Hermanos mayores para combatir el bullying
Un instituto de Barcelona despliega cada año un programa de convivencia a través del que los alumnos veteranos tutorizan y acompañan a los más jóvenes
Toda ayuda es poca para evitar la violencia en las aulas. Un informe de Save the Children señala que casi el 9% de los menores catalanes han sufrido bullying (acoso en el ámbito escolar). Los docentes están atentos pero en estas situaciones impera la ley del silencio y ganarse a los alumnos es clave para detectar y combatir el acoso escolar. “Cuantos más ojos miren, mejor”, sostiene Salvador Rovira, director del instituto Front Marítim en Barcelona.
Esa es la filosofía de un centro que, aunque no ha detectado ningún caso de bullying, se ha puesto las pilas en labores de prevención. El Front Marítim despliega, desde hace ocho años, el programa Tutoría Entre Iguales (TEI). La iniciativa, desarrollada por el psicólogo Andrés González Bellido en 2002 y presente ya en 500 colegios españoles, implica a los alumnos en el aprendizaje de valores de convivencia a través de tutorías entre los más mayores y los recién llegados al instituto.
Los alumnos veteranos, de tercero y cuarto de ESO, actúan de hermanos mayores de los recién llegados (los de primero). Les abren las puertas del instituto y los ayudan a adaptarse al nuevo centro: charlan y socializan con ellos, los asesoran si tienen problemas y los acompañan durante el primer curso. La participación es voluntaria, pero Rovira asegura que el 90% de los alumnos mayores se implican. “Ellos ya tuvieron un hermano mayor en su momento y saben lo que es. Quieren ayudar y mejorar su experiencia”, apunta el director. Los alumnos mayores reciben cuatro horas de formación para saber enfrentarse a las situaciones que se pueden presentar con su compañero.
Raquel, por ejemplo, está en cuarto de ESO y ha repetido este año como tutora. “A mí mi tutora no me funcionó pero yo creo que esto sí sirve porque conocer gente que es dos años mayor que tú te abre otra faceta social”, apunta. A su cargo está Marta, que reconoce que este programa le ha servido para entablar relación con más compañeros del colegio.
Si surgen problemas, se solucionan entre ellos. “Yo los saludo en el recreo, les pregunto qué tal están. Si pasa algo, hay que enseñarles que lo podemos solucionar entre nosotros”, dice Mireia, que se encarga de tutorizar a Aina. Arnau también ha repetido como tutor este año y asegura que a él no le cuesta ganarse la confianza de su hermano pequeño. “A mí no me cuesta, aunque el año pasado me tocó un chico que era bastante problemático, pero lo acabamos solucionando”, apunta.
En esa espiral de implicación que genera el TEI, Rovira asegura que sus alumnos están muy concienciados. “Yo les digo: o estás con el agresor o con la víctima. En medio no puedes estar. Tú decides porque las dos opciones tienen consecuencias”, explica. Reconoce que no están exentos de tener casos de bullying, pero “son muchos ojos” los que están alerta para avisar y evitar situaciones violentas.
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