Latidos y arañazos
El artista irlandés entrega en el Nuevo Apolo un concierto extenso e inmenso, generoso en todos los sentidos

A Glen Hansard le escoltan 10 músicos excepcionales, pero el sábado prefirió iniciar su comparecencia en el abarrotado Teatro Nuevo Apolo desde un extremo del escenario, cantando a pulmón Grace beneath the pines frente a las tres integrantes de su sección de cuerdas. Fue solo su primera muestra de generosidad, en todas las acepciones: por el minutaje de la velada (dos horas y cuarto), la permanente interacción con los instrumentistas y el compromiso con una audiencia a la que incluso agasajó, ya en los bises, con dos piezas (Say it to me now, Gold) desde el primer anfiteatro.
El irlandés también es generoso en la gestión del repertorio, por el que desfilan una visceral lectura a guitarra y contrabajo de Astral weeks (Van Morrison), una cita de Northern sky (Nick Drake) o su recreación abrasadora de Drive all night, clásico springsteeniano que parece pensado para él.
Hasta convoca a su telonero, Mark Geary, para concederle un tema en el que se convierte en subalterno eficaz. Pero queda el repertorio propio, claro. Y el suyo es inmenso, emotivo, ajeno a la anécdota, empapado de eternidad. Un cancionero de belleza imperecedera que se nutre de fuentes esenciales: soul, folk, la tradición irlandesa, el gospel, el rock de raíz o incluso el blues, como en la novísima Way back in the way back when.
Hansard es a un tiempo empático, volcánico, sentimental. Los saltos de emoción y la manera de desgañitarse en This gift recordaban a Joe Cocker, pero su bagaje sonoro es mucho mayor. Como el de su sempiterna guitarra de caja agujereada, la misma que lucía en la película Once. Es ridículo pensar que suene mejor: sirve como símbolo del viaje y el trajín, de la esencia ante lo aparente, de lo vivido y lo desgastado. Un ser vivo con sus latidos y arañazos. Como su dueño.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Al menos dos muertos y ocho heridos en un tiroteo en la universidad de Brown, en Estados Unidos
‘Los domingos’, en cine, y ‘Anatomía de un instante’, en serie, ganan en los premios Forqué 2025
Hamás acusa a Israel de “socavar el alto el fuego” en Gaza al atacar al número dos de su brazo armado
Pedri dirige y Raphinha ejecuta en el Barça de Flick
Lo más visto
- Guardiola elimina la prohibición de que los jefes de servicio de la sanidad pública ejerzan en la privada y sube un 59% la derivación de pruebas
- El jefe de la misión de rescate de María Corina Machado: “Fue una de las operaciones de mayor riesgo en las que he participado”
- Rusia eleva la presión sobre la UE con una demanda para evitar que financie a Ucrania con sus activos congelados
- Los 50 mejores libros de 2025
- Sin duchas ni camas adecuadas, y con obras en marcha: así estrenaron 30 niños extranjeros el centro de acogida de La Cantueña de Ayuso




























































