Los arquitectos de la “desconexión”
La Generalitat confía a Viver-Pi Sunyer, Ginesta y Boixareu el diseño del futuro Estado
El Gobierno catalán tiene alrededor de un año y medio para crear y poner en marcha las llamadas estructuras de Estado. Las principales son tres: el Instituto de Estudios del Autogobierno, la oficina que debe encargarse de preparar la “desconexión”; la Hacienda propia y la Seguridad Social catalana. El Ejecutivo de Carles Puigdemont quiere agotar primero todo el margen autonómico que le da el Estatut antes de dar nuevos pasos. La Generalitat ha confiado en tres personas —Carles Viver-Pi Sunyer, Josep Ginesta y Jordi Boixareu— para diseñar y desarrollar esos tres organismos.
El Gobierno catalán tiene alrededor de un año y medio para crear y poner en marcha las llamadas estructuras de Estado. Las principales son tres: el Instituto de Estudios del Autogobierno, la oficina que debe encargarse de preparar la “desconexión” poniendo en práctica los informes que elaboró el Consejo Asesor para la Transición Nacional; la llamada Hacienda propia, y la Seguridad Social catalana. El Ejecutivo de Carles Puigdemont quiere agotar primero todo el margen autonómico que le da el Estatut antes de dar nuevos pasos. La Generalitat ha confiado en tres personas -Carles Viver-Pi Sunyer, Josep Ginesta y Jordi Boixareu- para diseñar y desarrollar esos tres organismos.
El Ejecutivo de Puigdemont busca implicar al ‘Govern’ al completo
La coordinación de las políticas de la Generalitat para preparar la secesión va a cargo de una intrincada estructura que busca implicar a todos los departamentos y mantener el equilibrio en el Ejecutivo, con el control del Departamento de Presidencia, de Neus Munté, y del vicepresidente Oriol Junqueras.
Munté estará a cargo de dos organismos: el principal es el Instituto de Estudios del Autogobierno, la oficina que debe preparar la “desconexión” poniendo en práctica los informes que elaboró el Consejo Asesor para la Transición Nacional. Está encabezado por el exmagistrado del Tribunal Constitucional Carles Viver Pi-Sunyer. Vinculado desde hace años a la Generalitat, fue el escogido por Artur Mas para preparar el proceso soberanista desde el Consejo Asesor para la Transición Nacional (CATN, que elaboró 18 informes para preparar la secesión<NO>. El actual presidente, Carles Puigdemont, ha seguido confiando en él para los siguientes pasos.
Tres nombres en una compleja estructura
Carles Viver-Pi Sunyer. Este exmagistrado del Tribunal Constitucional encabeza el Instituto de Estudios del Autogobierno, encargado de organizar la "desconexión". Mas ya confió en él para preparar el proceso soberanista desde el Consejo Asesor para la Transición Nacional.
Josep Ginesta. Secretario general del Departamento de Trabajo y Asuntos Sociales, diseñará la Seguridad Social catalana, que gestionará la mayoría de las 169 prestaciones sociales que se conceden en Cataluña, con un presupuesto de 32.400 millones.
Jordi Boixareu. Dirigió el Programa para la aplicación y desarrollo de los tributos de Cataluña y ahora desarrollará la llamada Hacienda propia.
El ente que dirige es una evolución del Instituto de Estudios Autonómicos, que ya presidía el propio Pi-Sunyer. El Gobierno catalán ha elegido la vía de renombrar un organismo ya existente para evitar un veto del Tribunal Constitucional. La denominación ambigua del ente (se han evitado palabras como “desconexión”, “independencia” o “transición”) también busca esquivar al alto tribunal, que ya suspendió el nombramiento de Pi Sunyer como Comisionado para la Transición Nacional.
El Instituto de Estudios del Autogobierno asesora a la Generalitat y la ejecución de las políticas va a cargo de la Secretaría de Desarrollo del Autogobierno, también bajo el mando de Presidencia. El encargado de dirigirla es Víctor Cullell, que fue asesor de Mas y secretario del CATN.
