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JAVIER PÉREZ ANDÚJAR Escritor, publica ‘Diccionario Enciclopédico de la Vieja Escuela’

“Los quioscos y la democracia están en vías de extinción”

El escritor y cronista reúne su universo particular en un nuevo libro

Blanca Cia
El escritor y cronista Javier Pérez Andújar en un rincón del Museo de Cera e Barcelona.
El escritor y cronista Javier Pérez Andújar en un rincón del Museo de Cera e Barcelona.joan sánchez

Sonríe Javier Pérez Andújar (Sant Adrià de Besòs, 1965) cuando posa entre criaturas terroríficas como el conde Drácula, el Hombre Lobo y Frankestein que gracias a un artilugio mecánico se va incorporando pesarosamente de la camilla del laboratorio recreado en un rincón del Museo de Cera de Barcelona. Es el lugar que ha elegido para hacer la foto de la entrevista y lo argumenta asegurando que es un templo oculto de la cultura popular: “Hay templos de muchas categorías, algunos de serie B, como sería éste”. No hay ni un alma en las salas. “Es muy curioso.Aquí se mezclan los aciertos y los desaciertos, es como una pequeña galería de los horrores que provoca terror — añade cuando pasa ante un estrado con las figuras de Franco, Hitler o Mussolini— pero también la risa, que son los dos grandes géneros de la cultura popular “, añade. Dos ingredientes que están muy presentes en el Diccionario Enciclopédico de la Vieja Escuela (Tusquets), el último libro del autor de Paseos con mi madre (2011), Catalanes Todos (2014), entre otros títulos, y premio Ciutat de Barcelona en 2014. El diccionario reúne textos publicados entre 2006 y 2014 en este rotativo, revistas, blogs y otros inéditos.

“Es una versión enciclopédica del mundo, en este caso del mío, de lo que me mueve a escribir, de los escritores a los que adoro, de las películas que me han marcado —Frankestein de Peter Cushing es una de las entradas— y de la actualidad. Hacerlo en forma de diccionario me permitía ser extenso pero, a la vez, breve de lectura, que es lo mejor de la cultura popular, que puedes ir picoteando. Es como el chuletón que te da tu madre que te lo corta a trocitos para que te lo puedas comer. Además, creo que el diccionario enciclopédico forma parte de la literatura. Hay muchos escritores que han escrito diccionarios enciclopédicos, desde Flaubert, André Bretton o Francisco Umbral con el Diccionario cheli”.

Gentes, novelistas,

cine y noticias van

dando forma a más

de 150 entradas

Son entradas muy diversas, de nombres, títulos de películas, conceptos e ideas que utiliza Pérez Andújar para explicar lo que quiere. En Barroco, por ejemplo, hace una reflexión sobre la democracia y la información: “la democracia española se fraguó antes en los quioscos que en las Cortes”, escribe. Y lo aclara: “Hace años, en la época de la Transición, los quioscos te impregnaban de política y lo veías en la calle. Y no solo los periódicos, todas las publicaciones estaban empapadas de política. Ahora, en estos de la Rambla se ven más camisetas e imanes que prensa. Ahora están desapareciendo los quioscos y también desaparece la democracia. Se podría decir que los quioscos han perdido vida y a la democracia le pasa algo parecido. Los dos están en vías de extinción”.

La entrada Biblioteca Infantil le sirve para confesar el “hambre” de lectura que siempre ha sentido desde pequeño. Algo que asocia al hecho de que su madre, hija de un soldado republicano que falleció en Granada en la Guerra Civil, se vio privada de los libros y la enseñanza que había llegaba a su pueblo de la mano de unas maestras republicanas que la dictadura franquista anuló: “A ella le quitaron los libros que le llevaba la República. A mí, mi madre no me pudo dar libros pero me dio el hambre de lectura”. Una pasión que se fraguó en un cajón lleno de tebeos que tenía en casa. Probablemente por esa afición al tebeo muchos personajes de historietas se pasean por su diccionario, como Carpanta, Ibáñez y sus criaturas. “Con ellos fui muy feliz y me siento agradecido. Ser niño de barrio donde las hostias volaban no era fácil y los tebeos fueron mi refugio. Para mí eso es cultura y me da lo mismo que sea popular”. Kung Fú, King Kong, Iron Man, James Bond, Mary Poppins son personajes y películas que también tienen entradas.

