Los descolgados de la libertad de centro

Sara Ruiz eligió seis colegios públicos en los que anotar a su hija de seis años el próximo curso: el República de Brasil, el más cercano a su casa, en el barrio de San Fermín, seguido de el Juan de la Cierva, el Ciudad de Córdoba, el Colegio de Barcelona, el Colegio de Jaén y, por último, El Espinillo. Este centro tiene jornada partida, que no le convence tanto porque tendría que pagar el comedor o a alguien que recoja a la menor, pero lo anotó por si acaso no le otorgaban plaza en los anteriores.

A mediados de mayo supo que en ninguno de los colegios elegidos había plaza para su hija, ni siquiera en El Espinillo. Desde entonces, está en contacto con el servicio de apoyo a la escolarización, que le ha recomendado varias veces que opte por un centro concertado cerca de su casa. “Hace unos días nos llamaron y nos dijeron que en el San Fermín, concertado, tenían plaza. Pero yo quiero mandar a mi hija a un público".

Ruiz y otras 12 familias, que se han quedado sin plaza en su colegio más cercano, el República de Brasil, están intentando —con el apoyo de la AMPA del colegio— que la Comunidad permita que el centro abra una tercera línea, como solicitó. Pero la Consejería no accede a la ampliación. Solo una familia ha recibido una plaza en un centro público en un barrio vecino, Villaverde Alto, que está a media hora en autobús. Entre las afectadas hay una madre con dos hijos. Uno ha sido aceptado y el otro, no. Esta vecina no quiere ni oír hablar de plazas en centros distintos.

En total, en Madrid hay más de 16.000 niños que no tienen todavía colegio adjudicado y están ahora en manos de los servicios de apoyo a la escolarización, según CC. OO. El sindicato ha realizado por primera vez el cálculo ante la falta de datos desglosados en la región. “A muchas familias, ante la falta de plaza, les aconsejan optar por concertados. Y si no, los dispersan a públicos muy lejos de sus casas”, dice Isabel Galvín, del sindicato.

La Consejería señala que el 93% de las familias madrileñas que han solicitado plaza escolar en centros sostenidos con fondos públicos —públicos y concertados— de cara al próximo curso escolar, han logrado el colegio que eligieron en primera opción, porcentaje que ha aumentado 13 puntos en la región en 10 años. Y sostiene que todo el mundo tiene garantizada una plaza pública al final del proceso, un día antes de que empiece el curso escolar. Muchas familias viven con angustia los meses de espera hasta que les otorgan una plaza, que en muchas ocasiones conceden a kilómetros de distancia o en unas aulas cuyos ratios se aumentan al máximo permitido alegando causas excepcionales.

Juan José Moreno, portavoz de Educación y Deportes del grupo socialista en la Asamblea de Madrid, afirma que muchas de las familias que se quedan sin la plaza deseada, acaban cediendo a la presión de los servicios de apoyo a la escolarización y acceden a mandar a sus hijos a un centro concertado o privado por cercanía cuando no era su opción. “Se autocensuran”, dice. “Pero ante el riesgo de que te den un colegio público a tres cuartos de hora en transporte público entiendo que lo hagan porque es una complicación diaria tremenda ese tiempo de más que tendrían que invertir en llevas a sus hijos a clase”.