Junqueras coordinará a todos los departamentos para la secesión. A su cargo queda la Oficina para la Mejora de las Instituciones del Autogobierno, que dirige el politólogo Josep Maria Reniu. Hombre de confianza de ERC, ya trabajó en el CATN con Pi-Sunyer. El propio Junqueras está al frente de la Comisión Interdepartamental para el desarrollo del Autogobierno, que se encargará de coordinar la tarea de Pi-Sunyer, Cullell y Reniu. Cuatro organismos para un solo objetivo: que no quede ningún cabo suelto en el camino de la independencia y que el camino hacia la “desconexión” sea controlado por los dos partidos en el Ejecutivo.
También de Junqueras depende el desarrollo de la llamada Hacienda propia. El control de la Agencia Tributaria de Cataluña (ATC) vuelve a pasar a manos de Economía, después de que en la pasada legislatura estuviera bajo el paraguas del Departamento de Presidencia. El entonces consejero Francesc Homs la confió a Joan Iglesias, que ha dejado el proyecto y ha regresado a su plaza de inspector en la Agencia Estatal de la Administración Tributaria (AEAT). Iglesias ideó un modelo para una Hacienda que recaude todos sus impuestos inspirado en las administraciones tributarias de Dinamarca o Australia. Sin embargo, la agencia seguía lejos de agotar el margen que aún tiene con los impuestos propios, que se ha convertido en la prioridad de Junqueras.
Oriol Junqueras coordinará a todos los departamentos para la secesión
El vicepresidente ha confiado el despliegue de la agencia en Jordi Boixareu, que en 2013 fue nombrado por el exconsejero Andreu Mas-Colell director del Programa para la aplicación y desarrollo de los tributos de Cataluña. Boixareu, al que se le considera una persona mucho más práctica que Iglesias, era delegado de la AEAT en Girona desde 2002, cuando fue nombrado por el gobierno de José María Aznar. Luego fue confirmado por los ejecutivos de José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy.
Boixareu será el encargado de poner orden en la agencia, desarrollar el convenio con las diputaciones para crear la ventanilla única, asumir la recaudación ejecutiva y la liquidación de tributos. Boixareu estará bajo la batuta del actual secretario de Hacienda, el republicano Lluís Salvadó, una vez este ha asumido el control del organismo.
El cerebro de la Seguridad Social Catalana es Josep Ginesta, la mano derecha de Dolors Bassa, la consejera Trabajo y Asuntos Sociales. El secretario general del departamento y máximo responsable del área laboral de la Generalitat está al mando del diseño de la Agencia de Protección Social, un ente que se encargara de gestionar la inmensa mayoría de las 169 prestaciones sociales que ahora se conceden en Cataluña y con un presupuesto anual de unos 32.400 millones de euros.
Ginesta, que milita desde hace casi 20 años en ERC, es un experto en relaciones laborales y tiene un máster en negociación laboral de la Universidad de Berkeley. Aterrizó en la Generalitat desde el área laboral de Gesdocument y Gestión Sau (Grupo Cuatrecasas) y su trayectoria docente la ha complementado con varios estudios sobre sistemas públicos de protección social.
Y mientras él diseña, otros ejecutan. Para darle relevancia a la Agencia, el Gobierno catalán modificó el organigrama de Trabajo y Asuntos Sociales. De Bassa depende directamente la Dirección General de Protección Social y la dirección se le encargó al abogado y gestor administrativo Joan Ramon Ruiz, que ha trabajado en la Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS) en Cataluña, en la que ha sido director de hasta tres Administraciones: Badalona, Manresa y la última, la de Mataró. Es miembro de Òmnium Cultural y aunque no fue a ninguna lista en las últimas elecciones autonómicas, sí participó activamente en la campaña. Con una conferencia titulada “Las pensiones y el Estado de Bienestar en la Cataluña del futuro” hizo presentaciones en municipios como Arenys de Munt y Moià.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.