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La lista de Laia Marull

La actriz lleva a La Villarroel su primer monólogo, en el que da vida a una mujer que lucha contra la frenética cotidianidad

Laia Marull protagoniza la versión catalana de La llista
Laia Marull protagoniza la versión catalana de La llistaFelipe Mena

Una mujer de mediana edad huye de la ciudad y se refugia en el campo del Quebec. Piensa que viviendo allí podrá tener una vida familiar más sosegada, pasar más tiempo con su marido, atender mejor a sus tres hijos, empezar de nuevo. Pero las listas de tareas pendientes por hacer se acumulan en su mente. Es una especie de obsesión. Confecciona listas de las cosas más cotidianas, por ejemplo sobre cuándo poner el lavaplatos, hasta que estos retales mentales se entremezclan con sus demonios y se le abalanzan encima. Esta atormentada mujer protagoniza La llista, monólogo de la canadiense Jennifer Tremblay interpretado por Laia Marull. La obra, en escena en La Villarroel hasta el 1 de mayo, la dirige la actriz Allegra Fulton, que dio vida al personaje en la versión inglesa.

“Apunta las cosas por hacer…todo. Es como una coreografía estudiada. Pero la obra en realidad no va de listas. Es un pretexto para descubrir muchas verdades que no acaban de gustarle”, explica Marull. La protagonista es muy perfeccionista, intenta construir ordenada y minuciosamente su cotidianidad. Conseguir un equilibrio entre su matrimonio, su faceta de madre y el placer. Está inmersa en bordar su papel como mujer en la sociedad atropellada del mundo actual. Sin embargo, en este cruce de quehaceres no consigue desprenderse de sus dilemas y remordimientos.

Quizás se olvidó de lo esencial, de la vida, de la amistad. Y es que hay algo que pudo hacer y no hizo en un asunto: Cree que podría haber dejado morir a una amiga; una vecina, madre de cinco niños pequeños, fallecida de manera estúpida. Con esta reflexión de culpa se inicia el monólogo, que entremezcla pasajes poéticos con pinceladas de thriller. ¿En qué falló?, se pregunta el espectador mientras la mujer se enzarza en un conflicto interno e intenta, sin éxito, escapar de sus temores.

La llista es una coproducción de La Brutal y el Teatre Lliure, en cuya sala de Gracia se estrenó la obra en enero. Allí Marull inició su carrera teatral en 1993 con Lluís Pasqual.

“Mi personaje se encuentra en una situación que no había esperado. Creía que estando lejos las cosas se solucionarían, pero en realidad se ha llevado los problemas con ella. Va al pueblo y también tiene muchos prejuicios para relacionarse, estrés…”, relata Marull. “Es víctima y verdugo del mundo actual. La obra reclama decidir en qué lugar ponemos las prioridades. Si vamos haciendo cosas y las queremos hacer perfectas para estar al día, no dejamos paso para atender otras, como los sentimientos”, desgrana Marull, para quien La llista es su primer monólogo.

Fue Fulton quien le propuso interpretar el papel. Ambas se conocieron una década atrás en Montreal y se hicieron amigas. “Hacer un monólogo, al final, es cuestión de práctica y de confianza, sobre todo. Si estás con otros actores te ayudas el uno con el otro. Aquí se necesita más imaginación”, opina Marull. Precisamente, la escenografía de la obra la forman muebles sencillos, una mesa y una silla, rodeados de tonalidades blancas. Podría ser una cocina, pero también representa una página en blanco en la mente de la protagonista. Son sus psiquis, el folio por completar en su imaginación. Una pantalla con paisajes nevados acompaña el discurso en algunas escenas. “En esta página en blanco que es el escenario ocurre todo. Tiene delante un público y la posibilidad de sacar a flote la lista que la atormenta”, argumenta Marull.

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