La Clesa, sin plan hasta septiembre
El proyecto de Metrovacesa no convence al Ayuntamiento. La inmobiliaria presentará su nueva propuesta para la antigua lechería tras el verano
Las conversaciones en torno a la antigua fábrica de Clesa, icono del patriomonio industrial de Madrid, continuarán en septiembre. El edificio, en una parcela de 70.000 metros cuadrados, abandonado en 2012 y propiedad de Metrovacesa, iba a ser el centro del proyecto presentado por la inmobiliaria. Pero el Ayuntamiento se lo ha parado ya que no están dispuestos a cambiar la tipología del suelo: de industrial a urbanizable. “Estamos intentando definir un proyecto urbanístico de la zona que responda al interés general de la ciudad, de los vecinos y vecinas, y también de la empresa”, cuentan desde el Ayuntamiento. Metrovacesa está matizando su proyecto y espera mostrar una alternativa para convencer al Consistorio después del verano.
Los vecinos de Fuencarral, distrito donde está la antigua lechería, llevan años quejándose del abandono de su zona y la fábrica de Clesa (Avenida del Cardenal Herrera Oria, 67) es el epítome de la decadencia que dicen que sufre el barrio. La lechería, proyectada por Alejandro de la Sota (Premio Nacional de Arquitectura en 1974), e inaugurada en 1962, fue abandonada en 2012, después de declararse en concurso de acreedores. De las manos de Ruíz Mateos pasó a Metrovacesa, que pretendía echar abajo la lechería y construir una nueva zona residencial. Varios arquitectos emprendieron una lucha para evitar su derribo usando como argumento la defensa del patrimonio industrial capitalino. En 2015, la Clesa fue protegida, pero había que hacer algo en ella: “Matadero hay uno y funciona muy bien. No queremos hacer otro espacio semejante. Este lugar requiere un enfoque multidisciplinar”, comentaba Guillermo Zapata, concejal de la zona, en una entrevista concedida a comienzos de su mandato.
Para encontrar un proyecto interesante, Metrovacesa, propiedad del Banco Santander, y el Colegio de Arquitectos de Madrid lanzaron un concurso que aportara ideas para rehabilitar el edificio y la zona circundante. El resultado: mantener el edificio principal (de unos 9.000 metros cuadrados), demoler el resto de naves del complejo (70.000 metros cuadrados) y destinar el 60% a uso residencial y el resto a comercios, hoteles u oficinas (uso terciario). Por otro lado, se cedía un espacio a Adif para rehabilitar la estación de Cercanías de Ramón y Cajas y se destinaban 6.000 metros cuadrados a vías verdes.
A la concejalía de Desarrollo Urbano Sostenible no le pareció apropiado que gran parte de los terrenos acabaran destinados a nuevas viviendas por lo que paró el proyecto: “Trabajamos para fomentar la recuperación de la ciudad, y en este caso del patrimonio, ejemplificado aquí en la antigua fábrica de Clesa. Y defendemos un proyecto urbanístico que responda al interés general de la ciudad”, cuentan desde el Consistorio. “En septiembre volveremos a las conversaciones y esperamos tener cuanto antes una respuesta que dé solución al ámbito”.
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