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CDC cierra filas con Mas y acusa a la CUP de romper el independentismo

El número dos de Convergència dice que los anticapitalistas son “los grandes aliados de los poderes fácticos del Estado”

Josep Rull y Artur Mas, durante la ejecutiva de Convergència.
Josep Rull y Artur Mas, durante la ejecutiva de Convergència.Massimiliano Minocri

Convergència Democràtica cerró filas este lunes con Artur Mas y rechazó las condiciones de la CUP de presentar un candidato alternativo a la presidencia de la Generalitat de Junts pel Sí. Después de tres meses de negociaciones, declaraciones y pronunciamientos secesionistas, la formación de Artur Mas cargó con dureza contra los que han sido sus compañeros de viaje desde el 27 de septiembre, hasta el punto de que el número dos del partido, Josep Rull, acusó a la formación anticapitalista de convertirse en “la gran aliada de los poderes fácticos y políticos del Estado para echar al presidente de Cataluña”.

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La ejecutiva de Convergència analizó el escenario creado tras el veto de la CUP a Mas y confirmó que Junts pel Sí, la coalición electoral de la que formaron parte el 27 de septiembre, no presentará un candidato alternativo a la Generalitat. Esa era la exigencia que plantearon los anticapitalistas el pasado domingo para evitar la convocatoria de unas elecciones que cada vez están más cerca ante el abismo que ahora existe entre ambas posiciones.

Han sido tres meses en los que Junts pel Sí y la CUP parecían caminar juntos hacia la independencia, con la aprobación de la declaración rupturista del Parlament que suspendió el Tribunal Constitucional y una estrategia decidida a romper con España que a última hora ha embarrancado. Llegado el momento del divorcio, aparecieron ayer los reproches, muy duros en el caso de Convergència, contra la CUP.

Josep Rull, coordinador general del partido, dijo de la formación anticapitalista que “ha primado la ideología, el socialismo y la revolución a la independencia”. En su opinión, primero tenía que llegar la secesión y después ya se acordarían qué políticas se aplican. En esa línea, el dirigente de CDC esgrimió a los sectores desfavorecidos de la sociedad como los más perjudicados por la decisión de la CUP, porque no podrán beneficiarse del plan de choque social que se pactó y que fue muy criticado, por exiguo, por las entidades del Tercer Sector.

También dijo Rull de los anticapitalistas que habían demostrado “falta de madurez” durante estos meses de negociación que, a la vista del resultado, habían sido una “pérdida de tiempo” porque en el otro lado tenían a un “interlocutor pasivo”. Y para remachar sus acusaciones, Rull afirmó: “Cuando priman otras cosas a la independencia, que es lo que ha pasado, el que gana es Madrid”. Por eso, el líder convergente acusó a la formación anticapitalista de convertirse con su veto a Mas en “la gran aliada de los poderes fácticos y políticos del Estado para echar al presidente de Cataluña”.

El president: "Tengo ganas de plantar cara en Madrid"

Artur Mas no dará un paso atrás para evitar que haya elecciones en marzo, como le pide la CUP. Lo anunció Convergència al poco de conocer el veto de la formación anticapitalista y lo ratificó ayer el propio presidente en funciones de la Generalitat antes de entrar en la ejecutiva de su partido. “Tengo ganas de plantar cara en Madrid y a las fuerzas de aquí que no nos lo ponen nada fácil”, dijo.

La CUP repitió durante la campaña electoral y en las semanas posteriores que no haría presidente a Artur Mas, aunque finalmente cumplirá su promesa por un estrecho margen de votos —hubo 36 en contra de Mas, 30 a favor y una abstención— y con división interna. Para Convergència, sin embargo, durante este tiempo de negociación, jamás se planteó la posibilidad de un candidato alternativo.

La formación anticapitalista insistió ayer en que aún hay tiempo de evitar las elecciones si Junts pel Sí presenta como candidato a la presidencia de la Generalitat a Oriol Junqueras, presidente de Esquerra Republicana. Convergència descarta de pleno ese escenario.

“El rechazo a Mas es un rechazo a lo que representa CDC”, dijo Rull, pues, en su opinión, “el problema no es Mas”, sino el protagonismo que pudiera adquirir la CUP si se saliera con la suya. “Sin Mas y aceptando esa exigencia, el mensaje que se da es que quien lidera el proceso es la CUP, con 10 diputados, no la fuerza que tiene 62, y se traslada un mensaje inequívoco de que los minoritarios cogen las riendas del proceso. Esta es la idea básica”, dijo Rull sin reparos. “El proceso de independencia no se gana vetando, sino votando, sumando”, añadió, en una de esas proclamas a la unidad tan características desde que Convergència abrazó el independentismo.

Superados los reproches y los semblantes de derrota que ayer mostraron en el Parlament algunos dirigentes de CDC, el partido de Artur Mas insistió en que no renunciará a sus postulados independentistas. Por eso, Rull llamó a reeditar la fórmula de Junts pel Sí con la que el pasado 27 de septiembre concurrieron a las elecciones Convergència, Esquerra Republicana y las entidades soberanistas que han convocado las masivas manifestaciones independentistas de los últimos años.

Nada hace pensar que ERC acepte la repetición de esa fórmula electoral, pues las encuestas vaticinan que los republicanos estarían en condiciones de ganar a CDC en las elecciones autonómicas que muy probablemente se celebrarán en Cataluña el 6 de marzo.

Los comicios, sin embargo, suponen volver a la casilla de salida y plantearse si se reedita o no el órdago secesionista y todos los planes que se habían barajado para “desconectar” de España en el plazo de 18 meses y proclamar la independencia. “Reiteramos el compromiso con el proceso, para que no haya una mayoría yerma, como ha decidido la CUP, porque seguimos pensando que la mejor opción para Cataluña es la independencia”, dijo Rull, quien alertó a “la caverna mediática, Podemos y los partidos unionistas” de que “el proceso no está enterrado”.

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