Los guionistas reclaman su espacio
Su asociación se compromete a conseguir un mayor reconocimiento de su trabajo
En el año 1997 se fundó la asociación de guionistas valencianos, bautizada en aquel momento como EVA. Diez años más tarde cambió al actual nombre de EDAV, Escriptors de L’Audiovisual Valenciá, retomando con nuevos ánimos sus objetivos de siempre, velar por los intereses del colectivo especialmente afectado por la actual crisis pero, sobre todo, por el cierre de Canal 9.
Para ser guionista y pertenecer a EDAV, sólo es necesario haber escrito un guión y tenerlo registrado en el Registro de la Propiedad Intelectual. EDAV cuenta con dos tipos de asociados, los que tienen obra estrenada son socios de pleno derecho y los que aún no han estrenado, socios adheridos, “estos últimos pagan una cuota más baja, no pueden votar en las juntas ni ser elegidos para ningún cargo, pero disfrutan del resto de ventajas y beneficios que cuenta la asociación”, afirma Pau Martínez, presidente de EDAV.
El hecho de estar asociado tiene bastantes ventajas, proporciona una información continua y rigurosa de todas las novedades relacionadas con el guión y el sector tanto de carácter laboral como legal o institucional. Defiende los derechos de los guionistas ante cualquier conflicto que surja con empresarios, ofrece descuentos en librerías, teatros y algunos servicios profesionales y, también, una serie de actividades como formación, charlas o encuentros encaminados a visualizar el trabajo de los guionistas.
“Acabamos de organizar un pitching entre productores y guionistas, que han presentado sus proyectos de formatos televisivos para la puesta en marcha de la nueva tele”, cuenta Pau Martínez, “todos los asociados que contaban con una buena idea desarrollada en un guión pudieron mostrarlo y defenderlo. Funcionó muy bien y de momento, es la primera iniciativa de estas características”, puntualiza el presidente.
Pau Martínez lleva ya muchos años trabajando dentro y fuera de la Comunidad. Conoce a fondo el sector y todos sus problemas, muchos de estos problemas compartidos con otros profesionales, pero algunos exclusivos del gremio, “es necesario que se nos vea más y que se reconozca nuestro trabajo”, expone Martínez, “la industria, incluso los propios compañeros, no le dan al guionista la importancia que en justicia merece, porque el guión es la base de todo, en el cine y en cualquier formato audiovisual”
Este ninguneo inexplicable viene de lejos, el trato recibido por los guionistas en los últimos Goya es un buen ejemplo. Pero no es sólo un problema de actitud, esa falta de reconocimiento, también se refleja después en el trabajo, un trabajo poco valorado y mal pagado, “aquí, a nivel nacional se empiezan a imponer algunas figuras que en Estados Unidos hace ya tiempo que funcionan”, explica Pau Martínez, “se trata de que el guionista asuma también las funciones del showrunner o de productor ejecutivo, algo así podría ser interesante para nosotros los guionistas y ya se está viendo que funciona bien en series como el Ministerio del Tiempo o Velvet”, aclara.
Como el resto del sector audiovisual, los guionistas están participando en la organización del actual Plan Estratégico de la cultura valenciana, involucrándose en todas las iniciativas que se ponen en marcha. Forman parte de la mesa sectorial desde el principio y lo mismo se reúnen con responsables de la Generalitat que acuden a las Cortes a exponer sus inquietudes. Pero su prioridad en estos momentos es la apertura de la nueva televisión sobre la que planean demasiadas incertidumbres.
Sin televisión es imposible que el sector se reactive. Tanto para el desarrollo de programas como para la producción de TVmovies, las productoras valencianas lo tienen muy difícil para competir en igualdad de condiciones con otras productoras del resto del Estado, al no tener acceso a uno de los clientes fundamentales que es propia televisión. Todo apunta a que pronto se pondrá en marcha y son muchas las expectativas puestas en ella.
Para el colectivo de guionistas la televisión pública debería convertirse en motor de la industria, favorecer la producción de TVmovies y de programas pero sin olvidar nunca que se trata de un servicio público. Esperan que los responsables de los futuros contenidos opten por los mejores proyectos para la sociedad, y que se olviden de clientelismos y amiguismos que tanto daño hicieron en épocas anteriores. “Y los buenos proyectos no tienen por qué ser aburridos Hay proyectos de mucha calidad que tienen grandes audiencias y resultan muy rentables, incluso tienen la capacidad de cambiar y mejorar la imagen de un país”, señala Pau Martínez, “un buen ejemplo sería Suecia o Dinamarca que, tanto en cine como en televisión, se han impuesto con fuerza. Puestos a desear, serían unos buenos referentes. Aquí hay mucho talento, grandes ideas y buenos guiones, esa parte está garantizada, el resto ya depende de la voluntad política”, concluye.
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