En la definición de Edgar Allan Poe, uno de los escritores favoritos de Pérez Andújar, dice: “yo lo llevo metido en las venas como una semilla de diablo”. Y también Eduardo Mendoza: “Es que es muy importante. Gracias a él y a todo lo que ha escrito conocemos muchas barcelonas. No solo la Ciudad de los Prodigios. Luego está la de Mauricio o las elecciones primarias que es un libro muy duro que apunta la época del socialismo decadente en el que buscaban a personas como dentistas —Mauricio lo era— para meter en las listas. Además, es el escritor más elegante que tenemos en España”, concluye.

Hay bromas o juegos que obligan al lector a saltar de una voz a otra. Eso pasa con “montaña, véase Pérez de Tudela” y, así a través de una decena larga de entradas. También hay canciones, como aquella de Alaska y los Pegamoides: “tengo los huesos desencajados, el fémur tengo muy dislocado, tengo el cuerpo muy mal, pero llevo una gran vida social” para referirse a una declaración que prestó  Félix Millet por el desfalco del Palau de la Música a la que acudió en silla de ruedas. En Yo dice: “dejé el Facebook porque me estaba convirtiendo en un viejo verde, y ahora el Twitter está haciendo de mí un viejo borde”.

“Ver al animal político de cerca está muy bien”

Después de 12 años de crónicas sobre los límites de Barcelona y de sus ciudades vecinas hacia el Levante que conoce bien, como Sant Adrià del Besós —donde nació— , Badalona, Santa Coloma de Gramenet, Javier Pérez Andújar ha dejado de lado el retrato urbano y de las gentes para poner el foco en la política. O, mejor dicho, de los representantes políticos en las sesiones del Parlament catalán y de algunas comisiones de investigación. Desde hace cerca de dos años escribe crónicas en este periódico: "Me lo planteé porque lleveba ya muchos años con las historias urbanas y porque hay bastantes escritores que, en algún momento de su trayectoria, fueron cronistas parlamentarios". Y pone como ejemplo a Azorín, Wenceslao Fernández Flórez o Luis Carandell.

"Creo que un escritor tiene que curtirse en la calle pero también en el parlamento". Comenta que pasar de un ángulo más urbano a otro está muy bien para tener todos los registros. "Sobre todo porque no se interfiere en las informaciones que hacen los periodistas —de los que aprendes mucho, quiere subrayar— y te da profundidad para conocer el aspecto animal de la política. La verdad es que ver al animal político de cerca está muy bien y nunca mejor dicho porque está al lado del zoo", ironiza. Dice que habitualmente accede al Parlament por el lado del parque de la Ciutadella que hace frontera con el zoo desde el que se oye con toda claridad a los leopardos. Aunque para él, lo más surrealista es escuchar en el Parlament el rebuzno de los burros.

Cuenta que sus voces preferidas son las que bautiza como Charlie Hebdo, Nada y Ninvie. En ellas habla del terrorismo islámico, del atentado contra el semanario satírico y de la destrucción de la cultura: “Fue el terrorismo islámico el que se cargó a los míos, a los que dibujaban tebeos, se cargaron la libertad de expresión. Y tiene mucho que ver todo eso en el mundo en el que vivimos. Me indigné tanto que al día siguiente me fui a París a manifestarme”.

El 15-M es otra de las entradas. “En el diccionario está todo lo que me ha impresionado y en política el movimiento del 15-M es lo último que me ha impactado, después de la Transición. Ahora ya ha vuelto el desencanto”, se lamenta.

Supongamos que pudiera introducir una nueva entrada en para referirse a las elecciones del 26-J, ¿cómo la llamaría y qué explicaría? “Sería por la letra “v” de voto hipster”, contesta. ¿ Y la definición? “No te fies del voto hipster. Los hipsters han confiado al final más en ser guais y en cosas de diseño que en la gente normal. Se han dejado llevar por ser modernos y no han ido a las heridas de la gente. Los hipsters también votan, pero menos. Querían captar perfiles de Facebook pero no a las personas y han caído en esa frivolidad. En realidad, el voto hipster tiene más de teleserie que de la calle”. Para aclaraciones, Pérez Andújar dice que también podría haber remitido a otra voz: “Véase Podemos”.

 

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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