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Bailongo y fuegos artificiales para inaugurar el Grec

La Orquesta Platería pone música a la apertura popular del festival barcelonés

La Orquesta Platería durante la inauguración musical del Grec 2016.
La Orquesta Platería durante la inauguración musical del Grec 2016.Massimiliano Minocri

Boleros, mambos, rocanroles, cha-cha-chás, valsecitos, pasodobles sin prejuicios, alguna rumba ilustrada y hasta el mismísimo Pedro Navaja marcaron en la tarde de ayer el despegue popular del Grec 2016.

Un festival con cuarenta años a sus espaldas, cifra que irán celebrando a lo largo del verano. Y, por aquello de que bailando se entiende la gente, la celebración comenzó a golpe de bailongo dicharachero.

Un bailongo que la alcaldesa Ada Colau no quiso perderse aunque subió al escenario en el entreacto sin mezclarse con la multitud. Felicitó al Grec por su aniversario y a su director por la iniciativa de inaugurar el certamen con una fiesta popular y gratuita. Cierto, el festival Grec se inaugura dos veces. Una, no de etiqueta pero sí de copetín, con todos los invitados (políticos y culturetas) aplaudiendo una propuesta seria y profunda (este año lo es: Les bruixes de Salem, de Arthur Miller, este viernes en el anfiteatro Grec). La otra, popular, populista, gratuita y abierta a todos los ciudadanos de a pié en la plaza más teatral de la ciudad, la que delimita el Mercat de les Flors —con sus trabajadores reivindicando convenios municipales no cumplidos—, el Institut del Teatre y el Teatre Lliure. Una plaza que, además, está dedicada a Margarida Xirgu y que, de tanto en tanto, sirve para algo más que para los partidos de criquet de nuestra colonia paquistaní.

“Pocas palabras porque estamos aquí para bailar”, dijo la alcaldesa. ”Comienza el verano, no hay citas electorales, es el momento de disfrutar de una Barcelona más libre y plural”. Una pequeña pero rítmica muestra de fuegos artificiales desde la terraza del Lliure, que más bien parecía la sesión de un DJ que un espectáculo pirotécnico, puntuó sus palabras y el baile continuó.

Pletórico Serrat

Los responsables de animar el sarau eran los ilustres jubilados de la Orquestra Platería. Jubilados porque hace un par de años se retiraron a bombo y platillo y desde entonces parecen reverdecer sobre sus cenizas. En la Mercè de 2014 se despidieron del público barcelonés tras 40 años de actividad. “Simplemente nuestro tiempo ha pasado y se ha de aceptar”, afirmaba Manel Joseph, líder indiscutible. Despedida a lo grande, en una plaza de Catalunya repleta de bailadores. Desde aquella despedida la Platería no para.

En la plaza Margarida Xirgu, con su inalterable Joseph escudado bajo un sombrero llamativamente blanco, dejaron claro que tienen cuerda para rato, es el eterno tópico de que los jubilados no paran quietos ni un minuto. Además, esta Platería va fuerte, muy fuerte, con algún peso pesado de nuestro panorama en sus filas, como el trompetista David Pastor o el guitarrista Emili Baleriola. Un puñado de melodías que han probado su eficacia en mil guerras (con Rubén Blades y Gato Pérez a la cabeza) y, claro, otro puñado de buenos amigos: desde alguno de los fundadores, como Jordi Batiste/Roccky Muntañola, o el fronterizo (por la frontera de Tejas que no otra) Joan Garriga, hasta un pletórico Joan Manuel Serrat, que subió al escenario para compartir un rítmico M’en vaig a peu y tuvo un entrañable recuerdo para todos los miembros de la Platería que se han quedado por el camino. Además aclaró lo que ya sabíamos: “No penséis que se retiran, eso es una falacia, en este país todo es una falacia”.

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