Liberado un joven al que su padre mantuvo encerrado en su casa dos años
Los agentes han hallado al joven en estado de desnutrición, deshidratación y desorientación, tras presuntamente sufrir durante su cautiverio maltrato físico y psicológico
Un joven de 19 años que llevaba dos años encerrado por su padre en el domicilio familiar, en Rivas Vaciamadrid, ha sido liberado en una operación conjunta entre la Policía Nacional y de la Guardia Civil. El progenitor ha sido detenido acusado de un delito de detención ilegal y de malos tratos en el ámbito familiar. Horas después ha sido liberado con cargos. La víctima fue hallada en estado de desnutrición, deshidratación y desorientación, tras presuntamente sufrir maltrato físico y psicológico durante los más de dos años que llevaba retenido, según ha informado esta mañana la Dirección General de la Policía.
Las investigaciones comenzaron a raíz de que el propio joven mandó un correo a la dirección atencionfamiliaymujer@policia.es, en el que pedía auxilio y en el que alertaba de la penosa situación en la que se hallaba. Para facilitar las pesquisas, el adolescente facilitó una dirección de correo y un teléfono de contacto de su hermana. Esta confirmó los hechos y la situación de peligro en que se hallaba su familiar a los investigadores.
Los agentes establecieron una actuación coordinada e inmediata para finalizar dicha situación, solicitando mandamiento judicial de entrada en el domicilio al Juzgado de Instrucción de Arganda del Rey. Cuando los agentes entraron en la vivienda, encontraron al joven con graves síntomas físicos: sufría una delgadez extrema, se hallaba desorientado y padecía secuelas físicas que eran el resultado de las palizas que había recibido de su padre, según el relato que hizo a los policías.
El joven tuvo que ser atendido en el propio domicilio, en la Calle del Mirador, al este del municipio, por los servicios sanitarios. Estos fueron solicitados por los agentes dada la paupérrima situación en la que se hallaba. El padre de la víctima, que opuso resistencia a la actuación policial y que respondió de forma violenta, fue arrestado en ese instante.
El joven fue trasladado a un centro hospitalario donde fue sometido a un reconocimiento sanitario exhaustivo. Ahora se encuentra viviendo con su madre y sus hermanas.
Sin salir siquiera al rellano de su casa
La casa en la que el joven se encontraba retenido estaba protegida con rejas, aluminios y maderas que impedían que en ningún momento pudiese salir al exterior, según fuentes policiales. El joven declaró a los policías que su padre le pegaba fuertes palizas a diario, que apenas le proporcionaba alimentos para subsistir, que casi no le daba agua potable y que le obligaba a permanecer todo el día en el mismo habitáculo de la casa.
El joven desarrollaba páginas web, motivo por el cual el padre no le dejaba salir de la casa. Ambos son de origen indio y profesan el hinduismo y siempre habían tenido problemas con los vecinos porque acumulaban tanta basura que produjeron problemas de ratas y cucarachas en su urbanización. El padre había instalado numerosos filtros en el ordenador que le impedían comunicarse con el exterior, pero el joven burló el sistema y logró comunicarse con su hermana, que le facilitó el correo electrónico de la policía, informa la oficial Beatriz, la portavoz de la UFAM (Unidad de Atención a la Familia y Mujer). El joven alertó en su escrito de que, si su padre descubre que les ha escrito, temía por su vida. "De hecho, recibía constantes palizas con objetos contundentes, además de maltrato psicológico", ha relatado la oficial.
El correo lo envió la tarde del jueves y los policías nacionales contactaron de inmediato con la hermana para comprobar todos los extremos expuestos en el correo. La familiar los confirmó todos, por lo que los agentes aceleraron la detención. Acudieron el viernes al Juzgado de Arganda y el magistrado que estaba de guardia les autorizó la entrada, registro y detención del progenitor. "De repente se oyó un golpe y alguien que decía: "Todo el mundo al suelo". No escuchamos nada más", relataba esta mañana Luis, el vecino contiguo al detenido. Según este residente, el joven salió de la vivienda envuelto en una manta térmica y pesando entre 40 y 45 kilos. No pronunció ninguna palabra. Se montó de inmediato en la ambulancia que lo llevó al centro hospitalario. Ahora convive con su madre y sus dos hermanas. Él es el mediano de los tres. "Cuando se fueron las tres mujeres, él no sufría malos tratos. Estos se dan conforme pasa el tiempo", afirma la oficial de la Policía Nacional.
La policía encontró todas las estancias de la vivienda repletas de objetos inservibles, muebles rotos y bolsas de basura, llegando el elevado volumen de basura acumulada a dificultar el tránsito por pasillos y habitaciones, según el relato policial.
El arrestado tenía también problemas de convivencia vecinales debido a extrañas obsesiones y una posible enfermedad mental, creyendo que sus vecinos le envenenaban el agua y le producían radiaciones peligrosas, sintiéndose además perseguido por la mafia rusa.
Fuentes de la Guardia Civil han informado de que ya se produjo un hecho similar hace tres años con este mismo hombre que mantenía retenida a su esposa y a sus dos hijas. La mujer logró huir en un descuido del hombre, pero el joven decidió quedarse con su padre. Los tres familiares se independizaron de él y ahora se encuentran viviendo en un piso protegido facilitado por el Ayuntamiento.
La policía cree que, además de tener fuertes convicciones religiosas hinduistas, el padre puede sufrir algún problema mental. "Vivían todos juntos y hasta dormían en la cama los cinco integrantes de la familia antes de que salieran la madre y las hermanas", destacaron fuentes policiales. El detenido, que ya ha pasado a disposición judicial, se encuentra en libertad provisional con cargos y con la obligación de presentarse en el juzgado cada cierto tiempo.
El delito de detención ilegal está recogido en el artículo 163 del Código Penal y puede conllevar condenas de prisión de entre cinco y ocho años de prisión. La operación ha sido dirigida de manera conjunta por agentes de la UFAM (Unidad de Atención a la Familia y Mujer) de la Policía Nacional, así como componentes de Policía Judicial de la Guardia Civil de Rivas Vaciamadrid y de la Policía Local del Municipio.
Posteriormente, fuentes jurídicas han explicado que estos hechos y otras pesquisas llevadas a cabo durante la investigación han hecho que no quedasen totalmente aclaradas las circunstancias en las que vivía el joven, que tenía unas llaves para abandonar la vivienda si ocurría algo y ofreció ante los investigadores un testimonio contradictorio.
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