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Escarabajos sin fecha de caducidad

Beatles for Kids fomenta entre los más pequeños el gusanillo por la música imperecedera de los Fab Four

Concierto matinal del grupo Beatles for Kids en el Teatro Príncipe Gran Vía de Madrid.
Concierto matinal del grupo Beatles for Kids en el Teatro Príncipe Gran Vía de Madrid.Jaime Villanueva

John, Paul, George y Ringo volvieron ayer a la ciudad. 50 años y ocho meses después de su célebre concierto en Las Ventas, pero tan imperecederos como siempre. Y hasta con invitados especiales: un sosias de Billy Preston en los teclados y la incansable Emma –vestido de lunares y lacito rosa coronando la melena rubia- como maestra de ceremonias. Los émulos de los hijos más ilustres de Liverpool eran Beatles for Kids, cuatro catalanes que demuestran empíricamente lo que ya barruntábamos: el repertorio de los Fab Four no conoce fecha de caducidad y prosigue con su transmisión intergeneracional imparable. Algo de lo que hasta nuestros tataranietos podrán dar cuenta, aunque nosotros ya no les escuchemos.

Estos escarabajos para todos los públicos llegaron al teatro Príncipe Gran Vía, en el tercero de Los Matinales de EL PAÍS, con el firme propósito de que grandes y chicos no parasen quietos en sus butacas. Así fue: I Should Have Known Better, Help! o She Loves You constituyen argumentos irresistibles para menear las osamentas, pero además Emma se encargaba de animar el cotarro con buen humor y sonrisa innegociables. Para Drive My Car organizó una fila kilométrica de renacuajos que trotaban por entre los asientos como si pilotasen un bólido, Roll Over Beethoven sirvió para comprobar hasta dónde podían llegar los chillidos y Hello, Goodbye se convirtió en un divertido ejercicio de mímica: hola/adiós, para/sigue, alto/bajo y demás disyuntivas elementales que Paul McCartney formulaba allá por 1967.

La cosa era interactuar. Manel Solsona (Lennon), Manel Mateo (McCartney), Ferran Corbalán (Harrison) y Carlos Moreno (Starr) llevan años reproduciendo el catálogo de sus ídolos bajo el nombre de Abbey Road, pero en esta reformulación, Beatles for Kids, contribuyen a inocularle el dulce veneno de la beatlemanía a las generaciones venideras. Y funciona: Love Me Do era ya un clamor entre el público antes de que el cuarteto empuñara los instrumentos. “Es un gustazo compartir la buena música con los más peques”, resumió Mateo, el doble de Macca. Que no es zurdo, pero luce un precioso bajo Höfner.

Hubo tiempo para 15 canciones en la matiné, 14 muy conocidas y una mucho menos popular, Act Naturally. Los más doctos explicaron a sus acompañantes que se trataba de un clásico country de Buck Owens que Ringo cantó a ultimísima hora para completar la cara B de Help! Quede el dato como insignificante pincelada de beatlemanía: a quienes deseen engancharse les esperan cientos de libros sobre la aventura más fascinante que ha conocido la música popular.

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