, hasta ahora, se ha pasado de puntillas. Tenemos que conocer el papel que ha jugado en la modernidad que emerge en España durante el franquismo”, explicó el director, preocupado por la disminución del interés y la presencia del pintor. “Dentro de cinco años tenemos que tener los deberes hechos”, remachó.

La fotografía, protagonista de la próxima temporada

Allan Sekula, Susan Meiselas y Oriol Vilanova serán los grandes protagonistas, junto al propio Tàpies, de la próxima temporada de la fundación barcelonesa. Y si no ellos, sus obras, sobre todos las fotografías comprometidas de Allan Sekula (a partir del 13 de junio), uno de los nombres más destacados de la fotografía moderna de la segunda mitad del siglo XX, que destaca por su crítica a los vínculos que la fotografía ha mantenido con la economía, el trabajo y las políticas de la representación. La fundación mostrará Fish Story,crítica al capitalismo de la globalización.

Tomará el relevo Susan Meiselas (a partir del 5 de octubre), historia viva del fotoperiodismo, que ha destacado en la cobertura que ha hecho de la crisis en Centroamérica en los sesenta y ochenta, con trabajos, además, como Carnival Strippers, que le abrió las puertas de la agencia Magnum o los relacionados con el pueblo kurdo sometido por Hussein. Abrirán la temporada las postales de Oriol Vilanova, una selección de las 100.000 que ha adquirido en mercados de la ciudad los domingos y que posibilitan sorprendentes lectura

Pero la Fundación tiene un doble reto para los próximos años, porque los responsables del centro han de lidiar con la difícil situación económica. El presupuesto para el próximo año es de 1.700.000 euros, de los que 950.000 provienen de subvenciones públicas y los otros 750.000 son recursos propios. “Con estos números es difícil mantener un edificio modernista, el primero de la ciudad, y una colección de 300 obras. No se puede mantener con estos números”. Según Guerra, “se está buscando solucionar la situación. Hay que incrementar la participación pública para poner en marcha medidas y acciones que permiten atraer más recursos privados. En ese campo hay mucho camino que recorrer”.

Recursos que pasan por gestionar mejor el papel de los visitantes, unos 70.000 este año. “Nos guste o no, el 82% de los visitantes son extranjeros, y solo el 18% locales, como en la mayoría de equipamientos de la ciudad”. Entre los objetivos, conseguir que generen más ingresos. Por eso, se ha intentado abrir en este edificio único de la ciudad un lugar para restauración, donde los visitantes puedan, tras visitar las obras de Tàpies, comer o descansar. “Lo hemos intentado varias veces en un espacio situado debajo de Núvol i cadira, pero no se han presentado ningún operador”, remachó Guerra.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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