Las adopciones caen casi un 90% y llegan al nivel más bajo en 18 años
La Generalitat responsabiliza del decenso a la crisis económica y a la inestabilidad política en países donde hay convenios
La evolución de las adopciones en Cataluña sufre una caída en picado. Los datos aportados por el departamento de Trabajo y Asuntos Sociales de la Generalitat y por el Idescat ponen de relieve que nunca antes se habían barajado números tan bajos. En todo 2015 llegaron a familias catalanas 159 niños a través de los procedimientos de la adopción internacional, la cifra más baja en 18 años. La estadística recogida por Asuntos Sociales se remonta a 1998 (297 adopciones) y muestra un imparable descenso de las afiliaciones en la última década.
El Instituto Catalán de la Acogida y de la Adopción (ICAA), órgano que depende del Departamento de Trabajo y Ausuntos Sociales, asegura tener como “finalidad primordial” potenciar las adopciones de menores. Es el organismo que gestiona las solicitudes para adoptar o acoger a criaturas nacidas en Cataluña y que se hallan en situación de desamparo y a la vez es, también, la máxima autoridad competente para tramitar las solicitudes de adopción internacional.
El ICAA señala que la adopción supone, ante todo, “una medida de protección a la infancia” ya que proporciona una relación paternofilial con los mismos efectos legales que la paternidad biológica. El año 2004 marca, con 1.562 adopciones, el récord de toda la serie histórica pero desde entonces la caída es acentuada. En once años el declive del número de adopciones internacionales es del 89,9% y la dinámica no va a cambiar este año ya que, hasta junio, se habían cerrado tan solo 60 expedientes.
Bajan las tutelas
Incertidumbre sanitaria rusa
En Cataluña hay 5.000 niños y adolescentes adoptados provenientes de países de la Europa del Este, mayoritariamente de Rusia. La Generalitat ha informado recientemente en un comunicado que algunos de esos niños están afectados por el Síndrome de Alcoholismo Fetal. Los menores fueron adoptados en su día por familias catalanas que tenían el convencimiento de estar acogiendo a menores sanos pero el síndrome puede tener diferentes grados de afectación y, según la Generalitat, no se puede diagnosticar con facilidad en los primeros años de vida. Se trata de una afectación que pueden sufrir los hijos de madres que durante el embarazo han consumido alcohol. La Generalitat, que teme demandas de algunos padres adoptivos, decidirá después del verano si veta las adopciones de niños nacidos en Rusia y Ucrania.
En 2011 entraron en Cataluña 271 menores desde países de Europa para ser adoptados. A ésos se les sumaron otros 178 llegados de distintos países de África, Etiopía y Malí, básicamente, y otros 105 provenientes de Asia. De América, fundamentalmente de Colombia, llegaron 60. El año pasado los niños adoptados procedentes de otros países de Europa fueron tan solo 48 y de África llegaron 52. Otros 36 niños provenían de Asia y en América se cerraron solo 23 adopciones.
En el caso de los menores nacidos en Cataluña y que, por culpa de una situación de desvalimiento, son asistidos mediante un proceso de adopción, la caída de las tutelas también se hace evidente.
Entre 2004 y 2012 no se bajó jamás de las 120 tramitaciones anuales pero desde 2013 el número de adopciones se ha encallado en poco más de 80. En los últimos ocho años el declive es del 47,5%.
La Generalitat argumenta que la crisis económica tiene buena parte de culpa en el descenso de adopciones. La consejera y portavoz del Gobierno catalán Neus Munté ha llegado a situar el inicio del declive en el año 2008, punto de partida de los problemas económicos. En este sentido, se alega que en el último lustro las solicitudes para adoptar han mermado un 54,5%, en el caso de las adopciones internacionales, y un 68% en lo que concierne al interés por adoptar menores nacidos en Cataluña.
El ICAA alega que países donde tradicionalmente era sencillo tramitar adopciones padecen de un tiempo a esta parte una agitación interna que complica tramitar el proceso. Es el caso de Malí, Costa de Marfil o Rusia. El ICAA aseguró hace un año estar trabajando en hallar nuevos países donde poder adoptar. Se trataba, según se dijo entonces, de “dar respuesta a las familias catalanas” que están esperando ser padres.
Oriol Suárez es uno de esos padres expectantes. Hasta hace pocos días se resistía a que su nombre real apareciese en este reportaje. Tenía trámites pendientes con el ICAA para poder adoptar a su tercer hijo. Lleva meses esperando la luz verde a su petición de adopción. “Del dictamen de un técnico depende que tengas al niño o no”, explica.
Ya no le importa salir del anonimato. La tramitación de su procedimiento ha sido bloqueada. “Me han paseado durante dos años”, lamenta. Pone en duda que el ICAA haya hecho muchas gestiones para abrir vías de adopción. “No hay ningún país de los que ofrece el ICAA que sea una opción válida”, indica. Se refiere al listado de 28 países, actualizado en mayo pasado, que ofrece la web del ICAA para poder cursar peticiones de adopción. Según Oriol, “en ese listado no hay ningún país que funcione con criterios racionales”. Cuenta que en muchos de los casos el periodo de espera se eterniza “hasta 9 años”, lo que, según él, es sinónimo de que “el proceso que ofrece el ICAA no funciona”. Denuncia que aparezcan 28 países en la lista cuando, en realidad, “solo hay siete de esos países donde se puedan iniciar los trámites”.
Suárez alerta que la Generalitat tampoco avisa con suficiente transparencia de que algunos de los países son “vías verdes”, es decir, países donde la adopción se limita a niños con necesidades especiales o que padecen alguna enfermedad. “La Generalitat no destina recursos ni medios para que los ciudadanos puedan adoptar”, acusa. “No se trata de que la gente no quiera adoptar, el problema es que la administración no da ninguna solución válida”. Fuentes oficiosas cifran en al menos 1.600 las familias catalanas que están esperando poder adoptar un niño.
Problemas en el Congo
Rosa Bertrán fue directora del Instituto Catalán de Acogida y Adopción. Presentó su dimisión en 2006 tras una crisis abierta en el sistema catalán de adopciones internacionales a raíz de los problemas surgidos en el Congo.
Ahora dirige Balbalika, una entidad con sede en Badalona y que actúa como colaboradora en los procesos de adopción internacional. Bertrán cuenta con décadas de experiencia en este campo. Matiza que la Generalitat “tiene las manos atadas” en lo que a adopciones se refiere. Poca cosa se puede hacer, dice, cuando países en los que las adopciones funcionaban de manera óptima se han bloqueado. Es el caso de “Rusia o India” y también de la China, donde se ha pasado de tener un niño adoptado en nueve meses a tardar “casi 10 años”. Explica que las adopciones internas, esto es las que corresponden a niños nacidos en Cataluña, tampoco son ágiles y que los trámites se pueden demorar hasta una década: “Es evidente que el tiempo de espera hace que la gente se eche atrás”.
Rosa Bertrán lamenta, además, que los choques entre la administración central y la catalana cierren vías de posibles adopciones. “La legislación española ha limitado las capacidades de las comunidades autónomas para decidir que países abre”.
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