Barcelona apuesta por la cultura en los barrios con más desigualdades

Las calles de los barrios más periféricos de Barcelona contienen tanta cultura y arte como las grandes salas de teatro y música del centro de la ciudad. De esto está convencido Jaume Collboni, teniente de alcaldía de Empresa, Cultura e Innovación, quien quiere impulsar y aprovechar la cultura de la calle con un plan de choque ambicioso —prevé una inversión de 8,2 millones de euros en tres años. Este plan, no obstante, depende de unos presupuestos que, de momento, están prorrogados por lo que, por ahora, solo 1,5 millones están asegurados. La propuesta se presentará como medida de Gobierno en el pleno del próximo viernes, y busca acercar la cultura a nuevos públicos y que sean los barrios, a través de los centros cívicos, los que generen las propuestas artísticas.

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Collboni y el Instituto de Cultura de Barcelona (ICUB) han escogido el barrio de Baró de Viver, que limita con Santa Coloma de Gramenet, para presentar este lunes la medida cultural. Las calles de este barrio, que ha acogido durante años a las familias desahuciadas de otras zonas de Barcelona, están llenas de vida y, por lo tanto, de cultura, algo muy valioso para la nueva apuesta del Ayuntamiento: las plazas están siempre llenas de gente, abundan los graffiti y los skaters; en casi todos los balcones de los bloques de pisos, todos idénticos, hay dos o tres bicicletas BMX, para hacer piruetas; y además, por la estación de metro, rodeada como el ojo de un huracán por las carreteras del nudo de la Trinitat, han pasado este fin de semana un 600% más de viajeros, gracias a los conciertos organizados en el parque de la Trinitat por las fiestas de la Mercè.

"Esto es una muestra de que podemos poner en el mapa mental de los barceloneses zonas que antes no conocían", ha dicho Collboni. Mediante la cultura, el teniente de alcalde quiere profundizar en el Plan de Barrios de la alcaldesa, Ada Colau, que tiene un presupuesto de 150 millones de  euros para este mandato. Para esto considera básica la descentralización de la cultura, que ha empezado con la Mercè. Collboni ha asegurado que la medida tendrá 202.900 beneficiarios, y que conseguirá llevar artistas y compañías profesionales a los equipamientos de estos barrios. Para esto, el millón y medio de presupuesto previsto para los centros cívicos se destinará a la contratación de actividades y no tanto a la mejora de infraestructuras, que Collboni considera ya muy avanzada.

El plan fija como objetivo principal la creación de un circuito cultural estable alrededor de los centros cívicos. Pretenden involucrar a dos centros por distrito, que sean capaces de detectar las propuestas e iniciativas artísticas de cada barrio, y proporcionarles un espacio para desarrollar la actividad. Antes de la programación de actividades, las propuestas serán evaluadas por un equipo de expertos cuyas características todavía no están definidas. El precio de los espectáculos será "sustancialmente menor que el de las entradas de un Teatro Nacional o de un Auditori".

El segundo objetivo es que el proyecto sea "participativo y con una gestión que vaya de abajo arriba" en estrecha colaboración con los institutos y los centros cívicos. Y, por último, el plan incluye la creación de un programa de formación artística que "acerque a los ciudadanos al lenguaje de la cultura", y que se desarrollará, como prueba piloto en 2017, en las zonas de Meridiana Norte, Zona Franca y Besòs.